Éramos pocos y Tamames parió un discurso y se lo han filtrado

Una moción de censura con un candidato de paja, no porque no sea una persona respetable sino porque -además de la seguridad del fracaso en las votaciones- poco o nada tiene que ver en su trayectoria y en sus afanes políticos con la ideología que se supone debería de representar, tiene muy difícil encaje en un devenir político con una cierta seriedad institucional.

Dice Tamames que el discurso filtrado es una versión muy preliminar, lo que quiere decir que intentará, con premura, “retocarlo, para que la cosa, que afirma que es una perversidad, sea menos burda.

Según la versión preliminar, Tamames comenzará haciendo historia de los años y de las ocasiones en las que estuvo en el hemiciclo. Eso le llevará un tiempo, no porque sean demasiados años, sino por las veces que cambió de ubicación para situarse desde los escaños del Partido Comunista de España, hasta los de Adolfo Suárez, pasando por el sol y sombra de un socialismo descafeinado.

En esta ocasión -y si los asesores en ubicaciones de Batet, deciden por fin la ubicación del candidato a la Presidencia del Gobierno- parece que le colocarán al lado de Echenique, lo que no es un final brillante y en cuya cercanía Tamames, corre el riesgo de “participar” de algunos regüeldos del portavoz de Podemos.

Pero sea cual fuere la ubicación, el contenido del discurso, el responsable de la perversidad y hasta el que ideó en Vox, primero lo de la moción de censura y después la designación del candidato, las jornadas en el Congreso, van a ser una mezcla de histrionismo, de risas contenidas y hasta de “desfachateces” propias de la catadura de algunos de nuestros políticos de todos los puntos cardinales del hemiciclo.

Una moción de censura con un candidato de paja, no porque no sea una persona respetable sino porque -además de la seguridad del fracaso en las votaciones- poco o nada tiene que ver en su trayectoria y en sus afanes políticos con la ideología que se supone debería de representar, tiene muy difícil encaje en un devenir político con una cierta seriedad institucional.

Una moción de censura que ni siquiera ha tenido el previo ejercicio del intento de allegar votos a favor por parte del candidato y de quienes le presentan, porque el resultado se conoce de antemano (como si fuera cosa de Negreira) poco tiene que aportar al panorama político de la nación.

Una moción de censura que no contará con la presencia del llamado a batallar con el actual líder de la mayoría, por cuanto, aunque estuviera presente, brillaría por su silencio obligado, nace muerta y estéril.

Una moción de censura que -salvo Belarra y Montero (la de turismo en Nueva York) que están locas por la música y quieren participar a toda costa, aunque sea por lo de la cuota o lo de la cremallera, nadie se toma en serio, por mucha solemnidad y preparación con las que se quiera disfrazar el esperpento.

 

Se trata de una moción de censura que trae absolutamente sin cuidado a una ciudadanía que está más en lo de buscar el supermercado al que va Calviño a por las ofertas de comestibles. 

Además, cuando quien ha promovido una moción de censura se cree en la obligación, pocos días antes de la celebración, de proclamar que nunca se le ha pasado por la imaginación retirarla, no puede ser tomada en serio por nadie.

Y lo de la filtración -incluido lo de la perversidad- es una entrega más en la humorada.

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