Un discurso más

Los discursos navideños del Rey, siempre están medidos y merecen el aplauso general, pero es indudable que están cayendo en una cierta rutina. Salvo acontecimientos especiales o morbosidades, que nunca faltan, son demasiado académicos, demasiado ‘estudiados’, demasiado fríos y, sobre todo, demasiado previsibles.

Después llegan los comentarios de los políticos que pecan de lo mismo, demasiado previsibles. Todos sabemos más menos, lo que va a decir el Rey y mucho más lo que dirán las fuerzas políticas sobre lo que el Monarca ha dicho.

No es que el discurso no sea el que tiene que ser, es que es demasiado previsible y deja poco margen al interés.

Y es que no puede decir más ni menos de lo que dice. En unas u otras circunstancias difícilmente se puede salir del guion. ¿Qué iba a aludir a Cataluña? Lo sabíamos y además sabíamos que lo iba a hacer ‘sin dar nombres’. ¿Qué iba a hablar de quienes lo pasan mal en la crisis? Cantado. ¿Qué iba a mencionar en algún momento al Príncipe de Asturias? Lógico. ¿Qué no iba a pasar por alto ‘ciertas conductas inconvenientes’ en algunas instituciones? Naturalmente. ¿Qué aludiría a las mejoras económicas que se vislumbran? Era de esperar.

Solamente quedan las sorpresas formales. Está bien de aspecto, de pie, sentado, las fotos de atrás, los adornos… más de lo mismo.

Un discurso con demasiadas ascuas como para que en los comentarios no se arrimen todas las sardinas.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato