José Apezarena

Cobardón y ventajista

Agricultores bloquean una carretera con sus tractores.
Agricultores bloquean una carretera con sus tractores.

Una de las características de los regímenes, los gobiernos y los dirigentes cobardones y ventajistas es su tendencia a mostrarse fuertes con los débiles pero débiles con los fuertes.

Es decir, que se atreven con aquellos que saben que no van a poder resistir ni responder, a los que atropellan y maltratan, al mismo tiempo que se pliegan y rinden frente a los que poseen capacidad de devolver agravios e incluso de infligir un daño como reacción a cualquier posible ataque.

Me parece que este Gobierno, y por tanto su número uno, Pedro Sánchez, ha entrado por esos derroteros tan poco gallardos. Veamos.

Sánchez se está atreviendo con instituciones y sectores que sabe que no le van a montar una pelotera en la calle, que no disponen de recursos y medios para contraatacar seriamente. O porque no saben o porque no pueden.

Me refiero, por ejemplo, a la Iglesia católica (un dato más es lo que se cuenta hoy en la apertura de ECD), a la enseñanza concertada… y hasta a las comunidades autónomas en las que gobierna la oposición, el Partido Popular y sus socios, a las que quiere someter por las buenas o por la malas. Más bien por las malas.

El caso de las ayudas por desastres naturales que ha negado solamente a Murcia, mientras ha concedido a territorios amigos o socios, valencianos, catalanes… resulta clamoroso.

¿Qué el presidente de la Agencia Efe no es suficientemente servicial y dócil al Gobierno? Pues se le cesa y ya está.

Pero, al mismo tiempo, se muestra cobardón con otros posibles enemigos o rivales, países, sectores, intereses económicos… que tienen capacidad de respuesta, incluso contundente. Algunos ejemplos.

Se comprometió a derogar la reforma laboral del PP, pero todo ha quedado en unos cambios cosméticos y nada relevantes. Es que el mundo empresarial, el ÍBEX, la CEOE… son contrincantes a los que no conviene exasperar.

 

Este Gobierno ha aprobado teóricamente la llamada tasa Google. Digo teóricamente, porque ya ha anunciado que no lo aplicará este año. Donald Trump es mucho Trump.

El ministro Garzón anunció una drástica regulación de las apuestas deportivas, que ha dejado en casi nada porque las ha restringido precisamente en los horarios en los que no suele haber partidos importantes. El mundo del juego y las apuestas es muy poderoso, y lo mismo ocurre con televisiones, radios y periódicos deportivos que se financian con esos anuncios.

Y ¿qué decir de las movilizaciones de los agricultores, que están colapsando capitales y cortando autovías nacionales? ¿Alguna medida para impedir esos disturbios? De ninguna manera. No quiere enfrentamientos con quienes, por apuntar un riesgo, pueden dejar el país sin artículos de primera necesidad.

El vicepresidente para todo y para nada, Pablo Iglesias, se ha apresurado a decir a los del campo que tienen razón y que aprieten. Y ese mismo mensaje les ha enviado el propio presidente del Gobierno. ¡No hay que enfadar al campo, por supuesto!

Lo dicho. Cobardones y ventajistas.

editor@elconfidencialdigital.com

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