Buscadores de mierda
Perdonen que inicie este artículo con palabra tan molesta. Pero es la que utilizan algunos de los que se mueven en esos ámbitos políticos. Me refiero a los buscadores de mierda. Y también a los difusores de ídem.
Confidencial Digital contó el jueves, en exclusiva, que un equipo de expertos ficales del PSOE llevaban dos semanas trabajando en Moncloa para “sacar mierda de Ayuso”. Son las palabras que utilizó la fuente informante, conocedora directa de lo que se estaba tramando.
La operación de examinar todos los contratos y papeles relacionados con la presidenta de la Comunidad de Madrid comenzó en cuanto se empezó a vincular a la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, con el ‘caso Koldo’, debido, entre otros motivos, a las ayudas que concedió el Gobierno a Air Europa. No fue casualidad la iniciativa.
El objetivo de ese examen a Díaz Ayuso era claro: tratar de girar hacia la presidenta madrileña el escándalo de los comisiones por mascarillas, la implicación de Francina Armengol y Ángel Víctor Torres, pero sobre todo la posible imputación de Begoña Gómez.
Convocados en Moncloa (¡hace falta desvergüenza!), los expertos empezaron a examinar contratos relacionados con la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero lo que encontraron enseguida fue una inspección de Hacienda a su pareja, Alberto González Amador, por fraude tributario y delito de falsedad en documento mercantil. Y se filtró inmediatamente, hasta con nocturnidad, utilizando, por cierto, dos medios de comunicación de garantía para el Gobierno.
Expertos fiscales consultados por ECD explican que, cada vez que la Agencia Tributaria considera haber descubierto el uso de facturas falsas por un contribuyente, pone en marcha una investigación en profundidad, no solo para confirmar el hecho, sino también, y especialmente, con el fin de detectar la posible existencia de un grupo organizado destinado a la emisión y uso de facturas falsas.
Aseguran que nunca se cierra una investigación de este tipo sin comprobar a fondo la existencia o no del reseñado grupo y, en su caso, el conocimiento hasta la última ramificación de todos sus componentes defraudadores, así como la identificación de los compradores de las facturas supuestamente ficticias, etc.
No se procedió así con la pareja de Díaz Ayuso. Había prisa por levantar ‘mierda’.
El resto ha sido, siguiendo la línea literaria emprendida, una auténtica “merdé”, como dicen los franceses
Encontrada la ‘mierda’, todos han participado en airearla. Y con urgencia. Todos. La vicepresidenta, María Jesús Montero, que contó lo del expediente cinco horas antes de que se publicara; los medios escogidos para filtrar esa ‘noticia’; la fiscal jefe de la Fiscalía Provincial de Madrid (ex directora general de Justicia con Zapatero presidente del Gobierno); y, finalmente, el fiscal general del Estado, que dio orden de que se filtrarán las negociaciones entre la Inspección y el novio de Díaz Ayuso.
Que el propósito era desviar la atención hacia Díaz Ayuso lo demuestra que, el miércoles, el propio Sánchez pidió su cese hasta cinco veces, en el explosivo pleno de control al Gobierno.
A propósito de las sospechas que circulan sobre la esposa del presidente, lo peor para Sánchez es que fue él mismo quien propicio alguno de los encuentros de Begoña Gómez con el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, que ahora se han publicado.
Tal como reveló Confidencial Digital, en otra información exclusiva, Hidalgo llamó a Moncloa para concertar una reunión con Pedro Sánchez y hablar del rescate de Air Europa. Sin embargo, desde Moncloa la respondieron que el presidente no podía atenderle porque estaba centrado en la epidemia de Covid, y le indicaron que se entrevistara con Begoña Gómez. Pues eso.
Por cierto, que lo de buscadores de mierda no se da solo en uno de los bandos. Se practica en todos ellos. Basta repasar las intervenciones de la oposición en el susodicho pleno de control celebrado el miércoles. ¡Qué espectáculo tan penoso!
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