Empresas y particulares se preparan para otro apagón instalando paneles solares
Infraestructuras agrícolas y ganaderas, industrias farmacéuticas, edificios públicos están incorporando sistemas de autoconsumo como medida preventiva
Tras el apagón eléctrico que paralizó España el pasado 28 de abril, el miedo a que vuelva a producirse un episodio similar ha impulsado a empresas, instituciones públicas y ciudadanos a buscar soluciones para blindarse.
- Pérdidas millonarias en la industria pesada
- El autoconsumo como medida preventiva
- Energía más barata y con menor huella de carbono
- El reto de las baterías
- Apostaron por la fotovoltaica cuando aún no era competitiva
La instalación de paneles solares para autoconsumo se ha convertido en la medida más extendida, a pesar de que el colapso energético, según dicen los expertos, se trató de un hecho excepcional y es poco probable que se repita.
Pérdidas millonarias en la industria pesada
“Desde el apagón se ha incentivado un poquito más el autoconsumo, aunque también hay que pensar que este episodio es muy improbable que vuelva a repetirse”, explica a Confidencial Digital Rafael Barrera, director general de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (ANPIER).
Sin embargo, reconoce que “algunas empresas y particulares sí que han optado por poner autoconsumo como medida preventiva para blindarse ante este eventual riesgo”.
Las consecuencias del ‘cero energético’ aún se están midiendo. La industria pesada fue la más afectada, por las horas, e incluso días, de producción detenida, con pérdidas millonarias, tanto por la inactividad como por los daños técnicos provocados por la interrupción abrupta.
La patronal AEGE, que agrupa a los mayores grupos industriales del país, calcula que sus asociados podrían haber perdido decenas de millones de euros.
Por su parte, la CEOE estima que el coste del apagón podría alcanzar una décima del PIB, unos 1.600 millones de euros, con impacto directo en los datos del segundo trimestre del año.
El autoconsumo como medida preventiva
La respuesta no se ha hecho esperar. “Las empresas más intensivas en consumo eléctrico durante el día son las que más recurren a la energía fotovoltaica”, indica Barrera.
Sectores como el alimentario, el farmacéutico o las explotaciones agrícolas y ganaderas están instalando paneles solares para garantizar su autonomía energética.
“Cualquier empresa que necesita un volumen importante de energía, siempre va a acudir a la energía fotovoltaica, porque es complicado acceder a otras fuentes renovables que sean tan flexibles”.
El interés no se limita al mundo empresarial. También edificios públicos y particulares han empezado a valorar la instalación de sistemas de autoconsumo. Aunque el crecimiento del sector se ha ralentizado ligeramente en los últimos meses, su evolución en estos años ha sido notable.
Energía más barata y con menor huella de carbono
De hecho, España cuenta ya con más potencia en autoconsumo que en energía nuclear.
Entre 2019 y 2022, el crecimiento fue extraordinario, especialmente en el ámbito industrial y comercial, donde se aprecia una clara ventaja competitiva: una energía más barata y con menor huella de carbono, un factor clave en los mercados internacionales.
No obstante, el ritmo de crecimiento ha descendido en 2025. Según los últimos datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el número de nuevas instalaciones cayó un 17% en el primer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior.
En términos desglosados, el descenso fue del 14% en el ámbito residencial, del 17% en el comercial y del 20% en el industrial.
Una de las causas de esta desaceleración es, paradójicamente, el éxito del modelo fotovoltaico. La masiva incorporación de energía solar al sistema ha provocado que el precio medio de la electricidad se desplome.
En abril, el megavatio hora costó apenas 14 euros, con numerosas horas a precios negativos. Esta situación, aunque beneficiosa para los consumidores, desincentiva nuevas inversiones en grandes parques solares.
El reto de las baterías
El reto ahora está en el almacenamiento. “Se empieza a ver como una alternativa muy interesante la de poner baterías”, sostiene Barrera.
Estos sistemas permiten almacenar energía en las horas en que es más barata y utilizarla cuando el precio sube, especialmente en el caso del consumo industrial nocturno.
Para el sector, las baterías representan un complemento perfecto que puede ayudar a estabilizar los precios y equilibrar la demanda.
Además, contar con cubiertas amplias para instalar paneles es un requisito que condiciona la expansión del autoconsumo. A pesar de que los módulos son cada vez más pequeños y eficientes, el espacio sigue siendo clave para optimizar la producción.
Apostaron por la fotovoltaica cuando aún no era competitiva
El Anuario Fotovoltaico 2024/25 de ANPIER pone en contexto esta transformación. España ha pasado, de ser un país dependiente de combustibles fósiles e importaciones, a producir energía autóctona, barata y limpia.
Un avance que se debe, en gran parte, a la inversión de más de 62.000 familias y pymes que apostaron por la fotovoltaica cuando aún no era competitiva.
ANPIER denuncia que estos pioneros han sufrido recortes retroactivos injustos, y reclama compensaciones similares a las que están obteniendo los inversores extranjeros en los tribunales internacionales. A pesar de todo, el sector mantiene la esperanza.
Las proyecciones para los próximos años son claras: precios estables y bajos, con una media de 53 €/MWh en 2034.
