JESÚS CELADA es el número siete de la lista de Gabilondo en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Se embarca en su primera experiencia de partido de la mano del PSOE tras años al frente de la Discapacidad desde el Gobierno de España con tres administraciones diferentes. Deportista de élite, es bicampeón mundial de duatlón de larga distancia.

Jesús Celada: “La moderación política se ha convertido en una reliquia”

Jesús Celada es el six pack de Ángel Gabilondo y su siete en las listas socialistas diseñadas como una carrera más allá del 4M. Ha dejado la Dirección General de Personas con Discapacidad del Gobierno de España después de una década prodigiosa para enrolarse en su primer embate político. Salta al tartán con espíritu olímpico, porque los valores deportivos son su código ético. Bicampeón del mundo de duatlón de larga distancia. Ironman. Triatleta. Ha trabajado en la Administración central con ejecutivos del PP y del PSOE, y a las órdenes de Pablo Iglesias. Se lleva bien con todos. Ha convertido la Discapacidad en un pacto de Estado por la vía de los hechos y su empeño es que este estilo de consenso y unidad impregne otros sectores que avanzan a garrotazos.  Nada, corre y pedalea. Rema a contracorriente y vuela con motor. Considera que “en política es fundamental reconocer el éxito del de en frente, y ser autocrítico con uno mismo para seguir mejorando”. Ya tiene podio, y ahora empieza su carrera.
Jesús Celada
Jesús Celada con sus dos medallas de campeón del mundo de duatlón y la reciente plata ganada en el campeonato de Madrid. Fotografías: Patricio Sánchez-Jáuregui.

El domingo ganó la medalla de plata en el Campeonato de Madrid de Duatlón junto al alma de su tándem, Fernando Riaño, porque así calienta un bicampeón del mundo para esta campaña electoral. Hoy estamos estirando y conversando. Entre el balance y el reto. Entre los argumentos y el músculo. Entre la erótica del poder y la pasión por el deporte. Entre el atractivo del espíritu olímpico y las tarjetas rojas sobre el terreno de juego de una política que avanza a zancadillas.

Jesús Celada acaba de dejar la Dirección General de Personas con Discapacidad del Gobierno de España en la cresta de la ola de una gestión aplaudida. Y se ha enrolado en el equipo de Ángel Gabilondo como número siete convencido de que su estilo, su talante, su experiencia y su visión de la jugada le convierten en el abanderado de lo que necesita Madrid y lo que está pidiendo a gritos la política española: consenso, puentes, moderación. Eso sí: hablamos antes del debate en el que el líder del PSOE madrileño se ha echado en los brazos de Pablo Iglesias para intentar frenar juntos el tsunami Ayuso en un dribling del guion que veremos qué consecuencias tiene.

Celada es puro entusiasmo y pisa campaña con zapatillas nuevas. Conoció a Gabilondo hace unos años y el flechazo fue instantáneo: coincidieron en una cena de la ONCE. Una chica vendía cupones y Jesús pagó con tarjeta. Comprobó el cobro y vio que había pagado menos. Se acercó a la vendedora y subsanaron el error. Ángel siguió la escena desde la mesa y le ofreció un hueco futuro en su equipo, “porque en política no se ve esta honestidad”.

El ex director general de Discapacidad hace tándem ordinario con Fernando Riaño, director de Responsabilidad Social Corporativa, Sostenibilidad y Relaciones Institucionales del Grupo Social ONCE. Juntos han subido dos veces el everest de un podio de oro construido después de casi 9 horas: 12 kilómetros corriendo, 165 juntos sobre ruedas y otros 34 kilómetros hasta la meta. Frío. Lluvia. Sudor. Cansancio. Ilusión. Deporte. Gloria. Para estas elecciones autonómicas que han revolucionado el mapa político español, el ironman se ha subido al tándem con Gabilondo y así ve esta spartanrace de larga distancia.

He estado escarbando en las listas de Ángel Gabilondo y su perfil me ha interesado especialmente por varios motivos. Uno: no viene del interior del partido, sino que recala en una candidatura tras años de gestión pública.

Efectivamente, llego a esta lista después de años de experiencia en la Administración, ajeno a la vida de los partidos. Ideológicamente me sitúo en la socialdemocracia, en el centro-izquierda. Mi familia tiene sólidas raíces socialistas y a mí me unían ciertos vínculos del pasado.

Dos: tiene prestigio. Ha sido elegido por Gabilondo por su trabajo al frente de la Dirección General de Personas con Discapacidad del Gobierno de España.

