El Gobierno canaliza el Ebro, la crisis y hasta la masculinidad. Aquí lo único que no canaliza nadie es el suministro por carretera.

La ministra de Igualdad le ha quitado de un plumazo todo el protagonismo a Magdalena Álvarez, que se lo tenía bien ganado. Esta nueva ‘miembra’ del Gobierno es que no para. Y no crean que no para de coger el teléfono para canalizar masculinidades - que en una de estas se le va de las manos y se le convierte en un teléfono erótico-, de lo que no para ‘el paquete’ de Chaves es de meterse en todos los charcos. Cuando uno escribe con faltas de ortografía y en vez de reconocerlo se empeña en que a partir de ahora haya que poner vaca con b o burro con v, pues ya no puede salir del charco y se tiene que dedicar a chapotear en la memez.

Ahora dice la ministramiembracadémica que ‘fistro’ y ‘guay’ entraron en el diccionario con más facilidad que ‘miembra’ porque la mayoría de los académicos de la Real, son varones. Pues nada, en vez de darles sillones con letras se les da un teléfono y que se vayan canalizando.

Y es que a esta señora, flamenca ella, no la para ni Alfonso Guerra de rodillas, pero es la única que nos ha alegrado esta semana, porque a Pedro Solbes, que también tiene su aquel, no todos le tienen cogido el ‘puntito’ de humor y a Pérez Rubalcaba, que tiene 25.000 agentes por esos piquetes de Dios, no todos le creen.

La ventaja de Solbes es que el PIB, la inflación, los AFIS, la AIE y demás siglas que maneja el vicepresidente, son ‘bienes intangibles’, mientras que los piquetes, los palos, los camiones quemados y hasta la bolsa de la compra, lo que ahora maneja Rubalcaba, son de lo más tangible.

Otra de las virtudes de Rodríguez Zapatero es tener cabreado al personal, a todo el personal. Acercarse a algún interlocutor de la Policía o de la Guardia Civil es exponerse a un grito. Están que echan chispas aunque no lo digan en público. No sólo han hecho el ridículo sino que cuando han actuado ya era tan tarde que han tenido que ‘cargar’ con todo y las imágenes de agentes con mazas en la mano no eran de lo más digno. Tarde, mal y casi nuca.

En Fomento y en Interior, más de lo mismo. Afirman en voz baja que el Gobierno pensaba que era cuestión de dejar hacer, que los piquetes ya se cansarían y los huelguistas se diluirían solos a los diez minutos. Pues ya ven…

Y se les ha ido de las manos a los mismos huelguistas, autónomos patronos u obreros. El espectáculo de camioneros armados con hachas, navajas, tijeras, piedras y palos ha sido de auténtico bochorno. Razones aparte -que ni tienen toda la razón, ni sus reivindicaciones son todas aceptables-, la actuación de los piquetes está rayando en lo delictivo.

Y la crisis económica, la llamen como la llamen, está ahí. Dura, grave y apremiante, por más que el presidente del Gobierno quiera abroncar a Trichet mientras nos pide paciencia y se escuda en medidas que nadie conoce y en negociaciones que nunca llegan con los agentes sociales.

Mientras, todos tan contentos e ilusionados con la fundación de fundaciones de Caldera que va a ser un referente para la izquierda del mundo mundial. Lo malo de Caldera no es que Rodríguez Zapatero le haya nombrado para la cosa esa de la fundación, sino que él se lo ha creído y nos va a dar el rato.

 

Como nos lo están dando -se veía venir- los del Partido Popular del País Vasco o los del Partido Popular de Madrid o los del Partido Popular que van a hacer un congreso paralelo en Madrid. Eso, si no interviene Rajoy, que –como todo el mundo sabe- no ha intervenido en Euskadi y ha colocado a otro candidato de diseño, por el sólo hecho de no ser de San Gil. Pues es un aval. Y, hablando de avales, resulta que los mocitos y mocitas populares se han puesto de morros y los de Toledo y Madrid se las tienen tiesas hasta Valencia, pero ya verán ustedes cómo sólo es hasta Valencia. Eso, sino los entregan antes, en Cuenca, es un suponer.

Costa no se presenta y prestará todo su apoyo a Rajoy. Eso se llama haber mareado la perdiz y haber jugado a lo del perro del hortelano. Pero cada uno es muy dueño de jugar a lo que quiera o de decir lo quiera, que para eso hay democracia en el Partido Popular. Porque sin democracia Güemes no podría haber dicho que Cobo actúa como el esclavo moral de Gallardón. Ya se ve que la democracia de los partidos da para mucho.

Y la democracia en general no digamos. Porque ahora todos tenemos que hablar como quiere Bibiana Aído-Aída y eso sí que es igualdad y no la dictadura que nos impone la Real Academia de la Lengua- Lenguo.

Y es que se empieza cuestionando a Rajoy y se acaba cambiando el logotipo del partido, que ya se sabe que las gaviotas son inquietas por naturaleza, o igual es que no era gaviota sino gavioto y por eso ahora lo ponen de azul.

O a lo mejor es un desahogo de la masculinidad, teléfono en mano. O un efecto de la igualdad y de la paridad, esa que sirve para que Aído sea ministra de Igualdad.

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