Archivado el expediente a un suboficial de Inteligencia denunciado por acoso laboral

El Ejército de Tierra ha cerrado cuatro años después la investigación a un brigada, que había sido señalado por una cabo 1º de la misma unidad

Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra, en Talarn (Lérida).
Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra, en Talarn (Lérida).
  1. Investigar si hubo falta grave
  2. Incoación tras la noticia de ECD
  3. Declararon la denunciante y tres testigos
  4. Discusión por la identidad de una fuente
  5. Dedujo testimonio del cabo 1º de la Guardia Civil
  6. Información previa archivada

 

La asesora jurídica general del Ejército de Tierra, la general auditor Begoña Aramendía, firmó el pasado mes de noviembre un documento en el que propuso al general jefe de la División de Operaciones que cierre y archive la información previa que abrió contra un subteniente que había sido denunciado por una cabo 1º cuando ambos estaban destinados en una unidad de información.

Confidencial Digital ya informó sobre este caso en julio de 2023. El Juzgado Togado Militar Territorial nº 43, con sede en Burgos, había archivado una denuncia  que una cabo 1º, destinada en la Sección de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra, había presentado contra un superior en esa misma unidad: un brigada en el momento de los hechos denunciados, que posteriormente había ascendido a subteniente, y que dirigía esa unidad de información.

La cabo 1º le acusó de acoso laboral, por una serie de situaciones que vivió a partir de la llegada de ese jefe, en las que, a su juicio, el entonces brigada le dirigió comentarios despectivos (algunos a gritos) y actitudes humillantes, muchas de ellas delante de otros miembros de la unidad, que fueron haciendo mella en su ánimo y estado psicológico.

La cabo 1º denunciante de este caso había llegado a la unidad de información de Bilbao en 2011. El suboficial denunciado se hizo cargo de la jefatura de esa unidad a principios de 2018.

Algo más de un año y medio después, en septiembre de 2019, la cabo 1º presentó una denuncia ante el Juzgado Togado Militar Territorial nº 43 contra él, su jefe, entonces con el empleo de brigada.

Investigar si hubo falta grave

El juez togado archivó en febrero de 2022 las diligencias previas que abrió por esta denuncia. Consideró que no había indicios para seguir investigando judicialmente ese presunto acoso, pero sí entendió que ciertos hechos denunciados podrían ser constitutivos de una falta grave del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, presuntamente cometida por ese suboficial en su trato hacia la cabo 1º denunciante.

En el auto, el juez togado dejó escrito que “sin que se haya practicado diligencia alguna acerca de su integridad y autenticidad y tampoco alegado nada en contrario, podría inferirse que el ejercicio del mando por parte del entonces brigada no se acomodaba plenamente a los citados preceptos de las ordenanzas”.

Concretamente, remitió a la autoridad con competencia sancionadora del Ejército de Tierra los hechos de una discusión entre el suboficial y la cabo 1º, “por si la actitud del citado suboficial pudiera resultar constitutiva de infracción disciplinaria” y se hubiera apartado del artículo 53 de las Reales Ordenanzas, que establece que el militar que ejerza mando “será firme en el mando, graciable en lo que pueda y comedido en su actitud y palabras aun cuando amoneste o sancione”.

 

Incoación tras la noticia de ECD

El General Segundo Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (2º JEME) recibió ese auto judicial que instaba a abrir un expediente disciplinario a ese subteniente, que dirigía una unidad de información del Ejército en Bilbao.

La noticia ya citada la publicó ECD el día 17 de julio de 2023. Justo al día siguiente, el 18 de julio, el general jefe de la División de Operaciones del Ejército de Tierra incoó información previa a raíz del auto judicial, que se había dictado en febrero de 2022, un año y medio antes.

Entre medias hubo un recurso desestimado ante el Tribunal Militar Territorial Cuarto, y una petición de la cabo 1º denunciante, que quiso saber qué había ocurrido con su caso.

La Sección de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra le respondió que no habían recibido el auto de archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 43, juzgado que lo envió a la Sección de Inteligencia y Seguridad, y ésta lo remitió al General Segundo Jefe de Estado Mayor del Ejército.

