Manuel Aragón se perfila como nuevo presidente del Constitucional. El sector conservador, dispuesto a apoyarle a cambio de su voto sobre el ‘Estatut’
El magistrado Manuel Aragón Reyes tiene al alcance de la mano convertirse en el nuevo presidente del Tribunal Constitucional. Perteneciente al llamado sector “progresista”, sin embargo accedería al cargo con los votos del sector “conservador”. La sentencia sobre el Estatuto de Cataluña está detrás.
Según fuentes de toda solvencia consultadas por El Confidencial Digital, Manuel Aragón, magistrado del TC propuesto por el Gobierno del PSOE en 2004, ha recibido una oferta por la cual accedería a la presidencia del Tribunal si al final se alinea con el sector conservador en la sentencia sobre el Estatut.
Actualmente, la presidencia del Constitucional, ocupada por María Emilia Casas, se halla prorrogada hasta que se culminen los trabajos sobre el Estatut. Tal y como informó ECD, Casas se dispone a ser consejera de Estado al terminar su mandato –lea la noticia aquí. La nueva presidencia se votará en secreto por los magistrados del TC reunidos en Pleno.
Según las fuentes consultadas, la inestable mayoría progresista del TC tiene una fisura en el magistrado Manuel Aragón. Considerado la esperanza blanca por parte del sector conservador, Aragón es persona que se ha caracterizado siempre por tratar de votar en conciencia, sin seguir dictados partidistas, y se da la circunstancia de que se muestra contrario a algunos puntos clave del texto catalán.
Aragón fue decano de la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y ha sido miembro del Consejo de Estado, director del Centro de Estudios Constitucionales y presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid. En su personalidad intelectual está la huella azañista de la Segunda República Española.
La oferta del sector conservador de voto por presidencia ha causado intenso malestar en un sector progresista ya molesto por la convocatoria de sesiones en coincidencia temporal con el tratamiento de la enfermedad de uno de los magistrados, Delgado Barrio, por más que este se adscriba al sector conservador.
