El BCE congela los tipos y lanza una advertencia que inquieta a los hipotecados en España
Los hipotecados en España siguen atentos a cada movimiento en la política monetaria europea. Las decisiones que se adopten en Fráncfort no solo marcan la estrategia económica de la Eurozona, sino que determinan directamente cuánto se paga cada mes por una vivienda.
En un escenario marcado por dos años de ajustes y rebajas, la atención se centra ahora en la evolución de los indicadores financieros que condicionan la financiación. El debate entre expertos y bancos refleja que el ciclo iniciado en 2022 no ha terminado, y que las familias podrían volver a enfrentarse a un cambio de tendencia antes de lo previsto.
El BCE congela los tipos de interés
Tras meses de expectativas, el anuncio de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, confirmó que el organismo mantendrá el tipo de referencia para operaciones de financiación en el 2,15%. Se prevé una nueva reducción en diciembre, pero los analistas ya anticipan que será la última de este ciclo. De hecho, a partir de 2026, algunos escenarios contemplan un giro al alza que elevaría de nuevo el precio del dinero en la Eurozona.
El impacto de esta política monetaria recae directamente sobre los hipotecados. Mientras que las hipotecas a tipo fijo ofrecen cierta estabilidad, las variables continúan expuestas a la evolución del Euríbor, que actualmente se sitúa en el 2,172%, lejos de los valores negativos registrados antes de 2022.
El coste real de las hipotecas en 2025
Las cifras son reveladoras. Una hipoteca media de 150.000 euros a tipo variable más un diferencial del 0,99% costaba en 2021 unos 448 euros al mes. En septiembre de 2023, con el Euríbor en el 4,15%, esa cuota se disparó a 800 euros. Hoy, tras dos rebajas, la mensualidad ronda los 644 euros, todavía casi 200 euros más que hace cuatro años.
En préstamos de mayor cuantía el efecto es aún más visible. Con una hipoteca de 300.000 euros, la cuota mensual asciende en 2025 a unos 1.300 euros, lo que supone 391 euros más que en 2021. Aunque en 2023 el pago mensual alcanzó los 1.600 euros, el alivio actual no es suficiente para devolver la situación a los niveles previos a la escalada de tipos.
El futuro del Euríbor
El Euríbor no ha conseguido romper la barrera del 2% en ningún momento de 2025. Los analistas no esperan que lo haga en los próximos meses, y algunos incluso prevén un repunte en 2026. Según expertos del sector hipotecario, solo un regreso a valores negativos permitiría recuperar completamente el terreno perdido, algo que no figura en los escenarios a medio plazo.
Más hipotecas variables y competencia bancaria
El cambio de ciclo monetario ha alterado las preferencias de los consumidores. En 2024, el porcentaje de nuevas hipotecas a tipo variable alcanzó el 47,5%, un máximo histórico desde la crisis financiera. Con la posterior rebaja de tipos oficiales, la proporción se redujo por debajo del 30% a mediados de 2025, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, la presión competitiva entre entidades ha generado una guerra hipotecaria. Algunas de las principales entidades ofrecen hipotecas con intereses cercanos al 1,7% para los perfiles más solventes, situando a España entre los países más baratos de la Eurozona para acceder a financiación. Según el BCE, el tipo medio de las nuevas hipotecas en España es del 2,63%, frente al 3,3% de la media europea.
El efecto en el mercado inmobiliario
El abaratamiento de la financiación ha permitido a un 21% de potenciales compradores regresar al mercado, según estimaciones de Fotocasa. En algunos casos, comprar resulta más rentable que alquilar, lo que reaviva la demanda de vivienda en un contexto de escasez de oferta.
Sin embargo, este escenario es frágil. La estabilidad del Euríbor y la posible reanudación de subidas de tipos en 2026 ponen en duda la continuidad de esta mejora. Las familias que contraten ahora préstamos hipotecarios podrían enfrentarse de nuevo a cuotas más altas si el precio del dinero vuelve a incrementarse.
Perspectivas para 2026
El BCE afronta un dilema: consolidar la estabilidad monetaria o retomar la senda de subidas ante presiones inflacionistas. Para los hipotecados, la incógnita es clara: la era del dinero barato no regresará a corto plazo. La carga financiera seguirá pesando sobre los hogares españoles, que deberán adaptarse a un escenario de mayor prudencia económica.
La política monetaria europea ha dejado huella en los bolsillos de millones de ciudadanos. El futuro del Euríbor y las decisiones del BCE serán determinantes para definir el coste de la vivienda en los próximos años.

