Black Friday: el 79% de los jóvenes españoles compran para aliviar el estrés
Los psicólogos concluyen que el consumo compulsivo durante noviembre y diciembre acaba generando ansiedad y sentimientos de culpa
- La carrera del consumo
- “Un termómetro emocional”
- El FOMO que atenaza a la juventud
- Compras que buscan consuelo
- La presión social y financiera
- El espejo emocional del Black Friday
La carrera del consumo
Desde el 11 de noviembre –el conocido como Día del Soltero, que se posiciona como un evento clave en el comercio digital español, ofreciendo descuentos en moda, tecnología y hogar– al Black Friday, pasando por el Cyber Monday y la antesala de la Navidad, las promociones ocupan pantallas, escaparates y redes sociales.
Pero bajo esa avalancha de descuentos late una realidad menos luminosa: la presión emocional que empuja a miles de personas a consumir más de lo que necesitan.
Un estudio elaborado por la plataforma de psicología online Unobravo, en colaboración con la empresa de investigación de mercado Dynata, indaga en esa conexión entre emociones y compras y concluye que durante estas semanas lo que ocurre en la mente pesa tanto como lo que ocurre en el bolsillo.
Lo que parece una celebración del ahorro se transforma, en muchos casos, en una fuente de ansiedad, culpa y agotamiento emocional.
La investigación ha sido realizada con una muestra de 1.000 personas de entre 20 y 55 años, representativa por género, edad y territorio.
“Un termómetro emocional”
El estudio señala que la llamada “presión por comprar” se intensifica en estas fechas. Francisco Rivera, Director Clínico de Unobravo España, define estas semanas como “una especie de termómetro emocional”.
Y añade: “Los datos muestran que el 79% de los jóvenes usa las compras para aliviar el estrés, y esto refleja una realidad muy humana: cuando nos sentimos saturados, buscamos alivio inmediato. Comprar puede generar una sensación momentánea de control o de bienestar, pero su efecto es temporal”.
Rivera insiste en la necesidad de preguntarse qué emoción impulsa cada compra: “La ansiedad, la presión social o el miedo a ‘quedarse fuera’ son respuestas comunes en esta época del año, pero no deberían condicionar nuestras decisiones”.
El FOMO que atenaza a la juventud
El estudio revela que el 58% de los españoles se siente abrumado por la continua presencia de descuentos. Entre los jóvenes de 25 a 34 años esa sensación es todavía más intensa: dos tercios la experimentan con frecuencia.
Los sentimientos ante el Black Friday se dividen. Un 21% siente euforia, un 20% indiferencia y otro 20% presión por comprar. La euforia aparece sobre todo entre quienes tienen entre 20 y 44 años, mientras que los mayores de 45 reaccionan con más distancia.
Pero entre los más jóvenes, de 20 a 24 años, emerge un protagonista claro: el FOMO —el miedo a perderse algo—, que afecta a uno de cada cinco.
Junto a la emoción de la búsqueda de gangas aparecen, aunque con menor peso, la irritación y la ansiedad ante un periodo promocional que muchos describen como “inagotable”.
Compras que buscan consuelo
El consumo en estas fechas no responde solo a criterios racionales. Según el estudio, el 57% de los españoles compra para darse un capricho o aliviar el estrés, un comportamiento especialmente habitual entre los menores de 24 años, donde la cifra asciende al 79%.
Uno de cada tres admite haber comprado alguna vez para esquivar emociones difíciles —como tristeza o ansiedad—, lo que confirma que para muchos las compras actúan como una válvula de escape emocional.
La impulsividad también se cuela en la ecuación: el 58% reconoce haber comprado algo solo porque estaba rebajado, y cuatro de cada diez lamentan alguna compra justo después de hacerla.
Aun así, la idea de control que genera el acto de consumir es poderosa. Ocho de cada diez personas aseguran que comprar les hace sentir “en control” de otros aspectos de su vida.
La presión social y financiera
El impacto emocional del consumo va más allá de las pantallas. El estudio detecta una fuerte carga social en las compras de final de año. El 38% de los españoles siente presión por comprar regalos, una cifra que sube al 48% entre los jóvenes de 25 a 34 años.
La influencia del entorno también pesa: el 82% se siente presionado cuando familiares o amigos presumen de ofertas, y uno de cada dos jóvenes de 20 a 24 años ha comprado algo que no podía permitirse para mantener el ritmo de su entorno o encajar en él.
La culpa se suma al cóctel emocional. El 41% de los españoles se siente mal si no compra “lo suficiente” o si no gasta lo esperado durante las fiestas. Entre las mujeres esta cifra sube al 46%, y entre los jóvenes de 20 a 24 años supera la mitad.
El espejo emocional del Black Friday
La euforia inicial, la ansiedad durante las promociones o el arrepentimiento después de pagar son, en realidad, reflejos de un fenómeno más profundo: las emociones guían el consumo más de lo que solemos admitir.
Comprender esa relación, recuerdan los psicólogos, es clave para tomar decisiones más conscientes y evitar que el consumo funcione como respuesta automática al estrés o la frustración.
