Locura en el PP

La crisis del PP está agotando todos los calificativos. Pablo Casado ha provocado un incendio en su partido, llevándolo por un precipicio de auténtica locura. Pedro Sánchez se frota las manos, Santiago Abascal tanto y más, y hasta Inés Arrimadas un poco.

Nos ha sorprendido, aunque el tobogán en el que se había metido Casado no hacía presagiar nada bueno para el PP, y por tanto para España, pues el principal partido de la oposición, con aspiraciones reales de llegar a gobernar en breve, se ha deshecho. Quienes afirmaban que la situación política española es ‘volátil’ desde hace unos años, ahora pueden decir que es explosiva, sin paliativos.

En mi artículo del 6 de enero “Casado debe rectificar si quiere llegar a ser presidente”, destaqué los cuatro errores, en mi opinión, que estaba cometiendo y que, si no rectificaba, no llegaría a ser presidente del Gobierno. Ahora, ni del Gobierno, ni del PP.

Esos cuatro errores, para mí evidentes, eran: el enfrentamiento celoso con Isabel Díaz Ayuso, los choques con Vox, la asfixia de los órganos autonómicos y provinciales del PP, y unos tintes ideológicos indefinidos y cambiantes en la práctica.

Pues bien: no solamente no ha rectificado en este tiempo, sino que su tumba ha sido buscar el hundimiento de Ayuso, con información de la Agencia Tributaria de la que ahora judicialmente se buscarán responsables. A Casado le tendieron esa trampa, e ingenuamente ha caído, pensando que ya tenía a Ayuso destruida, ¡suponiendo que todo lo que facturaba esa empresa al hermano era relacionado con la Comunidad de Madrid!

Sin embargo, de la locura en que está sumergido ahora el PP, y siendo Pablo Casado y Teodoro García Egea los más responsables de lo ocurrido, no son los únicos responsables. Ojalá sirva para que los políticos reflexionen, en concreto los denominados “líderes” del PP en toda España.

El origen de los errores de Pablo Casado y Teodoro García Egea radica en sus celos, en su mediocridad y en su falta de madurez, que les lleva a imponer sin escuchar ni respetar. Incapaces: les venía grande el cargo. ‘Matón de pueblo’, han calificado a Teo, el campeón mundial de lanzamiento de hueso de aceituna en su pueblo, Cieza.

En la pugna Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Pablo Casado por liderar el PP, escuché a varios líderes del PP: “puede haber sorpresa, hay ganas de cambio, muchos apostaremos por Casado”. Yo me limité a preguntar si le conocían, si tenía preparación y experiencia, o preferían experimentar. Salió Casado.

Empezaron las cribas en las diversas comunidades autónomas y provincias hacia los que no habían apoyado a Casado: suele ser signo de inseguridad o crueldad hacer esas “limpias”. Diversos líderes del PP fueron comentando que Teo era mandón, brusco e imprudente: debían haberlo impedido protestar, tener personalidad, pero no lo hicieron.

 

Casado, que resultó elegido en unas primarias, se negó a hacerlas en comunidades autónomas y provincias, imponiendo su candidato, con la sumisión de todos. El dedazo se impuso. Dejó muchos muertos y heridos. No sólo son culpables Casado y Teo: los líderes del PP han contribuido a esta locura con su cobardía, silencio y aquiescencia

gregaria. Han de dar la talla ahora, ya que no la dieron antes. Si quieren ejercer de líderes, claro, y no de ‘aprieta-botones’ fallón.

Hace cuatro meses, en Valencia, José María Aznar sentenció que Pablo Casado llegaría a la Moncloa, y con su risita característica dijo: “y yo no me equivoco”. Pues ya se ve que de profeta no tiene mucho.

Pablo Casado y Teodoro son jóvenes. Sus carencias humanas y organizativas han quedado en evidencia. Reflejan lo que unos cachorros del PP se han trazado en su vida, sin experiencia profesional, y viviendo siempre de la política. Les iría muy bien ejercer profesionalmente y, durante al menos unos años, olvidarse de la política en primera línea. No creo que me hagan caso, pero me quedo más tranquilo escribiéndolo.

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