El Gobierno bloqueó en plena campaña electoral la repatriación de varios muertos de la División Azul

Recuperados de fosas comunes, se encuentran en San Petersburgo a disposición del consulado. Estaba previsto trasladarlos a España a principios de noviembre pero llegó la orden de retrasarlo

Voluntarios de la División Azul en el frente ruso.
Voluntarios de la División Azul en el frente ruso.

Las elecciones generales del pasado 10 de noviembre tuvieron efectos hasta en Rusia. Al menos, en las labores de repatriación a España de los restos mortales de integrantes de la División Azul, la unidad que Franco envió para luchar al lado de la Alemania de Hitler en el frente oriental contra la Unión Soviética de Stalin.

Así lo cuentan a Confidencial Digital dos fuentes distintas, conocedoras de un complejo proceso que se inició cuando, en los trabajos de exhumación de fosas comunes y cementerios en el oeste de Rusia, zona que fue frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial, se identificó no sólo a combatientes rusos (o de otras ex repúblicas soviéticas) o alemanes, sino que también aparecieron cuerpos enterrados de españoles que combatieron allí junto a las tropas alemanas entre 1941 y 1943.

La campaña del 10-N

La repatriación de varios miembros de la División estaba prevista para principios de noviembre. Teniendo en cuenta que las elecciones se celebraron el día 10, la llegada a España de estos restos mortales se habría producido en plena campaña electoral.

Y no se trataba de una campaña electoral cualquiera en este sentido. El PSOE y el equipo de Pedro Sánchez habían convertido la Memoria Histórica en su principal baza electoral para el 10-N.

La estrategia se basó en que finalmente, 44 años después de su muerte y entierro, había sido el Gobierno de Sánchez quien había sacado del Valle de los Caídos los restos de Francisco Franco.

Búsqueda de fosas comunes

La exhumación de Franco como hito por la “dignidad democrática” y como reparación a las víctimas del franquismo, frente a la amenaza de la “ultraderecha”, fue uno de los argumentos de los socialistas ante el 10-N.

Además, se anunció un nuevo impulso a la búsqueda de republicanos fusilados en la Guerra Civil o durante la represión franquista, que en muchos casos siguen enterrados en fosas comunes.

La repatriación de los restos exhumados de combatientes de la División Azul enviada por Franco habría podido verse como una exaltación o enaltecimiento de la dictadura franquista y de la colaboración con los nazis, lo que contradeciría la actitud del PSOE y del Ejecutivo de Sánchez.

Un proceso que empezó hace años

Hace años que se estableció un procedimiento por el cual estos restos mortales de fallecidos de la División Azul que se encuentran en Rusia son identificados con ayuda de la documentación que tiene en sus archivos el Ejército de Tierra.

 

Tras esa identificación, se busca a los descendientes o familiares de estos divisionarios, y se les ofrece la posibilidad de repatriar los restos mortales para enterrarlos en algún cementerio en España. Se hace entrega de los restos en un acto discreto en Madrid.

Si no se localiza a los familiares, o éstos no piden la repatriación, los españoles son enterrados en el cementerio de Pankovka, en Novgorod (190 kilómetros al sureste de San Petersburgo), donde descansan los restos mortales de miles de alemanes muertos en la guerra.

En ese cementerio existe una zona reservada para los miembros de la División Azul, que se inauguró en 1997. El camposanto es atendido y conservado gracias al trabajo de la Fundación Indortes, que siempre ha destacado que, en las exhumaciones, inhumaciones, conmemoraciones y actos que realizan en Rusia relacionados con los españoles de la División Azul, cuentan con un comportamiento y colaboración “ejemplares” por parte de las autoridades y del pueblo ruso.

Una entidad alemana realiza los trabajos

Cada año, en dos campañas de exhumaciones durante los meses con menos nieve y hielo en Rusia, se suelen recuperar varios restos mortales (cuatro, cinco, seis) de españoles caídos en combate que no pudieron ser repatriados a España en medio de la guerra y que terminaron siendo bien enterrados en algún cementerio de la zona, o bien simplemente sepultados en una fosa común.

El proceso lo organiza principalmente la organización humanitaria alemana “Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V.” (VDK), que contrata trabajadores rusos y que exhuma, identifica y pone a disposición de Rusia, de Alemania, de España o del país de origen del combatiente, los restos mortales.

En el caso de España, existe una entidad, denominada Fundación Indortes, que se dedica a “ fomentar la memoria, conservación, vigilancia y ornato de los cementerios y tumbas de combatientes españoles o bajo Bandera de España, caídos en lucha, sin distinción de época, lugar, credo o ideología”. Eso supone atender desde el cementerio español en Tetuán (en el antiguo protectorado español en Marruecos) hasta el de Novgorod en Rusia.

La Fundación Indortes colabora en Rusia con la alemana VDK en las tareas de exhumación e identificación de restos de españoles enterrados en Rusia: paga a VDK parte de los gastos y colabora en el proceso de identificación.

El consulado y el Ejército también participan

Intervienen también la Embajada de España en Rusia y los consulados, principalmente el Consulado General de España en San Petersburgo. Las embajadas tienen entre sus funciones tramitar las repatriaciones de fallecidos en un país extranjero.

Y, por último, asume un papel importante el Ejército de Tierra, concretamente la Dirección de Asistencia al Personal.

La División Azul estuvo formada tanto por militares profesionales como por voluntarios civiles que se alistaron por distintos motivos. Falange Española Tradicionalista y de las JONS abrió “banderines de enganche” por toda España para reclutar voluntarios que lucharan al lado de las tropas de Hitler contra la Unión Soviética comunista.

Todos los que se alistaron en la División Azul pasaron a ser militares. Por eso, como ocurre en otros muchos países que participaron en conflictos como la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, el Ejército (o el Ministerio de Defensa) interviene para repatriar a sus caídos en el extranjero. Es el caso, por ejemplo, de Rusia, que honra y en ocasiones ha repatriado a militares soviéticos muertos en la Guerra Civil española.

Muertos republicanos

Respecto a la polémica de por qué no se hace lo mismo con republicanos que murieron en Rusia o en Francia luchando contra los nazis, las Fuerzas Armadas sólo gestionan la repatriación de militares, es decir, enviados de forma oficial por el gobierno para combatir en un conflicto bélico.

Paralizado por las elecciones

ECD ha podido confirmar, por varias fuentes conocedoras de este proceso, que la repatriación de los restos mortales de varios divisionarios recuperados en Rusia lleva semanas bloqueada.

El motivo que se alegó en un primer momento ante la entidad alemana que lidera la primera fase del proceso, VDK, tuvo que ver con las elecciones generales del 10-N.

En los últimos meses se habían recuperado e identificado en Rusia siete cuerpos de españoles de la División Azul. En cinco casos ya se habían cumplimentado los trámites y se habían recabado todos los documentos requeridos para identificar los restos mortales y trasladarlos a España.

Sólo en los otros dos casos faltaban trámites de identificación a realizar por la fundación alemana VDK.

Estos cadáveres se recuperaron del cementerio de Pankovka. En otros casos se encuentran y exhuman restos mortales de españoles en el propio lugar de la batalla, donde murieron y fueron enterrados de forma sencilla: por ejemplo, en Krasny Bor, a las afueras de San Petersburgo, donde la División Azul tuvo más de 2.000 bajas en febrero de 1943.

También fueron sepultados muchos españoles muertos en esta campaña en Riga, la capital de Letonia. En Riga se instaló el hospital militar español para atender a los heridos de la División Azul, y muchos de los que al final fallecieron fueron enterrados en una fosa junto al hospital.

De dicha fosa no se han recuperado restos mortales porque actualmente está cubierta por una autopista, y no se puede excavar allí.

Varios retrasos en cinco repatriaciones

La repatriación a España de los cinco cuerpos identificados estaba prevista para principios del mes de noviembre. Poco antes de que llegara la fecha prevista, a los alemanes de VDK llegó la instrucción de no entregar todavía los restos mortales al Consulado en San Petersburgo: la repatriación se retrasaba.

La razón que le dieron fue que, por la cercanía de las elecciones generales del 10 de noviembre, se había decidido aplazar la repatriación.

Treinta repatriaciones

En los últimos quince o dieciséis años se han producido casi una treintena de repatriaciones de cuerpos de miembros de la División Azul recuperados en Rusia.

Siempre han sido procesos muy discretos, en los que el traslado y entrega de los restos mortales a las familias se han hecho sin atención mediática, quedando todo restringido a un acto íntimo en la Dirección de Asistencia al Personal, en Madrid, y con la asistencia de los familiares de los fallecidos.

Sin embargo, distintas fuentes militares apuntan a ECD que, en el entorno del 10-N la orden de retrasar las repatriaciones obedecería al objetivo de que no se produjera la entrega de los restos mortales y la consiguiente inhumación en España de estos españoles muertos luchando en la División Azul que la dictadura de Franco envió a Rusia para colaborar con la Alemania de Hitler.