Declararon la denunciante y tres testigos

El general jefe de la División de Operaciones solicitó a la Asesoría Jurídica del Ejército de Tierra que nombrara a un instructor para esa información previa.

La jefa de la Asesoría Jurídica nombró a una capitán auditor como instructora.

La capitán tomó declaración a la cabo 1º, para que pudiera ratificarse en su denuncia y, si lo consideraba necesario, la ampliase y aportase todos los datos para aclarar lo sucedido.

También declararon ante la instructora tres testigos del incidente investigado: un teniente coronel y un brigada del Ejército de Tierra, y un cabo 1º de la Guardia Civil.

Sin embargo, no le tomó declaración al subteniente señalado por la denunciante.

Discusión por la identidad de una fuente

La cabo 1º volvió a relatar que la chispa del incidente fue la negativa que ella ofreció a su jefe, el brigada, cuando él le pidió que le revelara la identidad de una fuente de información, una persona de la que obtenía datos para su trabajo en esa unidad de información en Bilbao de la Sección de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra.

Declaró que el brigada se enfadó por su negativa, levantó la voz, gesticuló e incluso la amenazó: “Te vas a enterar y mucho, no lo sabes tú bien”.

Pero los testigos no avalaron esa versión. El cabo 1º de la Guardia Civil, único testigo presente en el lugar de los hechos, dijo que ese día no se produjo ninguna discusión, negó haber intervenido en la conversación entre el brigada y la cabo 1º, y negó otros detalles de la declaración de la denunciante.

Otro testigo indirecto, el superior de la cabo 1º, desmintió que ella le contara que la discusión con el brigada se había producido tal y como ella lo expuso, y que tampoco había visto nunca trato incorrecto entre los miembros de ese equipo o unidad de información del Ejército de Tierra en Bilbao.

Por su parte, el teniente coronel conocía la discusión, pero no las palabras exactas que se dijeron en la misma.

La instructora reflejó que los testigos negaban algunos detalles de la discusión declarados por la cabo 1º, y de otros o no se acordaban, o los desconocían.

Dedujo testimonio del cabo 1º de la Guardia Civil

La denunciante señaló que las declaraciones de algunos de los testigos contradijeron lo que habían testificado en el procedimiento judicial abierto por el Juzgado Togado Militar Territorial nº 43.

A este respecto, cabe señalar que el juez togado, en el auto de archivo de 2022, reflejó que el fiscal jurídico militar había pedido deducir testimonio y enviar a la autoridad disciplinaria de la Guardia Civil la declaración del cabo 1º del cuerpo.

Este miembro de la Guardia Civil, también integrado en ese equipo de información del Ejército de Tierra, tuvo que declarar varias veces. Al contrastar lo que había declarado en un expediente administrativo anterior, y lo que dijo en sede judicial, el fiscal detectó contradicciones.

Cuando el juez le citó para que se aclarase, “mostró una actitud esquiva y reticente […] a responder de manera clara y concisa a las preguntas que le eran formuladas”.

Por ello el juez le advirtió reiteradamente de su obligación de decir la verdad, al ser testigo, y de las consecuencias legales de su actitud.

Información previa archivada

Pese a ello, el cabo 1º de la Guardia Civil volvió a declarar como testigo en esta información previa, como ya se ha indicado.

La capitán auditor que instruyó la información previa concluyó que no se observaba una mínima base que permitiera apreciar en los hechos denunciados ninguna falta disciplinaria.

Además, los hechos descritos carecen, a su juicio, de entidad suficiente como para llegar a constituir falta muy grave, grave, ni leve, según el Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas.

Por ello, al no existir a su juicio indicios suficientes para incoar un expediente disciplinario, propuso archivar la información previa.

La asesora jurídica del Ejército de Tierra, la general auditor Begoña Aramendía, aceptó ese criterio y propuso archivar el caso. El general jefe de la División de Operaciones, efectivamente, cerró la información previa, cuatro años después de que se iniciara este caso en 2019.

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