Inspección de Trabajo comienza a usar lenguaje inclusivo en sus comunicaciones oficiales
Evita el género masculino y utiliza “los y las” como el Ministerio de Justicia, Poder Judicial y Congreso y Senado
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social va a “fomentar el uso del lenguaje inclusivo” en todas sus comunicaciones oficiales y documentos internos, según consta en su Plan Estratégico 2025-2027.
- Un cambio que empieza dentro de casa
- En la senda de otras instituciones
- Formación en perspectiva de género
- Debate lingüístico: la posición de la RAE
La medida forma parte del nuevo Plan de Diversidad e Inclusión interno dedicado a “potenciar los valores y principios éticos” de la institución.
Un cambio que empieza dentro de casa
Hasta ahora, la Inspección aplicaba la perspectiva de género en su labor hacia las empresas, sobre todo en la vigilancia de los planes de igualdad y la prevención del acoso sexual. Pero por primera vez, el organismo adoptará esos mismos principios en su propio funcionamiento.
El documento, al que ha tenido acceso Confidencial Digital, señala que la institución debe aplicar en su gestión interna los valores de igualdad y no discriminación que exige a los demás.
La transformación afectará a la redacción de los documentos oficiales, donde se evitará el masculino genérico tradicional en la Administración. Términos como “los empleados” o “los inspectores” se sustituirán por expresiones como “las personas trabajadoras”, “el personal inspector” o “los y las profesionales”.
En la senda de otras instituciones
Con esta medida, la Inspección se suma al Ministerio de Justicia, el Poder Judicial y las Cortes Generales, que ya aplican políticas similares en sus textos institucionales.
En el Congreso y el Senado, por ejemplo, se recomienda usar la alternancia de género (“los y las diputadas”) o términos neutros que eviten marcar el sexo de las personas, como “miembros de la Mesa” en lugar de “los miembros”.
El plan de la Inspección va más allá de una cuestión lingüística: busca impulsar un cambio cultural en la organización. El documento oficial prevé la elaboración de un Plan de Diversidad e Inclusión, con medidas transversales para garantizar un entorno laboral representativo y libre de sesgos.
La institución debe ser coherente con los valores que defiende, señala el texto, que incluye también un compromiso con la formación en igualdad y diversidad.
Formación en perspectiva de género
La Escuela de Inspección reforzará la formación del personal en igualdad y perspectiva de género, con el fin de mejorar la detección de discriminaciones laborales, brechas salariales y casos de acoso. El plan insiste en la necesidad de sensibilizar a todo el cuerpo inspector para que actúe con criterios homogéneos y especializados.
El objetivo, según el documento, es consolidar una cultura institucional “abierta, ética y diversa”, donde la igualdad sea un principio operativo y no solo una obligación legal. La medida se enmarca además en una estrategia más amplia para modernizar la Inspección, incorporar nuevas tecnologías y reforzar la comunicación con la ciudadanía.
Debate lingüístico: la posición de la RAE
La decisión de adoptar el lenguaje inclusivo llega en un contexto de debate abierto sobre su aplicación en la Administración.
La Real Academia Española (RAE), se pronunció en febrero de 2024 sobre las Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria aprobadas por la Mesa de las Cortes Generales en diciembre de 2023, advirtió de algunas discrepancias con la interpretación de las guías oficiales.
La institución reconoce que dichas recomendaciones suponen “un avance” al evitar fórmulas como la arroba o la x (l@s, lxs), pero considera “excesivo” el rechazo absoluto del masculino inclusivo, una forma que —según la RAE— sigue siendo válida y no sexista en la mayoría de los contextos.
También alerta de que ciertas sustituciones propuestas, como decir “las personas usuarias” en lugar de “los usuarios”, pueden sonar forzadas o alterar el sentido original de las frases.
En su comunicado, la Academia insiste en que la igualdad entre hombres y mujeres no se alcanza modificando arbitrariamente la gramática o el léxico, sino mediante políticas efectivas, educación y equidad real.
Aun así, admite que cada institución tiene libertad para expresarse con las fórmulas que considere más adecuadas en el marco de su política de comunicación.