Presos yihadistas en España llamaban por móvil a otros islamistas en Europa

Una investigación de la Policía dirigida por la Audiencia Nacional revela llamadas desde cárceles como la de Dueñas (Palencia) entre condenados y sospechosos de terrorismo

Centro Penitenciario de Dueñas, en Palencia (Foto: Europa Press).
Centro Penitenciario de Dueñas, en Palencia (Foto: Europa Press).
  1. Planes para cometer atentados
  2. Por carta y por teléfono
  3. De Palencia a números de Alemania
  4. Familiares o terroristas
  5. Chechenos y armamentos
Dos detenidos en Melilla y Madrid por adoctrinar a jóvenes en postulados yihadistas.
Dos detenidos en Melilla y Madrid por adoctrinar a jóvenes en postulados yihadistas.

Una reciente operación antiterrorista de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, y las investigaciones dirigidas desde la Audiencia Nacional, ponen de manifiesto cómo aún desde dentro de las prisiones los yihadistas pueden comunicarse con personas afines, incluso aunque residan en otros países.

La Policía Nacional detuvo a finales de octubre a varias personas en Madrid y Melilla, de las que se había comprobado que “habrían retomado sus contactos con personas afines a la Yihad al objeto de realizar acciones violentas de manera conjunta o individual”.

Un auto de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que desestimó el recurso de la defensa de un detenido contra la prisión provisional, comunicada y sin fianza, revela contactos de algunos de los arrestados con islamistas de Alemania, cuando estaban en la cárcel por causas anteriores.

Planes para cometer atentados

Resulta que las autoridades judiciales belgas había solicitado a España que investigara a un condenado por delitos de terrorismo. A partir de la investigación en torno a ese hombre, se detectaron a otros dos sospechosos conectados con el primero.

Los tres, “según se desprende de la investigación de la Comisaría General de Información, estarían llevando a cabo a través de Internet, intensas tareas de autoadoctrinamiento, adoctrinamiento sobre terceros y posible captación para la comisión de delitos de naturaleza terrorista, pudiendo estar retomando contactos con antiguos investigados y/o condenados por delitos de naturaleza terrorista”.

La investigación dirigida por Audiencia Nacional constató que esos dos nuevos sospechosos mantenían “vínculos con el terrorismo yihadista internacional”, y subrayó que era así “incluso después de haber cumplido condena por delitos relacionados con el terrorismo, [...] resultando llamativo que, pese a su paso por centros penitenciarios, ello no habría afectado su adhesión a la causa yihadista”.

Por carta y por teléfono

El auto señala que los investigados en España tuvieron relación con la persona señalada por Bélgica “antes de la excarcelación por medio de correspondencia en el caso de ambos investigados, con una alta probabilidad por medios telefónicos” en el caso de uno de ellos.

En concreto, este hombre, ahora en prisión provisional, había sido detenido en 2014 y fue condenado a ocho años de cárcel por pertenencia a una organización que enviaba combatientes extranjeros a luchar en grupos yihadistas en Siria, por una ruta a través de los Balcanes y Turquía.

Fue puesto en libertad en junio de 2022, cuando salió del Centro Penitenciario de Huelva.

 

Pero en su paso por prisión, a este hombre le detectaron llamadas telefónicas hacia números relacionados con el hombre investigado en Bélgica.

Cuando posteriormente fue detenido, en la tarjeta SIM de un teléfono móvil le encontraron el número de ese vigilado por las autoridades belgas.

De Palencia a números de Alemania

Los jueces de la Audiencia Nacional describen una compleja trama de llamadas telefónicas entre números de teléfono vinculados a varios de los detenidos, número de otros sospechosos de yihadismo, teléfonos alemanes y, en muchos casos, estos dispositivos móviles se utilizaban desde cárceles españolas, clandestinamente ya que no está permitido disponer de teléfonos.

Uno de los números identificados llamó desde la prisión de Dueñas, en la provincia de Palencia, a dos números alemanes, que estaban vinculados a uno de esos dos detenidos por la Policía en octubre.

Hubo al menos dos comunicaciones a esos números alemanes, y no se descarta que uno de los dos fuera utilizado por ese sospecho de yihadismo, que ya era titular del otro. Dicho número había sido contactado por el yihadista sobre el que Bélgica pidió a España que investigara; es más, lo tenía escrito en un papel que se le intervino.

Además, uno de los dos números había contactado con otro número, cuyo terminal lo manejaban, de nuevo, tres hombres que se encontraban en una cárcel de nuestro país.

Familiares o terroristas

De las llamadas a Alemania de estos números, la Audiencia Nacional coligió que uno de los finalmente detenidos en esta operación antiterrorista tenía familiares en el país centroeuropeo.

No se pudo identificar a los titulares de algunas de estas líneas telefónicas, ni “las posibles vinculaciones con redes yihadistas o individuos relacionados por su extremismo islámico”.

Pero sí se comprobaron esas relaciones y llamadas cruzadas entre investigados, condenados por terrorismo y presos en España, así como números alemanes.

La investigación, por tanto, saca a la luz un nuevo caso en el que los presos, en este caso por terrorismo yihadista, logran acceder a móviles dentro de las prisiones, y utilizan estos dispositivos para mantener contacto con otros radicales islamistas.

Chechenos y armamentos

Por otro lado, el auto insiste en que pasar ocho años en la cárcel por mandar combatientes islamistas a Siria no hizo que este detenido por la Policía Nacional abandonara sus actividades proyihadistas.

“Seguía fiel a los postulados de la ideología yihadista, y lejos de haber cesado en su comportamiento, el investigado no ha dejado de mostrar de forma pública su adhesión ideológica y psicológica al yihadismo, según se desprende de los indicios recabados”, se puede leer en el auto.

La Audiencia Nacional detalla que “es investigado por su presunta participación en la formación de una célula yihadista, fundamentalmente compuesta por ciudadanos chechenos con ideología yihadista”.

Y resalta que “los contactos que mantiene, tanto en el pasado como actualmente, así como las búsquedas de distinto material armamentístico o complementario del mismo en Internet recuerda la noticia de la detención de una célula chechena en Bélgica”.

Revela otro aspecto de todo este entramado yihadista: que este hombre tenía “contactos de origen checheno”, al menos dos, lo que “hacen presuponer que pudieran formar parte también de la citada célula”.

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