En el sector público trabajan grandes profesionales y es bueno que demos el salto desde el conocimiento de la gestión a las primeras filas de los partidos políticos. Otras formaciones también han tirado de la cantera de la Administración: ministerios, direcciones generales, secretarías de Estado… Esa experiencia profesional enriquece el ámbito político.

Tres: la Dirección General de Apoyo a las Personas con Discapacidad no fue un sitio donde le colocaron en su día, sino que ha sido un área social que ha liderado con pasión.

 

Gabilondo ha contado conmigo por mi compromiso con el mundo de lo social, en general, y con el de la discapacidad, en particular. El PSOE de Madrid tiene claro que las políticas sociales son clave en el gobierno extraordinario que proponemos. Si hubieran sido otros los motivos, no me habría involucrado en esta aventura política.

Cuatro: es deportista de élite, campeón del mundo de duatlón de larga distancia, ironman. La mentalidad deportiva puede ser muy interesante para sanar la política. 

Los valores que aporta el deporte son extrapolables al mundo de la política: la resistencia, la tenacidad, levantarse de un fracaso, tener la ilusión de superar las barreras, el compañerismo, el trabajo en equipo, la colaboración en los momentos duros, los entrenamientos en soledad… Todas esas habilidades enriquecen la política, porque la vida no son compartimentos estancos.

“Valores del deporte como la resistencia, la tenacidad, levantarse de un fracaso, superar las barreras, el compañerismo o la colaboración en los momentos duros son habilidades que enriquecen la política”

 

El deporte también enseña cómo debe ser la relación con un contrincante, algo cada vez más necesario en esta coyuntura política.

Sin duda. Quizás es la virtud deportiva que más necesitamos trasladar al terreno de la política. En política es fundamental reconocer el éxito del de en frente, y ser autocrítico con uno mismo para seguir mejorando y aprender también de los demás, aunque no sean de tu equipo.La política actual adolece de ese clima sano entre rivales dentro y fuera de la pista. 

Cinco: es ingeniero en topografía, geodesia y cartografía. Y las encuestas vaticinan un terremoto en el PSOE nacional si Ayuso arrasa…

La sísmica es aplicable a todos los sectores, como el de la discapacidad. En los años que he sido subdirector y director general hemos tenido que afrontar muchos terremotos y muchas transformaciones. Todas las ondas sísmicas tienen un origen y unas formas, y las que se producen en el ámbito de las políticas sociales y de la política general, hay que estudiarlas con detalle. La ciencia de la sísmica se centra en adelantarse a la aparición, las consecuencias y al riesgo de un terremoto. En política cada vez es más interesante aprender a predecir cuándo se avecina un temblor fuerte y qué repercusión puede tener. Confiemos en que la victoria de Ángel Gabilondo sea una sacudida positiva para el buen gobierno de todo el país.

El perfil de Gabilondo es todo lo contrario al de un terremoto…

No viene mal un candidato con un perfil sereno y constructivo después de una pandemia… El principal motivo para sumarme a esta candidatura ha sido, precisamente, el perfil del propio Gabilondo. Coincido en su manera de hablar, de actuar, en su visión sobre la Comunidad de Madrid. Coincido con él en que no es el momento de extremismos, ni de radicalidades. No es tiempo de insultos, de soflamas, de gobiernos tuiteros, de memes. Estamos ante un contexto que exige seriedad. Madrid es una de las comunidades autónomas más ricas del país, sede de la capital de España, y precisa de un líder templado, capaz de buscar consensos; una persona con una norma sismorresistente que sea capaz de soportar cualquier sacudida y no tenga una conducta impredecible y cambiante.

“Después de una pandemia no viene mal un candidato sereno y constructivo como Gabilondo. No es tiempo de insultos, de soflamas, de gobiernos tuiteros, de memes. Este contexto exige seriedad”

Seis: me interesa también su perfil porque ha trabajado para la Administración central con el PP, con el PSOE y con Pablo Iglesias al frente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Parece que se entiende con todos.

Creo que eso puede ser un valor para el equipo de Gabilondo. Me he desenvuelto muy bien trabajando en la Administración central con tres partidos políticos diferentes. Trabajé codo a codo con Juan Manuel Moreno Bonilla cuando fue secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Mantengo con él una muy buena relación. Trabajé de manera muy estrecha con las dos ministras del ramo del gobierno socialista: Carmen Montón y María Luisa Carcedo, con las que también sigo en contacto. Y he trabajado con Nacho Álvarez, actual secretario de Estado de Derechos Sociales del Gobierno de España en un ministerio liderado por Pablo Iglesias. No tengo nada que reprocharle a ninguno de estos tres gobiernos. Mis relaciones personales con sus dirigentes han sido fabulosas. En todo momento han comprendido mi interés por enfatizar la necesidad de trabajar por el desarrollo de las personas con discapacidad. El pacto de unidad y consenso conseguido en torno a la discapacidad, ajena al debate partidista, es fundamental que se traslade a otros sectores, como reclaman los ciudadanos, especialmente en Madrid. Como dice Gabilondo, es importante tender la mano a la izquierda y a la derecha.

