Quién es el misterioso encapuchado que se “infiltró” en los disturbios en Barcelona

La detención de Carles Puigdemont en Alemania provocó, ese mismo día, los altercados de mayor entidad en Cataluña desde la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre.

Hubo lanzamiento de pintura y de objetos contra los Mossos, destrozo de material urbano y daños a vehículos, pintadas a los furgones, enfrentamientos con los agentes, cargas policiales, contenedores en las calzadas ardiendo a modo de barricadas, detenciones, heridos...

La convocatoria de las Comités de la Defensa de la República promovió los actos violentos frente a la Delegación del Gobierno, en la calle Mallorca de Barcelona, en protesta contra las últimas decisiones judiciales y operaciones policiales para desactivar el proceso independentista.

Muchos partidos y colectivos independentistas se desmarcaron de estos sucesos. Otros los interpretaron como una respuesta inevitable ante la “represión”, y también hubo quien acusó a “provocadores” e “infiltrados” de estar detrás de los incidentes. En realidad, se dijo, todo era responsabilidad de las Fuerzas de Seguridad, que habrían colado a personas camufladas como manifestantes para encender la chispa del conflicto.

Esta última teoría se vio reforzada por unas imágenes grabadas por cámaras de televisión que mostraban a una persona -aparentemente un hombre y no una mujer- embozado con una capucha azul y un pasamontañas oscuro que apenas le dejaban al descubierto los ojos. Portaba también una mochila y se acercaba a unos contenedores para prenderles fuego. En las manos llevaba lo que parecía un cartón del tamaño de una caja de zapatos.

De inmediato surgieron las acusaciones: era un infiltrado de la Policía Nacional o la Guardia Civil para desacreditar al independentismo provocando incidentes violentos. Se llegó a denunciar que llevaba a la espalda una bolsa “táctico-militar”, propia de agentes de las fuerzas de seguridad.

Pues bien. El Chivato ha podido recabar varios testimonios, tanto de participantes en esa movilización como de vecinos de Barcelona, que aportan datos sobre ese misterioso “infiltrado”.

“Ni infiltrado ni mercenario contratado por el estado español. Era un holandés que nos ayudó a montar barricadas”, apunta un manifestante independentista que estuvo en los disturbios y que niega que se le pueda considerar un provocador al servicio de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Ese dato, la procedencia holandesa, coincide con lo que afirman residentes en Barcelona que aseguran que conocen a ese hombre y que incluso le han donado ropa. Se trataría de un “sin techo”, que desde hace varios años vive en la capital catalana.

Se mueve por el barrio de El Raval y frecuenta, además, un comedor social en esa zona, donde acude con frecuencia y colabora en la limpieza del local. Hace unos meses, le perdieron la pista.

Quienes conocen de algo a este hombre también sostienen que el encapuchado de los disturbios se ha identificado siempre como un ex militar.