La advertencia más inquietante de Ruth García sobre el futuro de 'Valle Salvaje'
Valle Salvaje se ha convertido en uno de los mayores éxitos televisivos de RTVE y Netflix, consolidándose como un fenómeno cultural con proyección internacional. La serie, ambientada en el siglo XVIII, no solo ha superado los 300 capítulos, sino que opta a galardones de prestigio como el Emmy Internacional.
Pero el ritmo vertiginoso de este serial diario esconde aún más sorpresas. Ruth García, una de las guionistas clave del proyecto, anticipa lo que muchos espectadores no esperan.
Una estructura de guion sin precedentes
En una entrevista concedida a El Independiente, Ruth García, coordinadora de diálogos de Valle Salvaje, revela los entresijos del proceso creativo detrás del éxito del serial. García, con más de dos décadas de experiencia en ficción televisiva, forma parte del engranaje que da forma a la historia diaria que emite RTVE y que también está disponible en la plataforma Netflix.
El equipo de guionistas trabaja sin las tradicionales “biblias” que establecen tramas a largo plazo. Según explica García, el creador Josep Cister prefiere una narrativa más flexible, que permita cambios constantes y giros inesperados. “Pasan cosas nuevas casi cada semana”, asegura.
La evolución de los personajes y la muerte de Julio
Este enfoque permite desarrollar personajes más complejos, alejados de los arquetipos clásicos. “En Valle Salvaje no hay malos planos. Cada personaje tiene una herida o una razón que explica su comportamiento”, subraya. Un claro ejemplo es la reciente muerte de Julio (Nacho Olaizola), un acontecimiento que, según García, es menor comparado con lo que está por venir: “Lo de Julio es muy insignificante en comparación con lo que viene”.
La capacidad de sorprender al espectador es clave. Las tramas no se alargan innecesariamente y se prioriza la agilidad narrativa. Esta estrategia, combinada con la cuidada producción de Bambú, permite mantener el interés episodio tras episodio.
Una ficción cuidada hasta el último detalle
El plató principal, situado en Algete, y los exteriores en Segovia, ofrecen un entorno visualmente atractivo que diferencia a Valle Salvaje de otros formatos como La Promesa. Ruth García destaca la riqueza escénica y el aire más cinematográfico de la serie, especialmente pensado para una emisión nocturna, aunque finalmente se programara en la franja de tarde.
Diálogos frescos para una época remota
“Buscábamos una serie que sonara a 1760, pero que no expulsara al espectador”, explica. El objetivo es equilibrar fidelidad histórica y entretenimiento. Los diálogos deben ser ágiles, dinámicos, adaptados al ritmo de producción. Esto implica escribir con una lógica de inmediatez, propia del melodrama diario.
García reconoce que disfruta especialmente con los personajes más llanos. La reciente inclusión de escenas en la cocina y con el personal de servicio, como las hermanas Luisa y Pepa, responde a esa intención de ampliar el universo narrativo del serial.
Un modelo narrativo que evoluciona
La escritora pone en valor el trabajo colectivo de un equipo de guionistas, escaletistas y dialoguistas donde cada pieza es imprescindible. “Es un engranaje que no puede fallar”, afirma. La presión diaria es intensa, pero el compromiso con el producto final se mantiene firme.
El futuro de Valle Salvaje
Con capítulos ya escritos hasta abril de 2026, Valle Salvaje tiene garantizada continuidad a medio plazo. Su proyección internacional –incluida la nominación al Emmy– refuerza su posición como uno de los referentes actuales de la ficción española. El futuro promete giros narrativos aún más intensos que redefinirán el destino de sus personajes.
Y es que, como advierte Ruth García, lo que viene no dejará indiferente a nadie.