Jesús Celada

 ¿Si Iglesias o Ayuso le hubieran propuesto ir en sus listas, habría accedido?

Más allá de ambos nombres propios, yo veo cosas buenas y buenas personas en los partidos políticos que los dos representan. Mi ideología pivota claramente en el centro-izquierda y tengo mis vínculos con el PSOE. Creo que el PSOE es un partido capaz de gobernar bien, como demuestra a nivel nacional en este escenario de pandemia. Es un partido de gobierno con más de cien años de historia. Me he sumado a caballo ganador, porque el proyecto de país del PSOE es el que mejor le sienta a España.

Con ojos de novato en medio de una campaña electoral: ¿cómo está leyendo las relaciones entre las directrices de Moncloa y las de Gabilondo? ¿Se pisan? ¿Se cruzan? ¿Son campañas paralelas?

No observo competitividad entre ambos niveles políticos en esta campaña electoral. Más que rivalidad, veo colaboración. Y también veo que hay voces externas de otros partidos muy interesadas en focalizar la campaña en atacar a Pedro Sánchez, desplazando la atención más allá de lo que realmente interesa a los ciudadanos madrileños. Hay que recordar que estas elecciones han sido convocadas sin una razón conocida, quizás porque el interés real es desestabilizar un gobierno nacional. Es el momento de hablar de Ángel Gabilondo, Pablo Iglesias, Isabel Díaz Ayuso, Edmundo Bal, Mónica García y Rocío Monasterio. Cualquier voz ajena que apunte a otro lado, se confunde. Es normal que los líderes políticos nacionales entren en campaña, porque la Comunidad de Madrid es una plaza importante, pero quien ve a Pedro Sánchez al final de los resultados electorales desvirtúa el objeto real de estos comicios. 

“Es el momento de hablar de Gabilondo, Iglesias, Ayuso, Bal, García y Monasterio. Quien ve a Pedro Sánchez al final de los resultados electorales de Madrid desvirtúa el objeto real de estas elecciones”

 

Hay que ser valiente para dejar una dirección general de un ministerio con un prestigio asentado, y con las encuestas diciendo lo que dicen. Me consta que muchas personas que trabajan en el ámbito de la discapacidad ya le echan de menos.

Me ha dado pena dejar la dirección general después de diez años, pero ha sido un sacrificio gustoso. Prefiero aparcar un proyecto profesional en un buen momento. Estoy muy orgulloso del trabajo realizado en esta década por un equipo estupendo, pero pienso que había llegado la ocasión de dar un salto. Como hizo Pep Guardiola en el Barcelona, he dejado el barco en puerto seguro, aunque la singladura continúe. 

He conocido a personas maravillosas en estos años, y seguiré en contacto con muchas de ellas, porque la discapacidad será eje de mi agenda laboral en el futuro. Me he pasado una década trabajando en el terreno de la normativa y ahora toca bajar el balón al terreno de las comunidades autónomas, que es donde están las competencias de gestión. Ahora toca palpar el día a día de las residencias, los centros de días y ocupacionales, la calidad del empleo, las entidades sociales a pie de obra... Es el tiempo de dejarse la piel por la efectividad de las políticas públicas. En esta década he adquirido una formación que ahora quiero poner en práctica.

En la Comunidad de Madrid hay 378.212 personas con alguna discapacidad física o psíquica, según datos de 2019. ¿Están bien tratadas?

En términos macro, España es un buen país para las personas con discapacidad. Somos punteros en los derechos de esta ciudadanía. Sin embargo, cuando nos aproximamos a la vida real de estas personas, vemos carencias lacerantes. El otro día conocimos la historia de Mikel: un niño de seis años que vive en la Comunidad de Madrid y que lleva tres años esperando sin éxito a que valoren su grado de discapacidad en los servicios de atención temprana. Es una pena que en Madrid haya una lista de espera de este calibre para el reconocimiento de unos derechos esenciales. Es una pena que el sistema educativo inclusivo que propone la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad esté paralizado.

“España es un país puntero en los derechos de las personas con discapacidad, pero cuando nos aproximamos a los casos reales vemos que algunas están mejor tratadas que otras, según donde vivan”

 

El debate educativo en torno a las personas con necesidades especiales está en plena efervescencia desde la Ley Celaá.

