José Apezarena

Juan Carlos I contra Felipe VI: historia de un despropósito

Juan Carlos I y Felipe VI, en el cumpleaños de la infanta Elena (Europa Press)

Juan Carlos de Borbón y Borbón va a batir el récord de autobiografías reales, con la aparición en Francia, el 5 de noviembre, de su libro “Reconciliación”, redactado junto con la escritora francesa Laurence Debray.

Hace un año, cuando se conoció por vez primera la existencia de ese proyecto editorial, Juan Carlos I comentó que su padre, el conde de Barcelona, siempre le aconsejó que no escribiera unas memorias, con estos razonamientos: “Los reyes no se confiesan. Y menos, públicamente. Sus secretos permanecen sepultados en la penumbra de los palacios”.

Lo recordó, para añadir a continuación que iba a desobedecerle. Típico de don Juan Carlos, que ha acreditado fama de hacer lo que le da la gana, pero mucho más en los últimos años de su reinado. A ese propósito, acabo de grabar un videoblog titulado “¿Un rey fuera de control?”.

Como digo, esta es la segunda autobiografía. La primera apareció en 1993, “El Rey”, escrita por José Luis de Vilallonga, producto de más de 70 horas de conversación aprovechando una convalecencia de don Juan Carlos.

Ese libro provocó gran alarma en La Zarzuela gobernada por Sabino Fernández Campo, debido a que, la primera versión, la aparecida en Francia, contenía párrafos muy peligrosos, por ejemplo contra el general Armada, sobre el golpe de 23-F... Hasta el punto de que la Casa envió una persona a París para negociar con la editorial la supresión de esos pasajes, cosa que se logró: no aparecieron en la versión española.

¿Por qué Juan Carlos I apuesta por esa autobiografía? Su argumento es que le están ‘robando’ la historia.

La realidad es que lo hace para intentar justificarse, para salvar su imagen, para reescribir la historia, para contar ‘su’ verdad.

Pero, por lo que ya se ha adelantado, en ciertos terrenos no se ajusta a la verdad. Por ejemplo, sobre el 23-F, cuando sostiene que no sabía nada.

Según relato de Bárbara Rey a Sabino Fernández Campo, la víspera Juan Carlos comunicó a su amiga que no saliera a la calle porque iban a producirse determinados acontecimientos. Y en la tarde del 23 de febrero, hacia las cinco, cuando aún no había pasado nada, Zarzuela envió al colegio Rosales dos coches con escoltas para recoger al príncipe Felipe. Y ya entonces guardias civiles armados cubrían la carrera a los dos lados. Lo he relatado en mi libro “Los hombres de Felipe VI”.

Afirma ahora don Juan Carlos que, tras su salida de España, en agosto de 2020, esperaba que todo se calmaría en poco tiempo y que podría volver. No dice verdad. En la carta a su hijo anunciándole la intención de marcharse, habla de una salida definitiva. Le notifica que no volverá a residir en España, que sus venidas serán aisladas, nunca por un motivo público, y que entonces no utilizará un edificio institucional.

Hace un año, Felipe VI intentó convencer a su padre de que renunciara al libro de memorias. Fue durante un desplazamiento de los reyes a Marín para visitar a Leonor, alumna entonces de la Escuela Naval. Viajó también don Juan Carlos, desde Sanxenxo, y padre e hijo mantuvieron una tensa conversación, en el que don Felipe no convenció a su padre y solo consiguió que aplazara un año la publicación. El año acaba de cumplirse ahora.

El anuncio de “Reconciliación” ha causado un terremoto en Zarzuela. Por el hecho en sí, por una parte de su contenido, pero sobre todo por las descalificaciones personales a la reina Sofía, la reina Letizia, y, singularmente, a su propio hijo, el rey, cabeza de la Familia Real, de la que Juan Carlos forma parte.

Tal como ha contado ECD, esas críticas han sido recibidas en la Casa con estos comentarios: “No tiene escrúpulos. Va a su aire”. Unas expresiones que también se atribuyen al propio Felipe VI , que comenta que su padre  “no mide los efectos de sus actos”, especialmente cuando son asuntos que pueden afectar a la imagen y hasta el futuro de la Corona.

El comportamiento de don Juan Carlos constituye una evidente deslealtad. Familiar, por supuesto, pero sobre todo dinástica. Resulta impensable que el ‘viejo rey’ arremeta contra el sucesor. No se conoce tal.

Algo, por cierto, que de ninguna manera practicó don Juan de Borbón cuando comprobó que su hijo Juan Carlos le arrebataba una Corona largamente deseada. Aquello sí que fue un momento tremendo. Pero el conde de Barcelona no se permitió escribir un libro para contar ‘su’ verdad.

Personas que han hablado con don Juan Carlos dicen que, con esas memorias, se ha quitado un peso de encima. Se lo ha puesto a su hijo. Afirman también que "quiere morir en Zarzuela". Con lo que ahora ha hecho lo ha puesto más difícil aún.

Desde Zarzuela se escucha que Felipe VI está dispuesto a defender la Corona incluso frente a su padre. “Reconciliación” ha provocado todo lo contrario. Ha causado una grave ruptura con su hijo, de consecuencias imprevisibles.

Cuentan que Felipe VI no permitirá que el legado familiar se convierta en un obstáculo para la Corona. Y que tiene claro que la defensa de la Corona está por encima de todo y de todos. Incluido su propio padre. “El rey está dispuesto a defender la continuidad de la monarquía sin importar el coste personal”.

Felipe VI ha decidido avanzar solo, aunque no sin pesar. Como reconocen desde Zarzuela, “el rey no busca romper con su padre, pero tampoco puede permitir que el pasado condicione su reinado”.

Preguntábamos más arriba por los posibles motivos que tiene Juan Carlos I para sacar a la luz su libro contra viento y marea, incluido su hijo.

Apunto de mi cosecha otro argumento más. El dinero que se va a llevar el emérito, al que algunos dicen que no le sobra. Una hipótesis elemental: si se venden un millón de libros (el lanzamiento está siendo brillante), y recibe cinco euros por libro, suman cinco millones de euros. Que no le vendrán nada mal.

editor@elconfidencialdigital.es

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