El PSOE y Podemos criticaron los traslados

Entre febrero y marzo de 2018 varios partidos de izquierdas y asociaciones de Memoria Histórica pidieron explicaciones al Gobierno de Mariano Rajoy por las repatriaciones de restos de fallecidos de la División Azul.

El PSOE, Unidos Podemos y Compromís registraron distintas iniciativas parlamentarias en las Cortes Generales para exigir información sobre estas exhumaciones y repatriaciones.

Su queja venía, sobre todo, porque el Ejecutivo del PP había paralizado en la práctica las exhumaciones de republicanos muertos en la Guerra Civil y enterrados en fosas comunes, al cerrar el grifo de las ayudas públicas para recuperar restos de estas víctimas de la contienda de 1936-1939 y de la represión franquista.

Se produjo el cambio de Gobierno con la moción de censura, el PSOE de Pedro Sánchez sucedió al Partido Popular de Mariano Rajoy, y en principio el proceso de repatriaciones de muertos de la División Azul no fue suspendido ni anulado por el Ejecutivo socialista.

La participación del Gobierno de España, a través del Ministerio de Defensa, en las tareas de exhumación, identificación y traslado a España de miembros de la División Azul encontrados en Rusia se contempla en un convenio suscrito con Alemania en 1995 -por tanto, con el Gobierno socialista de Felipe González-, que fue ratificado por el ministro de Defensa Pedro Morenés, en 2015, ya con el PP.

Autorizados por Defensa y ya pagados

Con este contexto de críticas en el pasado por parte del PSOE de Pedro Sánchez y de los que antes del 10-N ya eran los partidos con los que trataba de pactar su investidura, llegó la orden de frenar unas repatriaciones que habrían llegado en los días previos o posteriores a las elecciones generales.

Fuentes consultadas por ECD incluso añaden que el traslado estaba “expresamente autorizadas por la ministra de Defensa y el ministerio ya había pagado a la empresa de transportes rusa los gastos correspondientes”.

El proceso, en principio, se aplazó a finales del mismo mes de noviembre. Pero pasó de nuevo esa fecha, y a principios de diciembre se dio la indicación a la fundación alemana VDK de que la repatriación de los restos mortales que tienen todos los trámites completos no se realizaría hasta enero de 2020.

La fundación alemana no llegó a entregar los restos mortales al consulado, ante la orden de frenar la repatriación. Por ello, los féretros se encuentran aún en un almacén que VDK tiene en San Petersburgo, y no han sido entregados todavía al consulado español.

Las explicaciones oficiales

ECD se ha puesto en contacto con el Consulado General de España en San Petersburgo, para recabar más información sobre el traslado de los restos mortales de estos españoles.

Desde el consulado rechazaron hacer declaraciones, y derivaron la consulta a la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Desde la OID aseguraron que el consulado tramita la repatriación del cadáver de un español siempre que tenga toda la documentación requerida. “El aplazamiento es probable que exista”, admitieron, pero señalaron que en todo caso esos trámites dependen más del Ministerio de Defensa.

Consultado el departamento de Margarita Robles, remitió a ECD la respuesta dada por la Dirección de Asistencia al Personal sobre este asunto.

Según la Dirección de Asistencia al Personal (Diaper), “en 2019 estaba abierta una repatriación que inicialmente alcanzaba a siete fallecidos pero, en el momento de facilitarle esta información, no existe una fecha concreta de llevarla a cabo. El número definitivo de ellos, será función de las acciones de coordinación involucradas y de la fecha definitiva del traslado”.

No dieron más explicación sobre las sucesivas fechas fijadas y posteriormente aplazadas para repatriar esos restos mortales a España.

Sí añadieron que “las familias de los españoles fallecidos que han solicitado la repatriación de restos están informadas de las previsiones que se conocen sobre el calendario de llegada a España y del acto de entrega, en la medida en que ese calendario puede determinarse”.

Hubo 4 traslados en 2018, con el PSOE

La Dirección de Asistencia al Personal da la cifra de 29 españoles de la División Azul cuyos restos han sido repatriados desde Rusia, a solicitud de las familias, desde el año 2003.

