José Apezarena

Así devora España partidos políticos

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 10 de abril de 2025, en Madrid.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.

En 1983, nació en España una nueva formación política, el Partido Reformista Democrático (PRD), alentada por políticos de CiU y de la extinta UCD, de cara las elecciones generales de 1986.

Recibió el nombre de "Operación Roca", porque uno de sus principales impulsores fue el político catalanista Miquel Roca Junyent, teóricamente candidato a presidente del Gobierno.

Se trataba de una formación de ideología liberal y centrista, concebida como "partido bisagra" entre los dos grandes del espectro político, PSOE y Alianza Popular, a los que aspiraban a robar votos y con ello conseguir estar presentes en las Cortes.

La Operación Reformista contó con el apoyo de la banca y de la patronal CEOE, y también con el de algunos periodistas destacados, como Pedro J. Ramírez, director de Diario 16. Por cierto, que el secretario general era un joven político ex de UCD  llamado Florentino Pérez, hoy presidente de ACS y del Real Madrid. Fue candidato al Ayuntamiento de Madrid y no consiguió representación.

En las elecciones de 1986, el PRD obtuvo 194.538 votos, es decir, un 0,96% del total, y, por supuesto, ningún escaño. Roca se negó a comparecer en público por los resultados, y el proyecto reformista desapareció. Se asentó que los dos principales partidos eran prácticamente inamovibles en sus respectivos espacios políticos.

España ha demostrado que es un país “devora partidos”. Sin remontarnos al CSD de Adolfo Suárez, más recientemente cabe citar los casos de UPyD, de Rosa Díez, y de Ciudadanos, de Albert Rivera, que pareció que tenían un futuro claro y hoy han desaparecido.

Asistí en su día al nacimiento de Podemos, un producto del Movimiento 15-M y de los indignados. Casi todos opinaron que había llegado a la política “para quedarse”. Fue socio de Gobierno, tuvo un vicepresidente y varios ministros, pero hoy, con cuatro diputados, sobrevive con enorme dificultad.

Y ahora está entrando en agonía Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz. Ya hemos contado en ECD que en principio no se presentará a las elecciones en Extremadura y tiene serias dudas sobre si comparecer en Castilla y León.

La situación de deterioro es tal que algunos dirigentes nacionales reconocen en privado: “Sumar, en lugar de sumar, resta”. El derrotismo empieza a ser imparable. Esos dirigentes hacen un análisis demoledor: “Estábamos sin programa y ahora estamos sin partido”.

Ocurre que Sumar se ha quedado sin nada que presentar a los españoles por lo que han hecho en esta legislatura, y sin nada que ofrecer de futuro porque no tiene manera de aprobar sus propuestas.

Su gran proyecto de estos años, la reducción de la jornada laboral vendida por Yolanda Díaz, se ha quedado en la cuneta debido a la oposición de Junts. Y no van a aprobar nada, porque ahora el voto en contra de los catalanes es una realidad definitiva.

Las cosas han llegado a un punto tal que dentro de la organización se escucha cada más esta pregunta: ¿Nos va a absorber el PSOE?

Ahora mismo, en Ferraz responden que no tienen la menor intención de proceder a una integración. Otra cosa son algunos de sus dirigentes, muy concretos, como el caso de Yolanda Díaz, de la que repetidamente se ha pronosticado que acabará en una candidatura del PSOE, o como afiliada o como independiente.

Es fuerte la sintonía personal con Pedro Sánchez, agradecido por la lealtad que ha mostrado la vicepresidenta como integrante del Gobierno de coalición.

Sumar, al borde de ser devorados. Otro más.

editor@elconfidencialdigital.es

Más en X

Comentarios
metricool