El turismo español salva los muebles este verano pero augura un 2019 complicado

La recuperación de Egipto y Túnez, la devaluación de la lira turca y el buen tiempo en Alemania y Reino Unido provocan un descenso de visitantes en la costa mediterránea y las islas

Alicante.
Playa de la costa alicantina.

El turismo en España el año pasado consiguió unas cifras paradójicas en todos los parámetros turísticos. Sobre todo, gracias a las visitas de ciudadanos británicos, alemanes y franceses. Sin embargo, la llegada de estos turistas ha sufrido un decrecimiento considerable, provocando una caída del 2,2% en llegadas y un 3,1% en pernoctaciones.

Debido a estas cifras, el Gobierno de España prevée que las llegadas se estanquen o sufran un descenso en el tercer trimestre del año (julio, agosto y septiembre).

No obstante, según apunta Rafael Gallego, Presidente de la Asociación de Agencias de Viajes, "en 2018 se conseguirán resultados muy parecidos a 2017, el problema lo tendremos seguramente en 2019". 

Gallego explica que el turismo ha descendido sobre todo en la Costa Meditérranea y las Islas Canarias y Baleares, lugares que siempre han resultado muy atractivos para el turismo británico y alemán por su climatología y actividades turísticas.  

"Turismo prestado"

"Este decrecimiento se debe a que España lleva mucho tiempo viviendo de un turismo prestado de Turquía, Egipto y Túnez", explica el Presidente de la Asociación.

Las razones por las que los turistas han vuelto a veranear en estos países son varias. Por un lado, se ha producido una devaluación de la lira turca, lo que conlleva que en estos países los precios sean más bajos, y por ende, más asequibles.

Por otro lado, el terrorismo en los países musulmanes ha decrecido considerablemente los últimos años, por lo que ya no resultan destinos tan peligrosos. 

También hay que tener en cuenta el cambio en la climatología en Reino Unido y Alemania. Si sus veranos siempre se han caracterizado por el frío y las lluvias, este año el sol y el calor han sido protagonistas (llegando a alcanzar temperaturas superiores a España), por lo que muchas personas no han visto la necesidad de viajar a lugares con buen clima. 

En Cataluña

Según apunta el Gremio de Hoteleros en Cataluña, la previsión para julio y agosto es de un 80%, 5 puntos menos que en 2017. 

 

Tal y como ha podido averiguar este confidencial, los motivos de este decrecimiento se encuentran, entre otras razones, en la turismofobia que profesan algunos ciudadanos, el proceso de independencia catalán, los atentados terroristas en la región de 2017 y todos los problemas causados por las huelgas y paros en el aeropuerto del Prat.

En otro orden de cosas, desde el Gremio de Hoteleros alertan de la "pérdida de calidad en el turismo de Barcelona". La entidad pide que se haga una apuesta por la promoción. No con el objetivo de ganar visitantes, sino para "mejorar la calidad y el perfil del turismo".

Además, Jordi Clos, el presidente del Gremio, confirmó que “la marcha de grandes empresas ha tenido también un impacto directo sobre los resultados de nuestra actividad, ya que han dejado de celebrar sus eventos en la ciudad y hemos perdido un número significativo de reservas”, ha puntualizado Clos.

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