Las campañas del Partido Socialista

De siempre la comunicación en el Partido Socialista ha funcionado muy bien. Otra cosa es que, a fuerza de reiteraciones todos acaben cogiéndoles el 'truquillo'. Además, como esas campañas o 'campañitas' siempre se hacen a través de los mismos medios, la cosa de detectarlas se hace más fácil.

Ahora estamos en dos que se simultanean en el tiempo y, a primera vista, tienen poco que ver entre sí. Pero sólo a primera vista.

Por un lado está la obsesión de Pérez Rubalcaba con el asunto del aborto y de la Iglesia Católica; por otro, el lanzamiento de Eduardo Madina como posible sucesor a título de Secretario General y de futuro candidato a presidente del Gobierno.

Ambas campañas tienen puntos en común. En una se trata de desplazar a Pérez Rubalcaba, de quitarle de en medio ante lo que a muchos correligionarios les parece una oposición blandita y buscarle un sustituto, 'tapado' se dice ahora. En la otra, por parte de Pérez Rubalcaba, el objetivo es precisamente hacerse el 'duro' y como lo del aborto y la Iglesia Católica siempre tiene su público pues adelante.

Unos quieren cargarse –muchos piensan que ya se lo han cargado- al actual líder y otros quieren reforzarle a base de abortos y de invectivas contra los obispos.

En cuanto a Madina, pese a su juventud tiene un currículum más que interesante. Licenciado en Historia, es un especialista en temas europeos y trabajó como asistente de Rosa Díez cuando estaba en el Parlamento Europeo. Es un hombre prudente que, de momento, se deja querer pero que encocora a las huestes de Rubalcaba que tratan por todos los medios de restarle posibilidades. Aun así, la campaña en algunos medios está montada, con encuestas y todo. Ya le califican como 'el deseado', aunque es de suponer que a un licenciado en historia el apelativo no le siente demasiado bien.

Y Pérez Rubalcaba monta su circo particular en torno al aborto y a las supuestas 'deudas' del Partido Popular con la Iglesia Católica. Dejando aparte las ambigüedades del ministro de Justicia, lo cierto es que los razonamientos de Pérez Rubalcaba abonan el deseo de muchos socialistas de prescindir de él y aupar a los 'madinas' de turno, ya sean catalanes o toledanos, que de todo puede haber en unas primarias.

Dicen los medios que lanzan las frases de Rubalcaba, que el Partido Popular solamente fue elegido para sacarnos de la crisis y para nada más. Como razonamiento es pobre y además no cuela. Dicen que los que están en contra del aborto ignoran los dictámenes científicos sobre el embrión humano. No cuela tampoco. Escriben que el problema es que se harán abortos en deficientes condiciones médicas y se pondrá en riesgo la vida de las mujeres. Pasado y antiguo por reiterativo y pasado por antiguo y demagógico aquello de que las pobres no pueden abortar mientras que las ricas se van al extranjero. Y todo ello adobado con palabras como integrismo, franquismo y jerarquía. Todo muy progre.

Nadie nos explica por qué hay plazos. Si la mujer tiene el derecho a decidir, si el feto no es un ser humano hasta que nace, no se entiende muy bien por qué se le puede quitar la vida en un plazo determinado de semanas y no diez minutos antes del parto.

 

Y llega Rubalcaba y se hace el adalid de las mujeres. Y nos habla de derechos conquistados, de viajes a otros países y de las deudas contraídas con la Iglesia. Deudas que no sabemos ni cuáles son ni por qué se han contraído.

Pero hay que hacer oposición por si los 'madinas' se acercan demasiado y mueven sillones.

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