La vicepresidenta de Mercadona da un paso inesperado que la acerca a los magnates del lujo

El crecimiento de Mercadona ha ido acompañado durante años por la figura de su vicepresidenta, Hortensia Herrero. Sin embargo, una faceta menos conocida de la directiva ha adquirido un protagonismo inesperado, al punto de situarla junto a figuras que controlan algunos de los mercados más influyentes del planeta. En paralelo a su papel corporativo, Herrero ha impulsado un proyecto cultural cuyas implicaciones trascienden lo empresarial.

El movimiento ha despertado el interés de analistas económicos y expertos en patrimonio, especialmente por la escala de la iniciativa y por su impacto en el desarrollo cultural valenciano. Parte de esta transformación se apoya en el trabajo con instituciones y organismos especializados, como los recogidos en los informes del Ministerio de Cultura de España, que establecen el alcance del mercado artístico y su evolución en Europa.

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La apuesta artística de la vicepresidenta de Mercadona

Una figura clave dentro y fuera de Mercadona

La vicepresidenta de Mercadona ha mantenido tradicionalmente un perfil discreto en comparación con Juan Roig. Su presencia pública se ha asociado durante años al crecimiento de la cadena de distribución, pero no tanto a actividades paralelas alejadas del negocio. Esa percepción ha cambiado de forma notable tras conocerse el alcance de una inversión cuyo desarrollo se ha consolidado en silencio durante más de una década.

El interés de Hortensia Herrero por el arte surgió de manera gradual. Antes de adquirir notoriedad, ya realizaba visitas constantes a museos, ferias y exposiciones dentro y fuera de España. Ese hábito se transformó en una línea de trabajo estratégica, apoyada en asesoramiento profesional y en la identificación de piezas con relevancia histórica y contemporánea.

El salto que la sitúa entre los grandes coleccionistas internacionales

Este proceso de consolidación ha culminado en su entrada en una de las listas más prestigiosas dedicadas al coleccionismo global. Es un reconocimiento reservado para quienes han demostrado constancia, visión y capacidad para construir un legado artístico con proyección internacional. Su nombre aparece ahora junto al de Bernard Arnault, Jeff Bezos, François Pinault o Larry Fink, figuras que han transformado el mercado del arte y que concentran algunas de las pinacotecas privadas más influyentes del mundo.

La presencia de Herrero en ese listado no responde únicamente al volumen económico destinado a la adquisición de obras. También se valora la estrategia de selección, la apuesta por la preservación patrimonial y la labor de mecenazgo cultural desarrollada en Valencia, donde ha impulsado varios proyectos de rehabilitación y espacios expositivos.

Una pasión iniciada en 2013

El origen de esta trayectoria se remonta a 2013, cuando asistió a la exposición “Sorolla y América” en Dallas. Allí conoció al comisario Javier Molins, quien desde entonces actúa como consultor especializado. La experiencia despertó una pasión que evolucionó rápidamente hacia la construcción de una colección propia de gran valor artístico. Este proceso implicó viajes, participación en ferias internacionales y un seguimiento exhaustivo de tendencias curatoriales.

En estos años, Herrero ha reunido piezas de artistas nacionales e internacionales, algunas de ellas consideradas esenciales dentro del arte contemporáneo. El planteamiento ha sido siempre el mismo: adquirir obras relevantes que puedan integrarse en un discurso coherente y accesible para el público.

El Centro de Arte Hortensia Herrero: un espacio de referencia

La culminación física de esta apuesta es el Centro de Arte Hortensia Herrero (CAHH), abierto en 2023 en el Palacio Valeriola de Valencia. El espacio cuenta con más de 3.500 metros cuadrados dedicados a la exhibición de arte contemporáneo y alberga más de cien piezas de alrededor de cincuenta artistas reconocidos. La propuesta combina patrimonio histórico con intervenciones actuales, creando un diálogo entre arquitectura y creación contemporánea.

La inversión para rehabilitar el edificio y poner en marcha el centro superó los 40 millones de euros. El objetivo declarado por su fundadora es convertir Valencia en un punto relevante dentro del circuito internacional del arte, atrayendo visitantes y fortaleciendo la oferta cultural de la ciudad.

El arte como una inversión de gran rentabilidad

La entrada de Herrero en el panorama global del coleccionismo coincide con un contexto en el que las obras de arte se encuentran entre los activos con mayor revalorización. Informes recientes señalan que, solo en 2023, el mercado del arte creció alrededor de un 11% a nivel internacional. Otros activos de lujo, como joyas o relojes, también aumentaron su valor, aunque en menor medida.

Este incremento confirma que las adquisiciones artísticas ya no se basan únicamente en criterios estéticos. Para muchos grandes patrimonios, el arte funciona como refugio financiero frente a periodos de volatilidad económica. Su comportamiento a largo plazo muestra incrementos sostenidos que superan, en algunos periodos, a índices bursátiles de referencia.

Ejemplos que ilustran el potencial del mercado

Los casos de revalorización extrema son frecuentes en subastas internacionales. Uno de los más citados es el de "In This Case" de Jean-Michel Basquiat, comprado en 2002 por menos de un millón de dólares y vendido en 2021 por más de 93 millones. Aunque la magnitud de estas operaciones no es representativa del conjunto del mercado, sí evidencia el potencial económico del arte contemporáneo más valorado.

Según los datos de Art Basel y UBS, solo en 2021 las ventas globales de arte alcanzaron los 50.100 millones de dólares. Los principales mercados se concentran en Estados Unidos, China y Reino Unido, donde se localiza más del 80% de las transacciones.

Una inversión accesible más allá de las grandes fortunas

A pesar de la percepción generalizada, no es necesario disponer de un patrimonio millonario para entrar en el mercado del arte. Expertos del sector señalan que existen obras, como grabados de artistas reconocidos, que pueden adquirirse por importes moderados. Estas piezas mantienen una liquidez razonable en subastas y casas especializadas, lo que permite a pequeños inversores participar en el mercado sin asumir riesgos desproporcionados.

Una estrategia cultural con impacto económico

La trayectoria reciente de Hortensia Herrero demuestra que el coleccionismo, cuando se estructura como un proyecto de largo recorrido, puede generar impacto social, cultural y económico. Su presencia en los listados internacionales de grandes mecenas sitúa a Valencia en el mapa del arte contemporáneo y refuerza el peso institucional del CAHH como espacio de referencia.

La combinación de inversión privada, apertura al público y preservación patrimonial convierte esta iniciativa en una de las más relevantes del panorama cultural español contemporáneo. Su asociación con nombres como Arnault o Bezos refleja una transformación que va más allá del mercado: marca el reconocimiento de un proyecto artístico que, desde España, se integra ya en el circuito internacional.

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