Porque se ha extendido el bulo de que se cerrarán los centros de educación especial… La idea del Ejecutivo es que la educación ordinaria se dote de los recursos necesarios y tienda puentes con la educación especial para facilitar la inclusividad, siempre teniendo en cuenta la elección de los padres. Hay que garantizar un sistema educativo inclusivo público, gratuito y de calidad, que es lo que pretende la Ley Celaá. Madrid tendrá que ponerse las pilas en desarrollar esta ley aprobada por las Cortes.

Si realmente la Ley Celaá ofrece alternativas más que un modelo exclusivo, entonces se ha comunicado muy mal…

Podía haberse comunicado mejor por todas las partes implicadas. La ministra Celaá ha explicado la ley en multitud de ocasiones, pero parece que nunca es demasiado. De todas formas, cualquier persona que haya trabajado en este sector sabe perfectamente que los centros de educación especial no se pueden cerrar nunca. Eso lo tenemos clarísimo. Ningún responsable del Gobierno ha dicho que se cierren. El único empeño del Gobierno en esta materia es dar libertad de elección a las familias en las mismas condiciones de calidad. Los colegios de educación ordinaria necesitan el apoyo suficiente para convertirse en centros realmente inclusivos.

“Cualquier persona que haya trabajado en el sector de la discapacidad sabe perfectamente que los centros de educación especial no se pueden cerrar nunca. Ningún responsable del Gobierno ha dicho eso”

 

Un ejemplo.

Hace 25 años el colegio de la ONCE de Moratalaz estaba lleno de niñas y niños con discapacidad visual, y hoy está vacío. ¿Qué ha pasado? Hoy, esos niños están en aulas inclusivas. ¿Qué han hecho bien esta sociedad, la Administración, las entidades sociales, las familias, la tecnología… para que hayamos dado este paso adelante? Pues ese mismo caso de éxito hay que extrapolarlo a otras discapacidades, para que quienes optan por los centros especiales puedan elegir libremente una educación inclusiva, pública, gratuita y de calidad.

Supongo que parte del éxito de ese colegio de Moratalaz también corresponde a la consejería de Educación del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Que existieran colegios públicos valientes, dispuestos a incorporar a alumnos ciegos en sus aulas y se abrieran a que la ONCE pusiera a sus profesionales al servicio de la educación pública, fue una buena noticia para todos los niveles de la Administración y de la sociedad. Lo que no entiendo es que, desde la propia Comunidad de Madrid, que sabe de qué va la cosa, se lance el mensaje de miedo al cierre de los colegios de educación especial, porque eso es mentira.

Jesús Celada

Propone usted, en sintonía con el Comité Español de Personas con Discapacidad (Cermi), una Ley de Derechos de las Personas con Discapacidad para la Comunidad de Madrid.

Efectivamente. La ley nacional es de 2013. Otras comunidades ya tienen su norma autonómica y es fundamental que Madrid también reconozca los derechos de las personas con discapacidad.

¿A los gobiernos de la Comunidad de Madrid le han importado las personas con discapacidad por la vía práctica?

En la dirección general yo he recibido algunas quejas de las personas con discapacidad que viven en la Comunidad de Madrid: sobre el IRPF, gestionado con arbitrariedad y poca profesionalidad; sobre el acceso al teléfono 112 para las personas sordas, sobre la infrafinanciación de las residencias…

La plataforma Plena Inclusión lanzó un SOS en el arranque de la campaña electoral: las residencias para personas con discapacidad física o psíquica, dicen, están infrafinanciadas y parece que no importa. ¿Hay ciudadanos aparados en este país?

Es interesante visitar las residencias de personas con discapacidad para conocer la situación de primera mano. Yo he estado en las de varias comunidades y soy testigo de las desigualdades. Hay comunidades autónomas donde las personas con discapacidad están mejor tratadas que en otras. La reivindicación de Plena Inclusión es cierta: las residencias de la Comunidad de Madrid están infrafinanciadas y urge revisar los conciertos. Hay residencias y centros de día que han tenido que pedir a los familiares una aportación extra mensual para garantizar un mínimo de atención de calidad. Y esto no lo digo yo, lo dice el ex consejero de Política Social del Gobierno de Ayuso, Alberto Reyero, que cesó el año pasado, y que desde noviembre de 2019 advertía sobre el déficit en la gestión de estos centros, porque estaban bajo mínimos.

¿Es coherente abandonar en el día a día a las personas con discapacidad, o a las personas con más necesidades y menos altavoces, no ofrecerles la financiación y los medios necesarios para vivir con dignidad, y aprobar antes a bombo y platillo la Ley de Eutanasia?

