El PP se abre a negociar con la ‘España Vaciada’ para que su gobierno no dependa de Vox

Pablo Casado no logra el objetivo de repetir en Castilla y León el éxito arrollador de Díaz Ayuso. Unión del Pueblo Leonés y Soria Ya! apuntan como nuevos partidos en el Congreso

Alfonso Fernández Mañueco celebra su victoria en las elecciones de Castilla y León (Foto: Manuel Ángel Laya / Europa Press).
Alfonso Fernández Mañueco celebra su victoria en las elecciones de Castilla y León (Foto: Manuel Ángel Laya / Europa Press).

El Partido Popular podrá retener el gobierno de la Junta de Castilla y León que dirige desde 1987. El adelanto electoral decidido por Alfonso Fernández Mañueco le ha permitido recuperar la condición de partido más votado en la región, pero no le ha servido, sin embargo, para alcanzar la mayoría absoluta.

Mañueco gobernaba desde 2019 gracias a un pacto de gobierno con Ciudadanos y la abstención de Vox y de Por Ávila en la investidura. Pero en esas anteriores elecciones, el ganador en votos y escaños fue el PSOE, que sin embargo no pudo gobernar por el pacto del centro a la derecha.

Las elecciones de este 13 de febrero han colocado al PP por delante del PSOE, y han provocado que Vox y Cs intercambien papeles: ahora los de Santiago Abascal tienen 13 escaños (tenía uno), y la formación naranja resiste a desaparecer con un escaño (el del ex vicepresidente Francisco Igea), lo que no logró en la Asamblea de Madrid en mayo de 2021.

El propio Abascal, que fue el único líder nacional que vivió la noche electoral en Valladolid, reclamó en su discurso entrar en un hipotético gobierno de coalición entre el Partido Popular y Vox. Llegó a decir que a Juan García-Gallardo, su candidato, se le había puesto “cara de vicepresidente”.

Una vía alternativa a Vox

En el Partido Popular daban por hecho que Vox exigiría entrar en el gobierno, con alguna consejería, si superaba la barrera de los 10 procuradores.

Una vez confirmado ese salto de Vox de 1 a 13 escaños, fuentes del Partido Popular señalaron a ECD que ya daban por hecho que la formación de derecha elevaría el tono de sus exigencias a cambio de apoyar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco.

Sin embargo, en la dirección nacional del PP se contemplan varios escenarios, y no sólo la opción de llegar a un pacto con Vox para gobernar la Junta de Castilla y León.

“Diálogo con todos”

“Gobierno del Partido Popular”, “voy a iniciar diálogo para formar gobierno con todas las fuerzas”: Alfonso Fernández Mañueco dejó abierta su política de pactos, y aunque llamó a formar un gobierno “estable, sin la amenaza permanente de mociones de censura”, llama la atención esa referencia a “un gobierno del Partido Popular”.

Fuentes consultadas por Confidencial Digital señalan que los resultados les permiten explorar una vía distinta a la coalición con Vox. Pese al buen resultado del partido de Abascal, el PP ha conseguido sumar dos escaños, de 29 a 31 escaños.

 

La aritmética permite al PP intentar una posibilidad que no le ate a Vox, precisamente “hablando con todos”, como sugirió Fernández Mañueco.

La vía de las abstenciones

La posibilidad que ya sondean en la calle Génova consiste en convencer a todos, salvo al PSOE (28 escaños) y a Unidas Podemos (1 escaño), para que se abstengan y permitan la investidura del actual presidente de la Junta de Castilla y León.

La mayoría absoluta en las Cortes regionales está en 41 escaños, que el PP y Vox superarían, con 44 procuradores.

Pero Fernández Mañueco también resultaría elegido con 31 votos a favor del PP, frente a los 29 en contra del PSOE y Unidas Podemos, si se abstuvieran todos los demás: Vox (13 procuradores), Unión del Pueblo Leonés (3), Soria Ya! (3), Ciudadanos (1) y Por Ávila (1). En total, serían 31 votos a favor, 29 en contra y 21 abstenciones.

En este caso, el PP lograría un gobierno en solitario, con consejeros sólo de su gobierno, pero sería un ejecutivo menos estable y estaría obligado a pelear cada votación parlamentaria, desde los presupuestos regionales hasta cualquier ley.

El PP recupera la primera posición

Desde el inicio de la campaña, con la polémica de las macrogranjas, estas elecciones tuvieron una lectura también en clave nacional, sobre todo en el Partido Popular. La propia estrategia de adelantar las elecciones se atribuyó a la dirección nacional del PP, y sobre todo al secretario general, Teodoro García Egea, como una maniobra para intentar dar un impulso favorable a Pablo Casado.

