El mensaje interno de Juan Roig sobre los salarios que ha sorprendido a los mandos de Mercadona
La intervención de Juan Roig en un acto empresarial ha reactivado un debate interno en Mercadona que la compañía intenta mantener controlado. Lo que debía ser una reflexión sobre productividad terminó derivando en un discurso sobre el valor humano del trabajo, una idea que el propio Roig vinculó a las retribuciones de los mandos intermedios. Para contextualizar el escenario económico actual, pueden consultarse los datos oficiales disponibles en el Instituto Nacional de Estadística.
La afirmación del presidente de la cadena volvió a situar el foco sobre su modelo laboral y sobre cómo se aplican realmente las mejoras salariales dentro de una plantilla que supera los 120.000 trabajadores. Sus palabras generaron atención inmediata, pero también inquietud entre quienes conviven con diferencias internas de trato que no suelen aparecer en sus mensajes públicos.
La intervención que reabre un debate interno sobre el modelo laboral
El reciente discurso de Juan Roig en el Roig Arena de Valencia, durante un encuentro del sector de gran consumo, pretendía subrayar la relevancia de la productividad como eje de competitividad en 2025. Sin embargo, la exposición derivó hacia un concepto más amplio: la dignidad del empleo y el papel que desempeña cada trabajador en la estructura de la compañía. Ante decenas de directivos, Roig insistió en que “un empleado no es solo manos, es corazón y cerebro”, una frase que buscaba transmitir una visión humanista del negocio.
La reflexión coincidió con un aumento de la atención pública hacia las políticas internas de Mercadona, especialmente tras un ejercicio económico marcado por beneficios récord. La compañía cerró el año anterior con un crecimiento del 37% y una facturación superior a los 38.800 millones de euros, un dato que refuerza la imagen de solidez del grupo, pero que también incrementa el escrutinio sobre el reparto de esos resultados.
El dato salarial que expuso Roig
Durante su intervención, el presidente detalló que un gerente A de la compañía percibe 2.100 euros netos al mes, mientras que un empleado recién incorporado recibe un salario bruto de 1.685 euros mensuales, unos 1.437 euros netos. Estas cifras se presentaron como muestra de un sistema retributivo que busca, según sus palabras, que el trabajador “se sienta bien tratado”.
No obstante, la reaparición pública de estos datos provocó nuevas dudas dentro de la plantilla, donde persisten testimonios que apuntan a diferencias en la aplicación real de las mejoras salariales. En los últimos meses, empleados de varias provincias han denunciado desigualdades en la distribución de subidas y primas extraordinarias vinculadas a los resultados de la compañía.
Denuncias por desigualdad: bajas médicas y exclusiones
Uno de los puntos más controvertidos procede de quienes estaban de baja médica durante el periodo en el que se ejecutaron las mejoras retributivas. Según distintos testimonios internos, estos empleados no habrían recibido ni las subidas ni los incentivos anunciados tras conocerse los beneficios. Las fuentes consultadas consideran esta práctica “discriminatoria y contraria a los derechos laborales”.
La empresa, por su parte, sostiene haber aplicado un incremento del 8,5% a toda la plantilla. Sin embargo, los casos de exclusión, sumados al malestar creciente en algunos equipos, han generado tensiones con los comités laborales y han reabierto el debate sobre la coherencia entre el discurso oficial y la realidad de los centros de trabajo.
La gestión en situaciones críticas: las dudas tras la DANA de 2024
Otro de los episodios que ha vuelto a emerger a raíz de las palabras de Roig es el impacto de la DANA que afectó a Valencia en octubre de 2024. El presidente relató la experiencia como un momento de “sensación de abandono”, destacando la solidaridad de los ciudadanos y el esfuerzo colectivo ante una emergencia meteorológica sin precedentes.
Su versión contrasta, no obstante, con testimonios de trabajadores que aseguran haber recibido presiones para acudir a sus puestos pese al riesgo real de inundaciones. Según estos empleados, algunos responsables insistieron en mantener la actividad por miedo a interrupciones operativas, lo que incrementó la tensión en un contexto marcado por la incertidumbre y el peligro físico.
Las ayudas anunciadas y el reparto cuestionado
Tras el episodio, Mercadona anunció la creación de un fondo de 40 millones de euros destinado a los trabajadores afectados. El paquete incluía compensaciones de hasta 50.000 euros para quienes hubieran perdido su vivienda, además de ayudas complementarias para reconstruir bienes dañados. El anuncio fue recibido inicialmente como un gesto de apoyo excepcional, especialmente por su magnitud económica.
Sin embargo, según denuncias internas, el reparto final no habría sido uniforme. Empleados que estaban de baja o en conflicto con sus superiores aseguran haber quedado fuera de las ayudas, mientras que otros recibieron compensaciones completas. La falta de criterios públicos y de transparencia ha alimentado la percepción de un trato desigual entre equipos.
Un modelo con fortalezas… y grietas
Mercadona mantiene desde hace años una reputación consolidada en materia de estabilidad laboral, formación interna y promoción profesional. Su política de contratos indefinidos y su apuesta por la productividad han sido citadas como ejemplo en estudios económicos y en análisis sectoriales.
No obstante, la contradicción entre los mensajes institucionales y las quejas internas ha vuelto a cobrar protagonismo. Los trabajadores consultados hablan de presiones, exigencia intensa y diferencias notables entre centros, factores que han provocado rotación en algunas áreas y un clima de desconfianza en otras.
La narrativa corporativa frente a la percepción interna
La exposición pública de Roig pretende reforzar la idea de que el éxito empresarial proviene de la combinación entre eficiencia y cuidado humano. Esa visión es compartida por una parte de la plantilla, pero entra en conflicto con testimonios que alertan de prácticas que no encajan con ese discurso. La gestión de bajas, la distribución de incentivos y la comunicación entre mandos intermedios siguen siendo elementos donde los trabajadores reportan disparidad.
Aunque la compañía continúa liderando el sector y mantiene una fuerte posición de mercado, los episodios recientes muestran una tensión creciente entre narrativa corporativa y vivencias internas. La cifra salarial expuesta por Roig, lejos de cerrar el debate, ha intensificado la atención sobre la consistencia real del modelo laboral.
La evolución de estas discrepancias marcará el clima interno de Mercadona en los próximos meses, especialmente tras la insistencia de Juan Roig en situar la dignidad del trabajo en el centro de su mensaje público.

