La sal como agente para combatir el deshielo en las carreteras

Todos los inviernos se repite la misma estampa, camiones esparciendo sacos de sal en las carreteras de los territorios más fríos para evitar que el firme se congele. ¿Por qué hacemos esto y qué pretendemos evitar?

En realidad, la sal no derrite el hielo, sino que lo que se produce es que cuando se disuelve en agua, los iones de sodio (positivo) y de cloro (negativo) de la sal quedan flotando y uno atrae a las moléculas de hidrógeno mientras que el otro atrae a las de oxígeno, rompiendo las moléculas de agua. Este fenómeno, pura química, permite que el agua no se solidifique. El compuesto resultante tiene una temperatura de congelación muy interior al del agua normal, 21 grados bajo cero.

La sal, por tanto, no derrite el hielo, sino que actúa como agente higroscópico, es decir, una sustancia que atrae el agua en forma de vapor o de líquido de su ambiente y que consigue con ello que se reduzca la temperatura de congelación. Con sal esparcida sobre las carreteras es posible que estas permanezcan sin apenas hielo durante el invierno, ya que las temperaturas no suelen ser tan bajas como para alcanzar más de 20 grados negativos.

La fórmula de esparcir sal sobre las carreteras suele ser más eficaz cuando todavía no hay hielo, es decir, es conveniente anticiparse a las heladas, pero en caso de que se use como remedio posterior a la congelación, también sirve como agente que “descongela” las carreteras.

La sal, el mejor agente fundente según los expertos

Cuando llega el invierno, y con él el descenso de las temperaturas, las heladas y las precipitaciones, garantizar la seguridad en las carreteras es una cuestión que no depende únicamente del buen hacer de los conductores, que tienen que circular con mayor preocupación.

Los expertos en viabilidad invernal consideran que, por su relación eficacia / coste, la sal es la mejor opción como agente fundente. En invierno, la fluidez y seguridad de la circulación son cuestiones que preocupan en gran medida a los conductores.

Los atascos y los accidentes en carretera aumentan y esto tiene implicaciones humanas y económicas de gran calado. La nieve y las heladas en las carreteras, especialmente las de la red secundaria, aumentan la posibilidad de sufrir incidentes.

Todas estas consecuencias negativas pueden suponer una paralización en el funcionamiento de las empresas, el turismo o la actividad cotidiana de los ciudadanos. Por fortuna, en España disfrutamos de un clima cálido en buena parte del territorio, sin embargo, las olas de frío son más frecuentes de lo que pensamos y las inclemencias invernales, nieve y hielo, son a veces tan severas que pueden comprometer la circulación por carreteras y ciudades.

Por este motivo, las administraciones públicas, han puesto a punto dispositivos destinados a asegurar las condiciones de circulación normales o aceptables manteniendo unos niveles de seguridad en la red de carreteras. Estas medidas definen los niveles de prioridad ya que no es posible intervenir en todos los sitios al mismo tiempo. Los expertos de la viabilidad invernal apuestan por la sal como mejor fundente, por su buena relación calidad-precio.

En este sentido, son muchas empresas las dedicadas a esta actividad, como es el caso de Sales del centro, que tienen como objetivo proveer de sal a administraciones públicas y particulares, y que esta sea usada como agente higroscópico, reduciendo la posibilidad de heladas en las carreteras.

Carreteras heladas, actuación inmediata

El deshielo en carreteras, a pesar de que es una actuación que se puede prever siempre que se anticipen las heladas con tiempo, es una actuación que requiere una solución inmediata. El mejor modo de evitar complicaciones en la circulación es actuar de manera anticipada, pero si no es posible, “deshelar” las carreteras con sal una vez ocurrida la helada.

Las intervenciones con sal deben ser rápidas. Desde los primeros avisos de nieve, y antes de que se compacte la carretera, los encargados de su conservación han de entrar en acción. Es, por tanto indispensable, que éstos preparen un stock de seguridad y que lo mantengan a lo largo de la campaña de Sal deshielo carreteras.

Más allá de la sal, otro agente de deshielo muy popular es la c. Esta sustancia se utiliza principalmente en aeropuertos para disolver la nieve y el hielo. Su precio es superior al de la sal, pero en estos espacios resultan muy útiles para limpiar las pistas. La urea genera menor corrosión en las pistas y carreteras que la sal.

Las propiedades químicas de la urea, como las de la sal, mantienen el agua en estado líquido modificando su punto de congelación. Además, la urea es inofensiva para los materiales de construcción y no conduce la electricidad.

El uso de urea para evitar la congelación no es únicamente una aplicación industrial, sino que en reino animal también se da. Así, las ranas del bosque, una especia que se extiende desde el sureste de Estados Unidos hasta el Círculo Ártico, consiguen sobrevivir al hielo que se forma en algunas partes de sus cuerpos gracias a sustancias químicas como la urea y la glucosa.