En ese sentido, el primer análisis que se hacía anoche en la sede nacional de la calle Génova, en Madrid, era agridulce. “Somos primera fuerza política, a diferencia de hace tres años”, destaca el PP.

No se trata de un dato menor, ya que el Partido Popular consiguió buenos resultados en las nueve provincias de Castilla y León en las victorias que cosechó en las elecciones generales en el pasado: no hay que olvidar que José María Aznar fue presidente de la Junta antes que presidente del Gobierno de España.

Gana, pero no ‘a lo Ayuso’

Profundizando en los resultados electorales, en la dirección nacional del PP hablaban, al conocer los resultados, de “misión cumplida”: el Partido Popular mantendrá el gobierno regional y recupera la primera posición en la región.

No hay, por tanto, ningún arrepentimiento sobre la estrategia de adelantar las elecciones. Eso sí, miembros de la dirección nacional del partido rebajan el plan que el equipo de Pablo Casado tenía en mente: esa idea de que tres grandes victorias del PP en Madrid (mayo de 2021), Castilla y León y Andalucía (antes de final de año) impulsarían a Casado para enfrentarse a Pedro Sánchez en las elecciones generales de 2023 con una clara tendencia ganadora.

Precisamente la comparación con los resultados cosechados en la Comunidad de Madrid permite una interpretación desfavorable para el liderazgo interno de Pablo Casado.

El adelanto electoral sí llevó a Isabel Díaz Ayuso a dar un salto notable, quedándose muy cerca de la mayoría absoluta. Los resultados permitieron a Ayuso no tener que incluir a Vox en su gobierno, ya que le bastaba con la abstención de los diputados de Rocío Monasterio para ser investida.

Alfonso Fernández Mañueco, uno de los barones regionales del PP que en su momento ha recelado de las posiciones de Díaz Ayuso y del acercamiento a Vox, no ha logrado un resultado tan contundente que le permita gobernar prácticamente como si tuviera mayoría absoluta.

La campaña electoral ya supuso un pulso sordo entre Casado y Díaz Ayuso. El equipo del presidente nacional del PP temía que la presidenta madrileña eclipsase a su líder, y finalmente acabó lamentando no haber aprovechado el tirón de Díaz Ayuso.

Varapalo para Pedro Sánchez

Si la posición de Pablo Casado no queda claramente consolidada, Pedro Sánchez sale peor parado. Las de Castilla y León han sido las primeras elecciones después de que el presidente del Gobierno remodelara su Consejo de Ministros, apartando a personas clave como Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Iván Redondo, y tratando de dar una imagen renovada también con un cambio en la ejecutiva del PSOE.

Sánchez se implicó a fondo en la campaña, acudiendo a numerosos mítines para apoyar a Luis Tudanca, uno de los barones ‘sanchistas’ desde los años de la pugna interna en el PSOE con Susana Díaz.

Por ello, los comicios de este 13 de febrero se iban a leer como un cierto plebiscito sobre la gestión de Pedro Sánchez en el Gobierno de España. El Partido Socialista ha perdido la primera posición, y la suma del PSOE y Unidas Podemos retrocede notablemente, de 37 a 29 procuradores.

El candidato, Luis Tudanca, dio a entender en su discurso que tira la toalla y que dará paso a otro liderazgo. En 2019 ganó, pero no pudo gobernar, y en esta ocasión tampoco ha logrado ganar.

La ‘España Vaciada’ y el regionalismo leonés

Una de las grandes novedades de estas elecciones ha sido la eclosión de los partidos regionalistas, localistas y de lo que se ha dado en llamar la ‘España Vaciada’.

Esta plataforma contra la despoblación de la España interior presentó cuatro candidaturas con ese nombre, en Valladolid, Burgos, Palencia y Salamanca. No consiguió procuradores en ninguna, pero sí obtuvo un triunfo muy sonado en Soria, donde se presentó con la marca de Soria Ya!.

En su primera cita con las urnas, esta agrupación de electores ha quedado en primer lugar: 42,5% de los votos, y 3 de los 5 escaños, dejando sólo uno al PP y otro al PSOE. Soria Ya! se coloca como quinta fuerza política de toda Castilla y León.

Por Ávila, que surgió como escisión del PP, al margen de la ‘España Vaciada’, ganó votos y mantiene el escaño que ya tenía desde 2019.

