Pekin se blinda ante un nuevo brote de Covid-19 más peligroso

Vista de Pekin (China).
Vista de Pekin (China)

Las barreras de acero azul de casi dos metros de altura que se hicieron populares en Wuhan cuando se cerró esta ciudad en enero, se han levantado en algunos barrios de Pekín.

La aplicación de salud del móvil se actualiza cada pocas horas y obliga al usuario a detallar las zonas de la capital de China en las que ha estado en los últimos 14 días.

Los taxis ya no pueden salir de la ciudad.

Y los tipos engalanados con los trajes blancos protectores y tubos desinfectantes rocían a fondo varios mercados de la ciudad.

Lo que está ocurriendo ahora en Pekín preocupa mucho.

Tanto a las autoridades y vecinos de la ciudad como al resto del mundo.

China saca meses de ventaja a otros países en la lucha contra la pandemia.

Incluso ya había proclamado la victoria contra el coronavirus.

Por ello, todo lo que aquí ocurra puede ser un espejo para todos los países que están en los periodos de desescalada.

 

Es fundamental lo que ha dicho hoy Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, sobre que los próximos tres días serán cruciales para controlar el último brote de Covid-19

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