El gesto que ha unido de nuevo a los boinas verdes en Jaca este año
Según Jacetania Express, el entorno de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales ha sido escenario de un encuentro que cada año concentra a veteranos llegados de distintos puntos de España. Una reunión cargada de simbolismo en la que se revive un legado que forma parte de la identidad militar del país. Un acontecimiento que coincide con las fechas fundacionales de una unidad muy vinculada a Jaca, descritas por el propio Ejército en su página oficial Ejército de Tierra.
Aunque el ambiente fue emotivo y marcado por el compañerismo, hubo un motivo concreto que dio sentido a esta nueva cita de los antiguos guerrilleros. Un motivo que conserva la misma fuerza que hace décadas y que continúa siendo un símbolo para todos ellos.
Una cita anual marcada por la tradición militar en Jaca
La localidad de Jaca y su entorno acogen desde hace años a los veteranos de las unidades de Operaciones Especiales, que regresan para mantener vivo el espíritu que los unió en su etapa de servicio. Para muchos, reencontrarse supone revivir la disciplina, la exigencia física y la hermandad que marcaron su trayectoria en el Ejército. Este vínculo permanece intacto y convierte esta reunión en uno de los eventos más significativos para los antiguos boinas verdes de Aragón.
Este año, la convocatoria reunió de nuevo a decenas de participantes, algunos acompañados por familiares. Actividades en la montaña, encuentros culturales y momentos de recuerdo formaron parte del programa, que se ha consolidado como una tradición ineludible dentro del calendario veterano de las unidades especiales.
El motivo central del encuentro
A partir del tercer párrafo se desvela el motivo que explica la importancia de esta cita: la conmemoración del 44 aniversario de la creación de la Compañía de Operaciones Especiales de la EMMOE. Fundada el 9 de noviembre de 1981, esta unidad se convirtió en una referencia nacional en la formación de especialistas en montaña, combate y operaciones de alta exigencia. Su disolución en los años noventa no hizo desaparecer el sentimiento de pertenencia de quienes lograron superar sus exigentes procesos de instrucción.
Para los veteranos, celebrar este aniversario no es únicamente recordar una fecha, sino reivindicar el modo de vida que representó la boina verde. En palabras de antiguos miembros, recibirla implicaba superar pruebas físicas y psicológicas que marcaban para siempre la trayectoria profesional y personal del soldado.
La herencia de la COE de la EMMOE
La unidad fundada en 1981 se convirtió en uno de los núcleos de referencia de las Operaciones Especiales en España. Su programa de instrucción incluía fases de montaña, navegación, supervivencia, técnicas de infiltración, tiro avanzado, explosivos y periodos prolongados en condiciones extremas. De ahí que quienes lograron completarlo mantengan un lazo que trasciende el tiempo.
Testimonios de quienes formaron parte de la unidad
Algunos de los asistentes recordaron las largas jornadas de entrenamiento, los desplazamientos a pie hacia zonas de maniobras como San Gregorio y la especial relación de confianza que se generaba en los binomios de trabajo. El respeto hacia los mandos, la responsabilidad individual y el compañerismo eran pilares básicos de la instrucción, reconocidos aún hoy por los participantes.
Entre los testimonios destacó el de veteranos que sirvieron entre finales de los ochenta y comienzos de los noventa. Describieron días de maniobras intensas, marchas prolongadas y fases técnicas como la de submarinismo o la de montaña invernal. Estas experiencias, aseguran, siguen siendo referencia personal en su vida adulta.
El papel de los mandos en la formación de los guerrilleros
Los oficiales y suboficiales que formaron parte de la EMMOE subrayaron durante el encuentro el orgullo que sienten al ver cómo los soldados de entonces mantienen vivo el espíritu de sacrificio y servicio. Recordaron que la instrucción de la unidad tenía un nivel de compromiso muy superior al de otras unidades del servicio militar obligatorio. La dureza del programa, con más de 120 días al año en el campo, definía el perfil de quienes solicitaban formar parte de la COE.
Además, los mandos destacaron la operatividad que esta estructura aportaba a misiones civiles y de apoyo, antes incluso de la creación de la Unidad Militar de Emergencias en 2005. Intervenciones en incendios, búsqueda de personas o apoyo logístico en grandes eventos fueron algunas de sus funciones adicionales.
Una conexión permanente entre la vida militar y la sociedad civil
Los asistentes recordaron también episodios de colaboración con la sociedad en situaciones en las que se requería personal altamente entrenado. En Candanchú, por ejemplo, la unidad participó en la preparación urgente de pistas para competiciones internacionales, lo que evidenció la versatilidad operativa de sus miembros.
Anécdotas y recuerdos compartidos
Las vivencias acumuladas por los veteranos afloraron durante la reunión: marchas con escasez de agua, jornadas que combinaban frío extremo y maniobras prolongadas o momentos de descanso improvisado en los que, pese al cansancio, se mantenía el espíritu joven de la unidad. Sin embargo, el recuerdo más compartido fue el dedicado a los compañeros que ya no están.
Para muchos, la boina verde sigue siendo un símbolo que representa esfuerzo, disciplina y lealtad. Una vez conseguida, afirman, deja de ser necesario explicar nada sobre lo vivido. Quien ha pasado por una unidad de Operaciones Especiales sabe que la exigencia y el espíritu de cuerpo marcan para siempre.
La Asociación de Guerrilleros de Aragón y su continuidad
La actual Asociación de Guerrilleros de Aragón, constituida en 2015, continúa ampliando el legado de las antiguas unidades especiales. Forma parte de la Federación de Veteranos Boinas Verdes y trabaja para mantener el vínculo entre sociedad civil y cultura militar. Actualmente reúne a antiguos miembros de diversos puntos del país, especialmente a quienes formaron parte de la COE de la EMMOE.
Según sus responsables, el objetivo es mantener viva la camaradería y dar visibilidad al trabajo desarrollado por las unidades de Operaciones Especiales. Asimismo, la asociación mantiene abierta la puerta a cualquier veterano que haya servido en alguna unidad de este tipo.
La reunión de este año en Jaca volvió a dejar claro que el espíritu de los boinas verdes permanece intacto. Cada aniversario reafirma la historia compartida y refuerza una identidad que continúa transmitiéndose entre generaciones de militares y veteranos.

