El oro pulveriza su récord histórico: la razón clave agita los mercados globales

El oro está viviendo uno de sus momentos más extraordinarios. En 2025, el metal precioso ha roto todos los pronósticos al situarse por encima de los 4.000 dólares la onza. Esta subida no responde a un solo factor, sino a una combinación de elementos económicos y geopolíticos.

El escenario internacional se ha tensado tras nuevas amenazas arancelarias y decisiones monetarias clave. Mientras tanto, los bancos centrales continúan aumentando sus reservas en un contexto donde la confianza en las divisas tradicionales se resquebraja.

El oro bate su máximo histórico en 2025

El oro se dispara en 2025: qué hay detrás de su máximo histórico

El precio del oro ha alcanzado un nuevo récord en 2025, superando los 4.379 dólares por onza, impulsado por tensiones comerciales, expectativas de política monetaria y una creciente demanda institucional. El fenómeno ha colocado al metal precioso en el centro del debate económico mundial.

Entre los catalizadores más relevantes se encuentra la escalada en la guerra comercial entre EEUU y China, que se intensificó tras nuevas amenazas del presidente estadounidense y medidas de control a las exportaciones tecnológicas por parte del gigante asiático.

Powell insinúa un cambio de rumbo en la Reserva Federal

La Reserva Federal también ha influido en esta evolución. Jerome Powell, su presidente, abrió la puerta a una posible pausa en la reducción del balance, lo que ha alimentado la percepción de que podría haber un giro dovish en la política monetaria. Esta expectativa debilitó al dólar, favoreciendo al oro como activo refugio.

La declaración de Powell sobre el mercado laboral —al afirmar que "los riesgos a la baja parecen haberse elevado"— reforzó la idea de un posible recorte de tipos en el corto plazo, lo que ha empujado aún más al alza al metal dorado.

Una revalorización sin precedentes: casi un 66% en lo que va de año

Desde enero, el oro ha subido un 66%, un ritmo de crecimiento pocas veces visto en décadas. Analistas como Ulrike Hoffmann-Burchardi, de UBS Global Wealth Management, insisten en que esta subida podría prolongarse. La firma mantiene su calificación de "atractivo" para este activo en su estrategia global.

Bancos centrales: los grandes protagonistas

El papel de los bancos centrales es crucial. Sus compras masivas de oro están relacionadas con un movimiento estructural hacia la diversificación de reservas y la pérdida de confianza en el dólar. José Manuel Marín Cebrián, fundador de Fortuna SFP, considera que el oro está emergiendo como el "nuevo patrón de autonomía financiera".

Este enfoque responde a una combinación de elementos: tensiones geopolíticas, déficit fiscales persistentes, y una oferta minera que no crece al ritmo de la demanda global. Mientras persista este desequilibrio, es probable que el oro consolide su tendencia alcista.

El factor Trump reaviva la tensión

El anuncio de Donald Trump de reactivar la guerra comercial ha actuado como catalizador inmediato. Las palabras del presidente estadounidense generaron un movimiento brusco en los mercados, disparando el precio del oro en apenas 48 horas desde los 4.100 a los 4.200 dólares por onza.

¿Hacia dónde puede llegar el oro?

La pregunta que se hacen los analistas es si el rally continuará o si nos acercamos a un techo. Lo cierto es que el contexto actual, caracterizado por la inestabilidad política, monetaria y comercial, ofrece todos los ingredientes para que el oro mantenga su tendencia ascendente.

El consenso de expertos apunta a que el metal podría establecer un nuevo rango de precios en torno a los 4.500 dólares en los próximos meses si se mantienen los flujos de compra institucional y las tensiones globales.

Un activo estratégico en tiempos inciertos

El oro se ha consolidado como el activo preferido en tiempos de inestabilidad. Ya no es solo una cobertura frente a la inflación o la volatilidad, sino una declaración de estrategia financiera. Lo que antes se consideraba un valor refugio, hoy se interpreta como un instrumento de poder económico.

En este entorno, cada decisión de los grandes actores financieros y políticos tendrá un efecto directo sobre el metal precioso, que ha demostrado estar más vivo que nunca en el tablero global.

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