Pactos y diálogo

En su primera comparecencia, tras su nombramiento, el portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, nos explicó que, ya en el primer Consejo de Ministros, Mariano Rajoy les había encargado dialogar y pactar. Bien está. Lo que no nos contó el portavoz fue que el presidente les había encargado pactar en todo, dialogar sobre todo y ‘tragar’ con todo. Bueno con todo no, con los temas económicos ni una broma.

Nuevamente Rajoy vuelve dónde solía y ese lugar no es otro que abandonar todo para ocuparse solamente del progreso material y del crecimiento de la economía. Si en la legislatura anterior, si en la prórroga de un año y si en las sucesivas campañas electorales, Rajoy sacaba pecho, única y exclusivamente, por los logros económicos y perdió la mayoría absoluta, debería de reflexionar por qué. A lo mejor es que los españoles no aprecian tanto los triunfos económicos o que los triunfos económicos no sean para tanto –sobre todo si atendemos al empleo- o es que tal vez existan otros parámetros por los que se rigen los electores y posiblemente esos parámetros, aunque a su manera, hayan sido tenidos en cuenta por otras fuerzas políticas que le arrebataron la mayoría tan deseada al presidente del Gobierno.

Lo ocurrido con la Ley de Educación es todo un síntoma. Dejando a un lado sus bondades o sus desaciertos, la verdad es que el Partido Popular y su presidente hicieron bandera de la defensa de sus planteamientos en materia de educación; pero esa bandera ha sido arriada –con no demasiado honor- a las primeras de cambio, por mucho que el titular del ramo se sienta satisfecho con el diálogo y el pacto.

Pues no señor ministro ni ha habido diálogo ni ha habido pacto. Nada más empezar la legislatura ha habido una clamorosa bajada de pantalones que ha dejado a más de uno con las vergüenzas al descubierto y como ahora el Gobierno está ocupado en taparse, los separatistas también quieren pactos y diálogo, también se va a pactar y a dialogar la ‘ley mordaza’ y se pactará y se dialogará, nada más y nada menos, que sobre el modelo territorial de Pérez Rubalcaba.

Está visto que Mariano Rajoy dijo a sus ministros lo que aquel cantaor de flamenco: ‘Toito te lo consiento menos…tocarme la economía’. Lo que pasa es que en esos ‘toitos’ hay cosas muy importantes para los españoles que, aunque no se refieran a lo económico, cuentan a la hora del voto.

Además, si el Gobierno y el Partido Popular se hubieran aflojado los tirantes hace un año, a lo mejor nos habíamos ahorrado ‘las funciones’.

 
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