A Carod Rovira, que defiende multiplicar las embajadas catalanas por el mundo para afrontar la crisis pero se niega a informar del coste de la de Nueva York
“Es un acto de absoluta normalidad institucional para desplegar el Estatuto de Cataluña, y en tiempos de crisis es lógica la inauguración de esta delegación para no quedarse estancado y no aislarse del mundo”. Estas fueron las palabras que pronunció Josep Lluis Carod Rovira, vicepresidente del Gobierno catalán, durante el acto de inauguración de la embajada de la Comunidad Autónoma en Nueva York. Un acto que despertó cierto recelo entre los periodistas españoles que cubrieron el acto, ya que la rueda de prensa se dio en catalán. Causa perplejidad que Carod Rovira explique que durante una crisis, lo mejor es abrir más embajadas. Aún se desconoce el coste de cada representación diplomática, pero la de Nueva York, situada en el emblemático Rockefeller Center, no ha debido salir muy barata. Mientras, en Cataluña, en lo que va de mes se han presentado 120 Expedientes de Regulación de Empleo, que afectarán a más de 5.000 trabajadores, convirtiéndose en la comunidad líder en la percepción de prestaciones del Fondo de Garantía Salarial. Y Nissan sigue pendiente de un hilo. Sin embargo, para Carod Rovira es mucho más importante gastar el dinero dando a conocer Cataluña por el mundo. Guindilla a él, que demuestra mucho interés en velar por su nacionalismo y poco por el bienestar de los ciudadanos.