Nunca alcanzaremos el techo absoluto en políticas de discapacidad. La plenitud en este ámbito no existe, entre otras cosas, porque la realidad está en constante transformación. A la Ley de Eutanasia le hago un reproche, porque uno de sus artículos ha indignado al sector de la discapacidad. Coincido con el Cermi y con las recomendaciones de la ONU en la necesidad de eliminar la expresión "imposibilitante" y revisar el artículo 3.b del texto de la norma para evitar asociaciones con la  discapacidad.

¿A Pablo Iglesias le han interesado los temas sociales en su etapa como vicepresidente del Gobierno y máximo responsable del ramo?

La Secretaria de Estado de Derechos Sociales ha hecho una labor ingente para intentar resolver la situación de las residencias durante la pandemia. Hemos vivido un año muy difícil. Creo que la respuesta del mando único fue acertada y participada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Iglesias era el ministro y detrás de un ministro hay equipos: la Secretaría de Estado y cinco direcciones generales centradas en lo social. Con la actual complejidad de la situación todo el personal del ministerio, desde el primero hasta el último, hemos arrimado el hombro para resolver los problemas derivados por el covid, especialmente en las residencias de mayores y de personas con discapacidad. La respuesta del Estado ha sido evidente.

Pero entre tanta batalla ideológica y tanta ley extra pandemia, ¿a Pablo Iglesias le ha dado tiempo a empatizar con las competencias en materia de discapacidad?

La discapacidad tiene sus responsables directos. El ministro tiene muchos frentes abiertos. Creo que el ministerio y sus equipos han hecho una buena labor en discapacidad, también durante el mandato de Iglesias.

“Estamos superando las consecuencias sociales del covid de manera notable, pero si las presidentas y presidentes regionales no ponen el acento en lo social, viraremos hacia el liberalismo o el populismo”

¿Pedro Sánchez es un presidente social?

Sí. Ingreso mínimo vital, consecución de los fondos de recuperación europeos que vienen a España para transformar el modelo social, los ERTEs… Pienso que estamos superando las consecuencias sociales del covid de manera notable. Pero no olvidemos que España es un país con diecisiete comunidades autónomas. Si las presidentas y presidentes regionales no ponen el acento en lo social, viraremos hacia el liberalismo o el populismo deconstruyendo nuestros horizontes.

¿Cómo ve la campaña?

Veo a Isabel Díaz Ayuso muy perdida en bares y terrazas, y muy lejos de la realidad de nuestro día a día. Nosotros hemos hecho 350 propuestas públicas, y he escuchado sugerencias de todos los demás partidos, pero a la señora Ayuso solo le oigo hablar de cañas y de libertad.

Gabilondo se propone gobernar en serio. Ha elegido una lista donde, en general, hay personas preparadas en forma para tomar el relevo de la Comunidad si cuadran las cifras tras el 4M. ¿Por qué esa política serena parece vieja?

Porque la política nos ha malacostumbrado a un entorno de hostilidad, agresividad, violencia verbal, a los tonos belicosos… Los extremos, el insulto y la comunicación hostil están ganando la partida, y eso se nota cuando aparece una persona moderada y educada como Ángel Gabilondo. Es más: nos han acostumbrado al grito y a la tensión. Es una pena que hayamos convertido la moderación política en una reliquia. La ciudadanía debe ser consciente de que votar no es tuitear, y que la Comunidad de Madrid necesita un gobierno extraordinario para una situación extraordinaria. La lista de Gabilondo la conformamos profesionales que hemos participado en el diseño de los fondos europeos y es bueno que eso lo sepan los votantes, porque si gobernamos, seremos capaces de ejecutar esos fondos con profesionalidad en una comunidad que sigue sin presupuestos propios.  

“La política nos ha malacostumbrado a un entorno de hostilidad. Los extremos están ganando la partida, y eso se nota cuando aparece una persona moderada y educada como Ángel Gabilondo”

 

Tiene muchos amigos en el PP. Destacan Ignacio Tremiño, Borja Fanjul, Francisco Vañó… ¿Por qué ese mundo de relaciones personales sin bandos parece hoy a contracorriente en la política española?

Mi salto a la política lo he compartido con los tres. En lo profesional, han sido referentes y mentores, y en lo personal, somos muy amigos. Es evidente que no estamos acostumbrados a los consensos, y eso que en el trabajo político hay más acuerdos de lo que parece, pero el foco se pone siempre en el choque y la confrontación. Los medios deben mirar y escuchar lo que sucede también en los espacios comunes de entendimiento. Las políticas de discapacidad se han convertido en un tema sin disenso. Mi obsesión es conseguir que ese diálogo constructivo y esa unidad política del que disfrutan las personas con discapacidad lleguen a otros sectores.

