Cambiar el nombre de los suboficiales por “Escala Intermedia”, la propuesta de una asociación de militares

AUME pretende introducir esa modificación en la Ley de la Carrera Militar de 2007 para evitar “significantes que relativicen a ciertas escalas con respecto a la posición que mantienen sobre otras”

Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra, en Talarn (Lérida).
Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra, en Talarn (Lérida).

Acabar con la temporalidad de los militares de Tropa y Marinería, que tienen que dejar las Fuerzas Armadas a los 45 años, es uno de los objetivos de varias asociaciones profesionales de militares.

Las asociaciones específicas de la Escala de Tropa, como la Unión de Militares de Tropa (UMT) y la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), llevan años reclamando que se acabe con esa dualidad de militares de carrera (oficiales y suboficiales) y militares temporales (de Tropa y Marinería).

Por eso reclaman una ley de carrera militar única, que integre a todas las escalas y que facilite el ascenso de una escala a otra. Dicha ley sustituiría las leyes 8/2006, de 24 de abril, de Tropa y Marinería, y 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar, que consagran ese modelo de soldados y cabos temporales y hasta los 45 años.

La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) es una asociación con asociados en varias escalas: Tropa, Suboficiales y Oficiales. Ahora ha elaborado su propia propuesta de una nueva ley de carrera militar, que plantea facilitar los ascensos entre escalas y reducir al mínimo la temporalidad entre la Tropa y Marinería.

“Ley Integral de Carrera Militar”

Hace meses AUME anunció que creaba un grupo de trabajo para elaborar un borrador de propuesta de una nueva “Ley Integral de Carrera Militar”.

La propuesta ya está lista, y ha sido registrada para presentarse en el pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (Coperfas), el órgano que reúne a responsables políticos del Ministerio de Defensa, mandos de personal de los ejércitos y representantes de las asociaciones profesionales de militares.

Escala Intermedia en vez de Suboficiales

El documento presentado por AUME no es un borrador de texto legal como tal, sino que incluye una introducción amplia con los problemas que pretende solucionar, y luego una serie de “principios rectores”, puntos que plantea que serían necesarios introducir en una nueva ley que sustituya a las leyes de Tropa y Marinería de 2006 y de la carrera militar de 2007.

Uno de los puntos más llamativos es el último. Esta asociación propone no sólo integrar todas las escalas en una única ley, y facilitar el ascenso entre ellas: también quiere que se les cambie el nombre.

“Para visibilizar la ruptura con el anterior sistema de escalas estancas se hace aconsejable variar la denominación de algunas escalas”, explica AUME. Su propuesta es la siguiente:

 

-- Escala Militar Básica, en vez de Escala de Tropa y Marinería: de soldado o marinero (el empleo más bajo) a cabo mayor.

-- Escala Militar Intermedia, en lugar de Escala de Suboficiales: de sargento a suboficial mayor.

-- Escala Militar de Oficiales: de alférez a general.

De adoptarse estos cambios, la Escala de Tropa y Marinería y la Escala de Suboficiales cambiarían sus denominaciones por Escala Militar Básica y Escala Militar Intermedia. El nombre de “Escala Militar Básica” es similar al de la Escala Básica de la Policía Nacional, por ejemplo.

La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) explica que con esas nuevas denominaciones se evitarían “significantes que relativicen a ciertas escalas con respecto a la posición que mantienen sobre otras y desvinculándose de nominalismos que con justicia o sin ella se asocian socialmente a realidades que no se corresponden con el carácter profesional actual que ahora representan”.

Esto podría referirse a la Escala de Suboficiales, que en su nombre lleva esa subordinación a los oficiales.

Temporalidad reducida al mínimo

El planteamiento de AUME sobre los militares de Tropa, ahora temporales salvo un pequeño porcentaje de permanentes, no aparece tan concreto pero sí declara su objetivo de reducir la temporalidad que ahora alcanza a la inmensa mayoría.

“Siendo la profesión militar una función estable del Estado, la temporalidad laboral en las Fuerzas Armadas debe tener carácter accesorio y estar, en todo caso, enfocada como opción del militar en orden a redirigir su carrera funcionarial en otros cuerpos o sectores de la administración pública o en el sector privado”, es el “principio rector” que sobre este asunto incluye en su propuesta de ley.

Para dejar la temporalidad en algo “accesorio”, establece que “las Fuerzas Armadas proporcionarán la obtención de capacidades profesionales y titulaciones en el ejercicio profesional y velarán porque las mismas resulten eficaz y suficientemente acreditables para tal fin”.

En definitiva, señala que “la profesión militar será considerada una profesión estable, la temporalidad debe de reducirse al mínimo y siempre de carácter voluntario. Se podrá redirigir la carrera profesional, dentro de la propia administración de Defensa, de otras administraciones públicas o del ámbito privado, garantizando la administración, mediante formación, obtención de méritos o capacidades profesionales, la integración a dichos puestos”.

En la introducción a su propuesta, AUME critica la “lamentable pérdida de personal formado y experimentado, por motivo de su llegada a la edad de 45 años y, por tanto, finalización de su compromiso”, que “ha sido puesta de manifiesto por mandos de personal de los ejércitos en sede parlamentaria”.

