Ferraz frena el gobierno de coalición con Podemos por los errores de Pablo Iglesias en Madrid

El PSOE concluye que el líder del partido morado se ha quedado sin bazas para negociar. Dudas sobre la reacción de Ciudadanos en Aragón y Castilla y León

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Pedro Sánchez abraza a Josep Borrell en su comparecencia en Ferraz.

Jornada agridulce en Ferraz. La contundente victoria en las europeas, las mayorías absolutas en Castilla-La Mancha y Extremadura quedaron en un segundo plano una vez constatado que Ángel Gabilondo no podría gobernar Madrid, pese a ser el candidato más votado. En el partido también preocupa depender de Ciudadanos en varias regiones.

En el cuartel general de los socialistas, la tarde no pudo empezar con mejores noticias. Los datos que llegaban de los diferentes sondeos a pie de urna eran recibidos con euforia contenida, ya que ninguno de los dirigentes presentes en Ferraz quiso levantar las campanas al vuelo en los inicios de una noche que se iba a prolongar durante muchas horas.

A la hora del cierre de las urnas, ya estaban en Ferraz la vicepresidenta, Carmen Calvo, el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y el secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán.

Josep Borrell comunicó en los días previos que seguiría el escrutinio desde Ferraz. No obstante, el candidato a las europeas se hizo de rogar: llegó pasadas las diez de la noche, y minutos después de que lo hiciera el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Dudas previas sobre Casado e Iglesias

La espera de los resultados dio para muchas conversaciones y análisis de diferentes escenarios posibles.

Antes de saber si el PP iba a perder o no la Comunidad de Madrid, muchos se preguntaban si, de confirmarse la debacle del partido, Pablo Casado continuaría al frente del PP. Todos coincidían en que se verá forzado, sí o sí, a cambiar su ejecutiva, aunque tampoco se descartaba la formación de una gestora y la convocatoria de un congreso.

También se analizaron los resultados en municipales y autonómicas con la vista en la formación del nuevo Gobierno. El retroceso de Podemos, opinaban en Ferraz, era un argumento poderoso para formar un ejecutivo monocolor, el objetivo prioritario de Pedro Sánchez después de las elecciones.

En todo caso, sí que existía cierto consenso a la hora de valorar una consecuencia obvia de estas elecciones: la confirmación de la hegemonía del PSOE va a permitir al presidente impulsar una investidura exprés a lo largo de este mes de junio.

Frenazo al gobierno de coalición

Ya con los resultados electorales confirmados, la conclusión en Ferraz era contundente: “Podemos y Pablo Iglesias se han quedado sin bazas para negociar con el PSOE un gobierno de coalición”.

 

La imposibilidad de hacer presidente a Gabilondo en la Comunidad de Madrid, y el grave error de estrategia de Pablo Iglesias, pidiendo el voto en las municipales para Madrid en Pie frente al Más Madrid de Manuela Carmena, provocaron que muchos, en Ferraz, empezaran a descartar una alianza de gobierno con Podemos.

Además de “no tener nada que ofrecer” a cambio de entrar en el Ejecutivo, la formación morada ha entrado, en opinión del PSOE, en una profunda crisis que hace impredecible su futuro a medio plazo. Algo que implica no pocos riesgos a la hora de formar un gobierno de coalición con ellos.

A la expectativa sobre la postura de Cs

Más allá de Madrid y las mayorías absolutas en Extremadura y Castilla-La Mancha, el PSOE volvió a ganar en Aragón y Asturias y logró victorias en Baleares y en feudos históricos del PP como Castilla y León, Murcia, y La Rioja.

La formación de un gobierno socialista en esta última, y también en Baleares y Asturias, se da por hecha gracias a la mayoría parlamentaria que se garantiza el PSOE con Podemos –y con otras formaciones de izquierdas en el caso de las islas-. No obstante, en las otras regiones, no está tan claro.

Todo ello porque en Castilla y León, Murcia y Aragón Ciudadanos tiene la llave de gobierno. En el PSOE confían, desde hace meses, de la intención de Cs de protagonizar cambios de ciclo en regiones gobernadas desde hace décadas por el PP, pero la anunciada preferencia de Albert Rivera por el PP siembra dudas.

En Aragón, Lambán tendrá que volver a marcar distancias con Pedro Sánchez para intentar convencer a Ciudadanos. Un movimiento que ya esperan en Ferraz.

En clave municipal, la ejecutiva socialista destaca el resultado de Jaume Collboni en Barcelona, y en Ferraz no se descartaba ninguna posibilidad: desde que el PSC pacte con Ada Colau, hasta que sea el socialista el candidato a la investidura apoyado por Manuel Valls, al que se le podría ofrecer ser teniente de alcalde.

Borrell y sus posibles sucesores

Josep Borrell fue, sin lugar a dudas, el gran triunfador de la noche, y Pedro Sánchez quiso arroparle en una comparecencia ante los medios en la que el presidente y el candidato a las europeas estuvieron acompañados por importantes integrantes de la ejecutiva federal del PSOE y del Gobierno.

Llamó la atención la presencia de Luis Planas, actual ministro de Agricultura, posando junto a Borrell. El nombre del valenciano ha sido uno de los que más se ha repetido como posible sucesor del ganador de las europeas en el Ministerio de Asuntos Exteriores, y su comparecencia en Ferraz recuperó esos rumores.

No obstante, Planas no fue el único candidato a Exteriores que se pasó por la sede nacional del PSOE. Algunas fuentes apuntan que el diplomático José Manuel Albares, secretario de Asuntos Internacionales en Moncloa, también estuvo en Ferraz.

Otro integrante del gabinete de Presidencia de Sánchez, Manuel de la Rocha, también fue visto en el hall del edificio.

Contacto permanente con Gabilondo

Uno de los grandes protagonistas de la noche fue Ángel Gabilondo. Desde que las encuestas a pie de urna apuntaban a una victoria socialista que le permitiría gobernar la Comunidad con el apoyo de Más Madrid y Podemos, en Ferraz iniciaron un contacto permanente con el candidato autonómico.

Gabilondo siguió todo el escrutinio desde el Círculo de Bellas Artes en la calle Alcalá de Madrid.

Desde el minuto uno, tanto él como en Ferraz prefirieron guardar cautela. Muchos recordaban que cuatro años antes, con el 90% escrutado, el PP de Cristina Cifuentes logró un escaño más que tiró por tierra las expectativas de gobierno del PSOE.

Por eso, en esta ocasión, nadie quiso dar por hecho nada hasta tener todos los datos cerrados. En todo caso, a medida que iba avanzando el escrutinio, se iba alejando la opción de gobernar, por lo que a partir de las once de la noche se pasó de la euforia a la resignación.

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