Todos somos Pepe

La noticia sobre la condena a Pepe Lomas, el anciano de 81 años que mató al ladrón que trataba de robar en su casa de Ciudad Real, es la confirmación de que algo está muy podrido en el sistema legal y judicial español. 

El caso es estremecedor. El 1 de agosto de 2021, un individuo se coló en la vivienda de Lomas armado con una motosierra, al más puro estilo de una película de terror. El propietario de la vivienda decidió actuar para proteger su vida y su hogar y disparó dos veces contra el asaltante con su escopeta del calibre 12. El ladrón murió en el acto.

Ahora, un jurado popular le ha condenado por un delito de homicidio con dolo eventual, que conlleva una pena de seis años y tres meses de cárcel. También se le ha condenado a indemnizar a los padres del fallecido, con 48.000 euros a cada uno en concepto de responsabilidad social, así como a los hermanos de la víctima, a 19.000 euros cada uno. Increíblemente, de las nueve personas que componían el jurado, nada menos que siete han considerado a Lomas culpable. 

El asaltante fallecido era un hombre hondureño de 35 años. Tenía la friolera de 45 antecedentes penales, 36 de la policía y nueve de la Guardia Civil. Tremendo currículum.

¿Cómo es posible que en un país que se considera moderno ocurran estas barbaridades? ¿Acaso no es evidente que la condena es una locura absoluta, se mire por donde se mire? ¿Dónde queda el derecho a la defensa propia? ¿Y el derecho a proteger la propiedad privada? ¿Nos hemos vuelto locos definitivamente?

Si un delincuente reincidente entra con una motosierra en nuestra casa, ¿qué se supone que debemos hacer los dueños? ¿Dejar que nos robe y nos corte la cabeza? 

En tiempos en los que los indultos y amnistías están a la orden del día para fines políticos, Pepe merece que se le perdone. Porque, en este caso, la justicia simplemente no es justa. Porque no podemos permitir que los malos ganen la partida a los buenos. Y sobre todo, porque nuestro sistema no puede estar diseñado para defender a los que viven al margen del propio sistema. 

Hoy, más que nunca, todos somos Pepe. Esperemos que quienes pueden actuar, lo hagan. Porque además, si no hacemos nada, el efecto llamada es inevitable. Y entonces España dejará de ser un país seguro. Ni siquiera en nuestra propia casa.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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