¿Cómo será una campaña electoral para una persona con discapacidad auditiva que solo ve rostros gritones y gestos desafiantes?

En Estados Unidos contratan a personas sordas para las negociaciones, porque son especialistas en leer las expresiones del de enfrente y adelantarse en los argumentos y contrargumentos. Por las expresiones de la cara igual entienden incluso más que las personas que escuchan.

¿Qué rostro cree que le pinta a Gabilondo una persona con discapacidad visual?

Probablemente, imaginarán el rostro de una persona noble, conciliadora, dispuesta al consenso, brillante, con una sonrisa que no es expresión exagerada y con una mirada inteligente y humanista que transmite paz y sosiego.

Igual se imaginan a Papa Noel…

Papa Noel siempre trae gratas sorpresas…

 

“Las políticas de discapacidad se han convertido en un tema sin disenso. Mi obsesión es conseguir que ese diálogo constructivo y esa unidad política lleguen a otros sectores”

 

Si Gabilondo logra sumar, usted podría liderar los servicios sociales de la Comunidad de Madrid en el gobierno regional resultante. ¿Por dónde empezaría? ¿Cuál sería la Operación Celada en este ámbito de la sociedad madrileña?

Lo primero sería abordar la situación de las residencias de personas con discapacidad y de mayores. Uno de cada cinco fallecidos por covid en España han muerto en Madrid, entre ellos, más de 6.200 personas mayores. Mi segunda prioridad son las personas más vulnerables: las familias de la Cañada Real, las que no llegan a fin de mes, las que no pueden pagar la alimentación y los colegios de sus hijos, las que no tienen trabajo… El programa del PSOE de Madrid se compromete a añadir 150 euros mensuales al ingreso mínimo vital, a hacer compatible la renta mínima garantizada con el ingreso mínimo vital, a subir la renta mínima en familias vulnerables con niños a su cargo… Hay que proteger socialmente a las personas y a las familias que lo pasan mal en Madrid, que en esta comunidad hay muchos contrastes y no podemos olvidar que aquí la pobreza se agudiza.

¿En Madrid hay libertades de primera, de segunda y de tercera?

Evidentemente. La libertad empieza por la propia elección. Al que no tiene medios solo le queda lo público, y habrá que hacer que lo público sea garantía de calidad suficiente. El PSOE no le pone ninguna equis a lo privado, pero sí se la pone a la desigualdad de oportunidades.

Jesús Celada

Duatlón, triatlón, maratón, ironman… Entre las pruebas deportivas más exigentes solo le faltaba una campaña electoral a machete, como la del 4M.

Afronto esta prueba en un terreno desconocido. Aquí no hay que nadar, correr, ni pedalear, pero se hace todo a la vez. Para mí es similar a un reto de larga distancia. Mi objetivo no está solo en estas elecciones. Desde el gobierno o desde la oposición, tengo la vista puesta en 2023, pero construyendo desde ya en esta carrera de fondo. La campaña se presenta un tanto brusca y desconozco qué nos encontraremos en la meta. A veces, ni siquiera sé cómo se entrena. Estoy descubriendo un mundo nuevo.

 

“Hay que proteger socialmente a las personas y a las familias que lo pasan mal en Madrid, que en esta comunidad hay muchos contrastes y no podemos olvidar que aquí la pobreza se agudiza”

¿Quiénes son sus referentes políticos?

Tengo varios iconos. Admiro el trabajo que desarrolló Alfredo Pérez Rubalcaba, un estadista siempre a la altura de las circunstancias en años cruciales para el sistema educativo y para la seguridad del país. En lo social, mi referente es José Luis Rodríguez Zapatero: un político que pudo decepcionar con su gestión de la crisis económica, pero que ha dejado muchas huellas en la mejora de los derechos sociales, como la ley del tabaco, la ley de dependencia, la creación de la UME, o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Me atraen también los perfiles políticos de Javier Solana y Josep Borrell.

Hay un candidato maratoniano en estos comicios con el que intuyo que se entendería bien: Edmundo Bal. ¿Ciudadanos es un partido sensible a la discapacidad?