Fomentar el salto de suboficial a oficial

En el modelo de “carrera militar integral”, la Asociación Unificada de Militares Españoles pretende fomentar que los militares de una escala accedan a la superior.

Lamenta que “otra de las disfunciones más tangibles que la Ley de Carrera actual ha ocasionado, es la estanqueidad entre la escala de suboficiales y la de oficiales, del cuerpo general principalmente y del resto de cuerpos accesoriamente”.

De hecho, señala que las cifras de oficiales egresados provenientes de suboficial se quedan en torno al 4%, “cifras que no se conocían en la serie histórica desde mucho antes de la democracia”, algo que “resultaría inadmisible en otros cuerpos comparables de la administración”.

A juicio de AUME, eso “no solo resulta desastroso para las expectativas personales de un gran número de militares capacitados y experimentados, sobradamente preparados profesional y académicamente, que han demostrado su valía, sino que, principalmente, incide en la eficacia real de las Fuerzas Armadas que ven mermadas sus capacidades al desperdiciar tal volumen de conocimiento”.

Esta asociación asegura que actualmente el sistema interpone “un foso de medidas encaminadas a la separación” entre suboficiales y oficiales, medidas que “impiden de facto la promoción del suboficial a oficial, no como resultado de las pretendidas escusas, sino como objetivo y condición necesaria, de un sistema clasista decimonónico inaceptable en la actualidad”.

Un tercio de plazas para promoción interna

Por ello, la propuesta es AUME trata de potenciar la promoción interna, como forma de saltar a escalas superiores.

“La promoción interna es el recorrido profesional, inherente a la carrera, que el militar puede realizar de manera efectiva por los diferentes empleos militares, de soldado a general, sin más limitaciones para el acceso a los mismos que los derivados de la acreditación de los niveles académicos necesarios y los conocimientos y capacidades militares alcanzados, requeridos para cada uno de ellos, en concurrencia competitiva basada en los principios de igualdad, mérito y capacidad”, establece el texto elevado por esta asociación.

En esa promoción interna “no existirán más limitaciones de edad ni número de convocatorias que aquellas derivadas del cumplimiento de los tiempos mínimos de servicio en activo para alcanzar el resarcimiento económico a la administración respecto de la formación recibida”.

La Asociación Unificada de Militares Españoles propone que “para los ingresos por promoción a los empleos de sargento y teniente (que tienen también acceso directo), se reserve un cupo nunca menor de un tercio a aquellos que asciendan desde los empleos anteriores, siempre que cumplan con los requisitos mínimos para tal empleo o para cursar los estudios conducentes a ellos”.

Sobre los límites de edad, reclama eliminarlos, ya que “carecen de sentido si el aspirante demuestra una condición física adecuada”.

Con esas medidas que ha puesto por escrito cree que “la carrera sin cortafuegos derivará en fluidez y eliminará tapones en ciertos empleos que derivan en la subida de la edad media de los mismos y los inferiores”.

Sindicatos militares

Junto a esas medidas para acabar con la temporalidad y favorecer la movilidad entre escalas, otra novedad destaca que propone la Asociación Unificada de Militares Españoles es introducir el derecho de sindicación en las Fuerzas Armadas.

“Los militares tienen derecho a la creación y participación en sindicatos profesionales; el Ministerio de Defensa facilitará y fomentará el dialogo social”: es la idea que AUME incluye en su documento.

Desde esta asociación denuncian que restringir el derecho a crear sindicatos en las Fuerzas Armadas “contradice la lógica democrática de posibilitar el ejercicio de este [el derecho de sindicación] a todos los ciudadanos y ello se ha venido manteniendo a lo largo de tanto tiempo debido a la percepción irracional de que dicha salvaguarda justificaba medida tan drástica”.

Consideran que la prohibición de los sindicatos de militares obedece a las circunstancias históricas de la Transición, pero ahora las Fuerzas Armadas han evolucionado y ya existen ejemplos de ejércitos europeos (Alemania, Bélgica, Noruega) en los que, según destaca AUME, se reconoce el derecho de sindicación.

“Por si el hecho anterior no fuera razón suficiente para demostrar la compatibilidad fáctica del derecho con la función militar, cabe exponer que diversos trabajos en los que la disciplina, la jerarquía y la unidad, actúan como elementos principales, tampoco prohíben en España el derecho a pertenecer a un sindicato, como la policía o los bomberos”, pone como ejemplo.

Añade AUME que “pensar que los militares van a ponerse a votar si cumplen o no cumplen una orden por el hecho de pertenecer a un sindicato es proscribir a los militares a un estadio moral inferior al de ciudadano, o de cualquier otro funcionario que en ningún caso ve limitado dicho derecho y cumple plenamente sus funciones”.

Cabe señalar que otra asociación, Militares Con Futuro, se inscribió a principios de este año en el Registro de Asociaciones Profesionales de las Fuerzas Armadas, y entre sus principales reivindicaciones se encuentra la de que se permita a los militares crear y participar en sindicatos, y no sólo participar en las asociaciones profesionales.

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