La otra provincia donde el regionalismo o localismo tuvo éxito fue León. La Unión del Pueblo Leonés, que reclama formar una comunidad autónoma de León (con Zamora y Salamanca) separada de Castilla, ha dado el salto de uno a tres escaños, con el 21% de los votos en esa provincia.

¿Los nuevos ‘Teruel Existe’?

Los tres diputados de UPL, los tres de Soria Ya! y el diputado de Por Ávila podrían ser clave en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. Pero además su pujanza tiene una lectura a una escala mayor.

En el caso de Soria y de León, las formaciones regionalistas o provinciales que han logrado allí procuradores en las Cortes regionales también obtendrían representación en las Cortes Generales.

Tanto Soria Ya!, ganadora, como Unión del Pueblo Leonés conseguirían al menos un diputado (y Soria Ya!, un senador también) de cosechar estos resultados en unas elecciones generales. Se extendería así el éxito de ‘Teruel Existe’, agrupación de electores que ganó de forma sorprendente las elecciones en su provincia en las generales de 2019, y que dio alas a estos movimientos regionalistas, provinciales y locales que denuncian el “olvido” y “abandono” de los sucesivos gobiernos de España hacia sus provincias.

Podemos no remonta

Uno de los temas más tratados en la precampaña y el inicio de la campaña oficial en estas elecciones fue el de las macrogranjas. Las declaraciones críticas de Alberto Garzón contra las explotaciones ganaderas intensivas dominaron esas primeras semanas, en las que el PP y Vox se lanzaron a atacar a Garzón y al Gobierno de España por, decían, poner el peligro el sector ganadero en toda España, y en particular en Castilla y León.

Unidas Podemos confiaba en que esa polémica le daría notoriedad y le permitiría recoger el voto más ecologista y el de pequeños ganaderos contrarios a las macrogranjas. Subidos a esa polémica, esperaban consolidar sus dos escaños o incluso ganar alguno, en una región complicada para Podemos, más implantado en las grandes ciudades.

Sin embargo, la lista morada ha perdido uno de sus dos escaños, y sólo su líder, Pablo Fernández, será procurador y sin opciones de dar el gobierno al PSOE.

Bache para Yolanda Díaz

Podemos cosecha otro resultado negativo, después de las elecciones madrileñas a las que se presentó Pablo Iglesias. Retirado ya el líder y fundador del partido, las de Castilla y León han sido los primeros comicios en los que ya Yolanda Díaz aparece como la futura candidatura de Unidas Podemos (o una coalición similar con otro nombre) a la Presidencia del Gobierno.

Confidencial Digital adelantó el 12 de febrero que la vicepresidenta segunda del Gobierno había decidido desmarcarse de la campaña electoral en Castilla y León. Las encuestas no auguraban buenos resultados para Unidas Podemos, y Díaz optó por declinar las invitaciones que le hicieron para participar en la campaña.

Al final, apenas acudió a un par de mítines de Unidas Podemos. Esta coalición recurrió más a Pablo Iglesias, que acudió a varios mítines.

En todo caso, Unidas Podemos mantiene su declive, sin llegar a desaparecer de este parlamento autonómico, como también resistió (con mejores resultados) en la Asamblea de Madrid, pese a la fuerza de Más Madrid, de Íñigo Errejón.

Aún así, estas elecciones no suponen una buena noticia para el espacio a la izquierda del PSOE que Yolanda Díaz pretende aglutinar para las próximas elecciones generales.

Vox sube la exigencia

Otro de los triunfadores de la noche electoral fue Vox, que da el salto de uno a 13 procuradores y aspira a sustituir a Ciudadanos como socio de gobierno del Partido Popular.

Los resultados dieron alas a Santiago Abascal y a otros dirigentes nacionales de Vox, así como al candidato Juan García-Gallardo, para mostrar un tono exigente hacia el PP, y plantear a las claras un pacto de coalición en el que Vox tenga no sólo consejerías, sino incluso una vicepresidencia.

El pulso por esa entrada o no de Vox en el gobierno parece la clave en las negociaciones que comenzarán en los próximos días entre el Partido Popular y el resto de partidos con representación en las Cortes de Castilla y León.

Ciudadanos sobrevive

Ciudadanos suma otro noche amarga, en su caída en las distintas elecciones celebradas desde 2019. En mayo de 2021 desapareció de la Asamblea de Madrid, por lo que el resultado de Francisco Igea puede considerarse incluso como un logro: el partido resiste y no queda borrado del mapa de otro parlamento autonómico.

Sin embargo, se despide de condicionar claramente el gobierno regional, en el que Igea fue vicepresidente hasta que Alfonso Fernández Mañueco adelantó las elecciones.

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