El bloqueo del envío a España de los divisionarios exhumados en los últimos meses contrasta con lo sucedido a finales del año pasado, cuando ya gobernaba el PSOE (desde junio). Según ha podido saber Confidencial Digital, en 2018 fueron repatriados de Rusia a España cuatro combatientes: dos capitanes, un sargento y un soldado. Uno de ellos tenía una medalla militar individual.

En esa ocasión, la repatriación se produjo sin problemas ni polémicas, ya con los socialistas en el Gobierno y con Margarita Robles en el Ministerio de Defensa, igual que ahora. La diferencia sería la celebración de las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, y las negociaciones con Podemos y con otras formaciones de izquierdas.

Las repatriaciones comenzaron en 2003, y por ello fuentes conocedoras de este proceso destacan que se han producido con normalidad tanto con gobiernos del PSOE -el de José Luis Rodríguez Zapatero, de 2004 a 2011, y el de Pedro Sánchez hasta noviembre- como del PP, en la etapa de Mariano Rajoy.

La tarea de identificación

Desde la Dirección de Asistencia al Personal explican que ellos se encargan de hacer entrega de los restos, una vez repatriados si la familia lo ha solicitado.

“Para que esa entrega tenga lugar, debe producirse antes la exhumación previa de los restos y la coordinación de distintos actores, entre ellos la referida organización VDK, la Compañía de Transportes Rusa ‘InterSpecialService’ y el propio Consulado español en San Petersburgo”, añaden.

Antes de llegar al traslado, se tiene que comprobar de forma fehaciente la identidad.

En primer lugar se revisa si el cadáver lleva algún documento identificativo. En muchos casos la identificación se acelera porque el combatiente fue enterrado junto a una botella de vino en la que sus compañeros de la División Azul habían metido sus documentos de identidad, hoja de servicios... Gracias a eso los papeles se conservan durante décadas.

Otros llevan al cuello chapas identificativas. Y, sobre todo, se utiliza la documentación que se guarda en los archivos del Ejército de Tierra.

“El Ejército de Tierra tiene un Registro de Tumbas con el lugar de enterramiento de sus militares”, explican fuentes militares consultadas por ECD. Ahora se registran las coordenadas por GPS, pero antes, cuando no existían esos medios, también se señalaban las tumbas mediante croquis y métodos similares, en documentos que custodia la Dirección de Asistencia al Personal.

En base a esa documentación, se conoce el lugar en el que están enterrados muchos de los muertos de la División Azul. Cuando se excava y se exhuman los restos de una determinada fosa común, se trata de localizar a esos combatientes y confirmar su identidad en base a todos esos elementos antes citados.

Envío a España

Una vez identificados, bien el Ejército, bien la Fundación Indortes tratan de localizar a descendientes u otros familiares. Si expresan su deseo de recuperar los restos, se organiza el traslado.

En caso de que no se pueda contactar con ningún familiar, ni nadie quiera hacerse cargo de ellos, se les entierra en el sector español del cementerio de Pankovka.

El vuelo de Rusia a España no se realiza el aviones militares, sino con la Compañía de Transportes Rusa ‘InterSpecialService’. El Ejército de Tierra sufraga los gastos, que suelen ascender a unos 800 euros de media.

Un discreto acto en Madrid

Una vez en España, el féretro se entrega a la familia en la sede de la Dirección de Asistencia al Personal. Se hace allí porque los muertos de la División Azul no pertenecen a ninguna unidad actualmente existente en las Fuerzas Armadas: si fuera una unidad aún existente, el acto tendría lugar en la base o sede del regimiento o unidad en cuestión.

En este caso, es en el Cuartel del Infante Don Juan (Paseo de Moret, en Madrid) donde se celebra un acto sencillo de entrega de los restos.

“Simplemente se les pone encima una bandera de España, acuden mandos de la Diaper y los familiares, y se hace entrega del féretro”, aseguran fuentes conocedoras del proceso.

Subrayan que no hay ningún tipo de exaltación franquista ni de la División Azul, que pudiera haber llevado al Gobierno de Pedro Sánchez a frenar estas repatriaciones.

Quienes reciben el féretro deben aportar el certificado de dónde van a enterrar a su familiar, y ya se encargan ellos de la reinhumación en España.

Militares consultados por ECD apuntan que en caso de que el repatriado tuviera concedidas determinadas medallas militares, habría que rendir honores: un piquete de soldados tendría que acudir al entierro, según el Reglamento de Honores Militares.

En la práctica, sin embargo, no se ha rendido honores a ninguno de los 29 españoles de la División Azul muertos en Rusia y cuyos restos han sido repatriados a España en los últimos años.

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