Pedro Sánchez ha montado un teatro en Bruselas
Siete veces ha llevado España a los altos organismos de la UE la aprobación del catalán como lengua oficial de la UE y siete veces ha sido derrotada. Cada vez con más países en contra, hartos de la pertinacia hispana en un asunto muy menor, cuando los desafíos que sufre la Unión son los aranceles de Trump, la guerra en Ucrania, el declive económico o la inmigración descontrolada.
Y, sin embargo, el Gobierno lo intentará de nuevo, por octava vez. Ocurre que Pedro Sánchez está haciendo teatro. Lo hace para tranquilizar al socio Puigdemont, trasladándole: “Lo estoy intentando en serio. Por mí no va quedar”.
La inclusión del catalán entre los idiomas oficiales constituye un imposible. Entre otros motivos, pero no el menos importante, porque en Europa existen más de ochenta lenguas regionales destacadas, que, sin duda, reclamarían su legalización en cuanto se admitiera en el caso de Cataluña.
Así pues, la demanda planteada por Junts no tiene posibilidad alguna de salir adelante, Pedro Sánchez lo sabía, y a pesar de eso lo prometió a Puigdemont. Desde entonces, ha insistido en llevar la demanda a Bruselas. Es decir, ha hecho, está haciendo y va a seguir haciendo teatro. Todo, para amarrar esos dichosos siete votos de Junts que le aseguran seguir siendo presidente.
Como digo, Sánchez firmó ese compromiso sabiendo que se trata de algo inalcanzable. Y es que se ha convertido en vendedor de imposibles, cuando no en timador compulsivo.
Si algo ha hecho como político es prometer, prometer y prometer. E incumplir, incumplir e incumplir. Y no tiene el menor empacho en repetir la jugada una vez tras otra. No le avergüenza, no se pone colorado, ni, por supuesto, le remuerde la conciencia.
Él y su Gobierno se han hartado de lanzar promesas y anuncios, de comunicar acuerdos irrealizables, de proclamar medidas definitivas, cuando en realidad no tenía mayoría para sacarlas adelante. Las proclamó, las vendió, sabiendo que nunca serían realidad.
Un último caso. El Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, ha aplazado el debate sobre a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, previsto para hoy, 22 de julio: Junts no está dispuesto a retirar su enmienda a la totalidad al proyecto de ley.
Esa medida estrella fue impulsada por la ministra Yolanda Díaz y los sindicatos sin el apoyo de la patronal, y resultó aprobada en Consejo de Ministros a comienzos del pasado mes de mayo.
Se anunció, se vendió mediáticamente, pero ni entonces ni ahora había garantías de sacarla adelante. Engaño de nuevo. Teatro. Como lo del catalán en Bruselas.