El Ejército escenifica en un vídeo cómo actuar ante golpes de calor después de varias muertes en ejercicios al aire libre

Las altas temperaturas que se han registrado este verano en buena parte del verano en muchos puntos de España encendieron las alertas por el peligro de los golpes de calor.

Esta alarma se elevó, sobre todo, cuando se produjeron sucesos como la muerte de un trabajador de limpieza del Ayuntamiento de Madrid. Ocurrió a mediados de julio: el hombre, de 60 años, se desplomó en la calle a las cinco y media de la tarde, fue ingresado en el hospital y falleció al día siguiente.

Eso provocó que se aprobaran protocolos para los trabajadores de limpieza viaria, y en otros oficios y organismos, para evitar la actividad física más exigente en los momentos del día de más calor.

Prevención y reacción en el Ejército

El Ejército de Tierra ha lanzado recientemente un vídeo en el que escenifica cómo deben actuar los militares, especialmente los mandos, para prevenir los golpes de calor, y para reaccionar cuando alguno muestra síntomas de estar sufriéndolo.

“Durante periodos de calor extremo, las unidades del Ejército de Tierra que realizan su adiestramiento, previenen los riesgos por golpes de calor: esfuerzo reducido, hidratación, P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer)”, explica en su canal de Youtube.

En el vídeo aparece un grupo de militares de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas, concretamente del Regimiento de Infantería ‘Nápoles’ nº 4 de Paracaidistas, que tiene su base en Paracuellos del Jarama (Madrid).

Hidratación y socorro

Los paracaidistas simulan la atención de un golpe de calor. Grabaron el vídeo a las 8:30, cuando ya había una temperatura de 28º C.

Mientras practicaban determinados ejercicios que suponían, entre otros esfuerzos, trepar muros, pusieron en marcha esos principios de “esfuerzo reducido, hidratación, P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer)”.

Se ve a los militares hacer descansos para hidratarse, echándose agua por la cabeza y bebiendo de cantimploras y de mochilas de hidratación, que se cargan a la espalda con varios litros de agua y permiten beber por un pitorro.

A continuación, uno de los soldados dramatiza un golpe de calor. “Mi sargento, me encuentro un poco mareado”, alerta, y explica que tiene las pulsaciones un poco altas y no se encuentra bien.

El suboficial da orden al resto de soldados de quitarle el armamento y el equipo, y de que su binomio se lleve al militar afectado a la sombra.

Le retiran la mochila y el fusil, y le ayudan a llegar hasta una zona de sombra. Allí se sienta, se quita el casco y le ayudan a quitarse el chaleco antifragmentos con los cargadores del fusil.

Muerte de un cadete de Zaragoza

Lo cierto es que el Ejército de Tierra ha sufrido en los últimos años varias bajas mortales durante maniobras y ejercicios, pero no por heridas de bala, impactos de explosivos o accidentes, sino por desfallecimientos.

Hace un año, a principios de septiembre de 2021, un cadete de 4º curso de la Academia General Militar, de Zaragoza, murió durante una marcha topográfica en el centro de adiestramiento de San Gregorio, también en Zaragoza.

Sufrió un golpe de calor y aunque intentaron reanimarlo, llegó a parada cardiaca antes de que le atendiera una ambulancia.

ECD contó entonces que otros cadetes fueron ingresados en el hospital militar de Zaragoza, y al menos dos estuvieron ingresados varios días.

Fallecimiento en la prueba de unidad

Este tipo de fallecimientos provocó cierta alerta en el Ministerio de Defensa en otoño de 2019. Un militar de 24 años del Regimiento de Infantería ‘Arapiles’ 62 se desplomó al acabar la prueba de unidad, una marcha de 10 kilómetros que se deben cubrir en equipos tipo escuadrón en un tiempo de entre 85 y 90 minutos, cargado cada militar con 20 kilos de peso: el fusil de asalto con cargador vacío (unos 3,5 kilos), el uniforme con botas (otros 3 kilogramos), el porta equipos, casco, mochila y cantimplora (todo esto suma unos 13 kilos) y otro material para alcanzar los 20 kilogramos. El militar falleció posteriormente en un hospital de Barcelona.

Por esas mismas fechas tres soldados de Ceuta fueron ingresados en el hospital tras sufrir síncopes al realizar la misma prueba de unidad.

Eso llevó a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a ordenar al Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire que paralizaran este tipo de ejercicios de esfuerzo físico. Se iba a evaluar la exigencia de esa prueba de unidad.

Después de unos meses, se rediseñó la prueba de unidad y se rebautizó como “ejercicio de cohesión de la unidad”. La pandemia del coronavirus frenó las grandes pruebas físicas en las Fuerzas Armadas, pero se retomaron en 2021.

En agosto de 2021, un militar del Regimiento de Caballería ‘Montesa’ nº 3 falleció en Ceuta, tras desplomarse mientras hacía deporte y subía corriendo una cuesta. En abril de 2022, un teniente coronel de Intervención se desplomó en el vestuario del gimnasio del Acuartelamiento Aéreo de Tablada (Sevilla), y murió.