Ni Obama ni Merkel. La apremiante llamada del presidente chino Hu Jintao, inquieto por sus inversiones en deuda española, fue el empujón que obligó a Zapatero a aprobar los recortes

No fue la llamada de Barack Obama, ni fue la llamada de Angela Merkel. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo se decidió a aplicar con urgencia en el país medidas de austeridad tras una intensa conversación telefónica con el presidente chino, Hu Jintao.

Fuentes de La Moncloa consultadas por El Confidencial Digital conceden un papel preponderante a esa llamada del líder chino para que, finalmente, el jefe del Gobierno cediera en su cerrada resistencia a aplicar las reformas económicas que pedían sus asesores y todos los socios internacionales.

Según personas pertenecientes al entorno más cercano de Zapatero, la conversación habida con Hu Jintao fue una iniciativa del presidente chino, que en el mes de mayo llamó por teléfono a La Moncloa.

Durante la conversación telefónica, Hu Jintao mostró con claridad a Zapatero su preocupación por la situación de la economía española, intentando informarse de los planes que pensaba poner en marcha Zapatero.

El comunicante le hizo ver al presidente español que China tiene sustanciosas inversiones en deuda española (como también la tiene en deuda de otros países), con lo que, si los chinos retiraban su apoyo inversor, el euro estarían en inminente peligro de derrumbe.

Y añadió que la situación actual de la economía española no inspiraba ninguna confianza para las inversiones chinas.

La conversación adquirió tonos graves cuando Hu Jintao hizo ver a Zapatero que, al Gobierno de Pekín, un euro en estado de suma debilidad le era perjudicial, pero no en tan alto grado como para poner en peligro su economía, mientras que, para los mercados europeos, la debilidad de la moneda común implicaría que Europa entraría en una deriva de peligro impredecible.

Hu Jintao instó con vehemencia a Zapatero a hacer reformas “por su propio bien”.

Esa insistencia fue determinante para que el presidente del Gobierno decidiera aplicarse en el esfuerzo reformista de la economía española, abandonando así su teoría de que los problemas de estabilidad del euro por la mal situación económica de España tenían sobre todo que ver con los “especuladores”.

Por otra parte, Zapatero, señalan a ECD las mismas fuentes, quiso ser particularmente receptivo al mensaje del presidente chino también porque España está cortejando a China para que apoye la presencia permanente de España en el G20.

 

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