Los consejeros de Ciudadanos que han liderado las políticas de discapacidad de la Comunidad de Madrid han demostrado su sensibilidad. Hago un reconocimiento expreso a Alberto Reyero y Javier Luengo, a quienes conozco personalmente desde hace años. Han acertado en su gestión, aunque a los dos la profesionalidad les ha costado su puesto. Conozco más políticos de Ciudadanos comprometidos con lo social que han hecho una buena labor, y me parece justo reconocerlo: Tomás Marcos, diputado de la Asamblea de Madrid y senador; me llevo muy bien con el director de Políticas de Discapacidad de la Junta de Andalucía, Marcial Gómez… Mi impresión es que en Ciudadanos también existe una sensibilidad especial por la discapacidad.

La candidata de Más Madrid, Mónica García, procede del mundo sanitario. ¿Percibe usted una sintonía especial de su partido para las necesidades de las personas con discapacidad?

No conozco personalmente a nadie de Más Madrid, la verdad.

¿Y a Íñigo Errejón?

De Errejón destacaría su reciente intervención en el Congreso de los Diputados sobre la necesidad de cuidar la salud mental con un mensaje que comparto, porque es un tema para estar en alerta, incluso desde antes de la pandemia. Uno de cada cuatro españoles viviremos un episodio grave de salud mental. Actualmente, un millón de personas convive con un trastorno mental en España. Es una realidad que necesita un abordaje serio. Las discapacidades no progresan todas al mismo nivel, pero hay discapacidades que están muy atrás, como las patologías mentales. El mensaje de Errejón ha calado, aunque llega demasiado tarde.

“Las discapacidades no progresan todas al mismo nivel, pero hay discapacidades que están muy atrás, como las patologías mentales. El mensaje de Errejón ha calado, aunque llega demasiado tarde”

 

De su biografía política, hay una cosa que me hace confiar en que usted no me está vendiendo una moto: es guía de Fernando Riaño, deportista reputado con discapacidad visual. Juntos han ganado dos veces el campeonato del mundo de duatlón de larga distancia. Puesto político y agenda personal comparten pista.

Con Fernando Riaño he aprendido mucho. He compartido muchos momentos de debilidad y de fortaleza que nos han enriquecido. Tenemos visiones complementarias de la discapacidad: él desde los ángulos personal y empresarial, yo desde la gestión. Los dos trabajamos por la discapacidad desde los despachos, y desde el deporte, sobre el terreno. A mí esta experiencia me está ayudando mucho. Él ha tenido otros guías, pero yo con él he conocido una faceta distinta de la discapacidad. Me parece interesante que un director general se implique en iniciativas pegadas al terreno, incluso que trasciendan su agenda laboral. Y más, todavía, si tienen éxito. Fernando y yo hemos sido dos veces campeones del mundo y que conste que en este tándem yo me considero el consorte… Me parece importante que quienes toman decisiones tengan un pie en la arena para gobernar con realismo y con acierto.

¿Los ciudadanos somos realmente empáticos con las personas con discapacidad? A veces pienso que solo quienes lo viven más de cerca. Que se nos llena la boca con las grandes causas, pero después no arrimamos suficientemente el hombro.

Falta cultura de la discapacidad. Durante el confinamiento vimos cómo algunos vecinos no entendían que los niños con discapacidad tenían que salir a la calle a dar un paseo terapéutico. Hemos tenido que soportar que una sociedad científica vetara a las personas con discapacidad en las UCI en los momentos más álgidos de la pandemia. Las residencias han estado paralizadas y nadie ha puesto el grito en el cielo. Y hemos visto medios de comunicación que ni subtitulaban ni signaban en un momento de máxima expectación social. Hemos avanzado bastante. Ha habido hitos sociales como la película Campeones, los Juegos Paralímpicos, programas de televisión, personajes públicos con discapacidad, pero todavía queda mucho para asentar una cultura de la discapacidad a la medida de un país como este.

¿Y los medios de comunicación? No sé si hablamos de discapacidad más allá del 3 de diciembre...

Cada vez se habla más de discapacidad, pero todavía no hemos llegado a la meta ideal. Sigue dando cierto reparo hablar del tema, a veces por miedo a meter la pata. Las entidades sociales están dispuestas a facilitar el trabajo de los medios todo lo que necesiten.

Según el CIS de esta semana, el PSOE volvería a ganar las elecciones generales con el 31,5% de los votos, un aumento de dos décimas respecto al mes pasado. ¿Le convence este Pedro Sánchez?

Sí Y se ve que a la mayoría de los ciudadanos, también. Eso quiere decir que algo se habrá  hecho bien… Todo es mejorable, pero es muy fácil hablar cuando se está al otro lado de la barrera.

¿Se prepara usted para ser su ministro de Asuntos Sociales cuando no necesite cogobernar con Podemos?

Habría que preguntárselo a Pedro Sánchez

“La disputa política sería más constructiva si hubiera más deportistas en esta arena. Si queremos ser mejores como país, o como comunidad, los principios deportivos son un buen camino”

¿Cree que Pablo Iglesias está de pájara política?

A este Iglesias le hace falta coger fuerzas para evitar esas pájaras.

¿Teme que la política le separe del deporte?

Cuando me propusieron incorporarme a la lista del PSOE de Madrid me pidieron que siguiera trayendo medallas. Obedeceré.

Si Almeida promueve unos Juegos Olímpicos en la capital, ¿usted apoyaría esa causa?

Por supuestísimo.

¿La disputa política sería más constructiva si hubiera más deportistas en la tarima pública?

Desde luego. El deporte anima a mejorar siempre y a exigirse más. Si queremos ser mejores como país, o como comunidad, los principios deportivos son un buen camino.

Si hubiera más personas con discapacidad gobernando, ¿las políticas sociales serían menos hipócritas?

Las personas con discapacidad tienen sus virtudes y sus defectos, como todos. Pero, claramente, se notaría una mayor sensibilización institucional hacia la discapacidad, y eso tendría más eco en toda la sociedad. Es importante que se visualice la discapacidad en los puestos de responsabilidad pública, y en eso hemos avanzado muchísimo.

¿Por qué Echenique no hace bandera de la discapacidad desde el Congreso?

Cada uno es libre en sus reivindicaciones públicas, independientemente de que las practique o no.  Hay que respetarlo.

¿Cómo espera llegar a la meta del 4M?

Con el objetivo de tender la mano a la izquierda y a la derecha, de impulsar la moderación, de aprender de los demás… Como dice el Papa Francisco en la Fratelli tutti, la paz, la amistad y la concordia social son podios importantes para toda la sociedad.

“Mi objetivo de campaña es impulsar la moderación y aprender de los demás. Como dice el Papa Francisco en la Fratelli tutti, la paz, la amistad y la concordia social son podios importantes para toda la sociedad”

REBOBINANDO

Cuando aquel anarquista italiano asesinó a Cánovas del Castillo el 8 de agosto de 1867 en el balneario de santa Águeda, Mondragón, Pablo Iglesias -the first, the founder- sentenció en público: "No contribuyamos a convertir esta sociedad, inarmónica ya por antagonismo de intereses, en una sangrienta lucha de fieras”. Con el 4M hecho un zoo, se nota más: este Gabilondo bebe de aquel Iglesias, el del PSOE, aunque Ángel es mucho más moderado en su tono y en su discurso, más inteligente y más cristiano, menos anti y más pro. Y más serio y más soso -¿bueno? ¿malo?-, también.

El nuevo reto profesional de Jesús Celada es un duatlón de larga distancia: nadar a contracorriente en un río político empobrecido por la tuiterarización, la banalización, el orgullo, el márquetin, y los extremos adolescentes, y después correr a ritmo de oro para revertir el contexto construyendo con deportividad antes de que lo que Gabilondo representa -el auténtico, no el de la campaña- se convierta en un valor fósil.

Un hombre que se esfuerza cada día por volar más alto y que ha dedicado una década de su vida a trabajar intensamente por las personas con discapacidad cuenta con un aval moral muy potente para dignificar el trabajo político, aunque exista el riesgo de intoxicación al acercarse estrechamente a un partido político, el que sea, porque a veces estas formaciones amebas queman todo lo noble pariendo mediocres obedientes como churros.

Celada es un ingeniero comprometido, inconformista, crítico, inquieto, decidido y peleón. Es ironman y es triatleta. Tiene unos gemelos como el puño sin rosa. Y un six pack labrado a mano con armonía, que lo he visto yo por Instagram. Ningún átomo de grasa en su cuerpo, porque el esfuerzo los ha transformado todos en madera de campeón del mundo. En el pecho interior viste el tatuaje de las políticas sociales que otros sacan bajo palio en la campaña para guardar después en el trastero.

Política y deporte. Palmeros y hooligans. Partidismos de bufanda. Debates y rings. Ganchos y patadas de la grulla. Lanzamiento de martillo y campo a través. Y también: honestidad, esfuerzo, superación, buen ganar, buen perder, trabajo en equipo, carrera de relevos, saltos de altura, natación sincronizada, antorcha, humanismo, solidaridad, excelencia, amistad, respeto, alianza, energía, audacia, paciencia, voluntad, bien…

Hace unas semanas, Jesús Celada siguió la recomendación de Magic Johnson: "No preguntes lo que tus compañeros de equipo pueden hacer por ti. Pregúntate qué puedes hacer tú por tus compañeros de equipo". Y ahí está, corriendo por esa pista de la que todo el mundo opina… desde las gradas.

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