Un informe de Interior alertaba de actos de sabotaje de Resistencia Galega el día de Santiago. La Policía activó durante una hora la Circular 50, el protocolo de atentado terrorista

El descarrilamiento del tren en Santiago de Compostela provocó momentos de confusión en las Fuerzas de Seguridad. Algunos testigos hablaron de una explosión, lo que llevó al Ministerio del Interior a barajar durante un tiempo la hipótesis del atentado. Un informe alertaba sobre posibles acciones de sabotaje de Resistencia Galega durante el día del Patrón.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, los máximos responsables del Ministerio del Interior disponían de informes proporcionados por los servicios de Información que apuntaban a un posible acto terrorista por parte de Resistencia Galega.

Hay que recordar que Interior decidió reforzar el dispositivo policial en Galicia durante este verano destinando en esta comunidad Galicia a varios agentes especializados en la lucha contra a ETA. El Ministerio considera que este grupo es “absolutamente impredecible”, ya que “actúan por libre sin consultar con nadie”.

En estos informes, según las fuentes consultadas por ECD, se alertaba de posibles actos de sabotaje por parte de los terroristas coincidiendo con la festividad de Santiago.

Pues bien, con esta información en la mano y una vez conocido el descarrilamiento del tren, la Policía Nacional decidió activar inmediatamente la llamada Circular 50, un protocolo de atentado terrorista que se pone en marcha de manera conjunta.

El objetivo de esta Circular 50 es coordinar a la Policía Nacional, junto a los servicios de emergencias y Protección Civil para lograr un trabajo eficiente durante los primeros minutos de un atentado.

Interior mantuvo este protocolo de atentado terrorista durante, al menos, una hora. Concretamente, hasta las 21:45 horas de la noche del miércoles, explican las fuentes consultadas. Al no encontrar ningún indicio de que se tratara de un atentado, los responsables del Ministerio decidieron desactivarlo.

Un grupo especial de la Comisaría General de Policía Judicial, compuesto por expertos en accidentes, se desplazó durante la mañana de ayer a Santiago para investigar las causas del accidente. Ayer ya disponían de datos que apuntaban a que el exceso de velocidad pudo haber sido la causa del siniestro.

Preocupó la hipótesis islamista

En los primeros momentos de confusión, cuando aún no se descartaba ninguna hipótesis –ni siquiera la del atentado-, se encendieron todas las alarmas también entre los expertos en terrorismo islámico.

 

Según cuenta un analista experto en terrorismo yihadista a El Confidencial Digital, la teoría de un posible atentado islámico cobró fuerza nada más conocerse la tragedia, en base a algunos episodios recientes registrados en otros países.

Hablan, en concreto, del complot desarticulado por la policía canadiense en abril de este año. Las Fuerzas de Seguridad detuvieron en Toronto a dos ciudadanos árabes que planeaban atentar contra un tren que une la ciudad canadiense con Nueva York.

Entre sus planes se encontraba hacer descarrilar el convoy. El golpe aún se encontraba en fase de preparación cuando fueron detenidos los dos sospechosos, a los que posteriormente se les encontró una conexión con Al Qaeda.

Francia también pensó en la autoría islamista cuando el pasado mes de junio un tren de pasajeros descarriló al sur de París, causando una docena de muertos. La policía gala tomó la hipótesis del sabotaje como principal línea de investigación. Se consideró sospechoso que los cuatro tornillos las manijas que desvían el tren hacia otra vía estaban desatornillados.

Por otra parte, durante la operación en Pakistán que acabó con la vida de Osama Bin Laden, líder mundial de Al Qaeda, se encontraron documentos que apuntaban a un complot para manipular las vías ferroviarias en Estados Unidos y provocar descarrilamientos. El plan consistía en hacer coincidir la tragedia con el décimo aniversario de los atentados del 11-S.

Miembros de Resistencia Galega con explosivos

Tal y cómo contó ECD, el hallazgo de explosivos en poder de Resistencia Galega movilizó hace un mes a Interior. Seis guardias civiles expertos en ETA se trasladaron del País Vasco a Santiago y a la zona del Morrazo para investigar sobre el terreno.

La detención en enero de un presunto miembro de Resistencia Galega cargado con tres tipos diferentes explosivos en una zona boscosa de la localidad coruñesa de Ames permitió identificar con qué tipo de material trabaja la banda. La conclusión a la que se ha llegado es que “ha dado un salto cualitativo en cuanto a lo dañino del material”, explican los analistas.

A esto hay que sumar el hecho de que, en las últimas semanas, se han hallado también ollas con cinco kilos de pólvora, conectadas a cables para ser detonadas a distancia. “Se pretendía atentar contra cajeros y sedes de partidos políticos”, advierten los investigadores.

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