Obsesión de Pablo Iglesias: cómo le recordarán los libros de Historia

Pablo Iglesias ha abandonado totalmente, apenas siete años después de que consiguiera un escaño en el Parlamento Europeo. Su última aventura ha sido encabezar la lista de Podemos en Madrid, pero no su acta de diputado en la Asamblea.

Motivo de la retirada: los desastrosos resultados obtenidos en esas elecciones: tan solo 10 escaños, quinta fuerza, por detrás de Vox.

Iglesias había puesto en 2023 la fecha de caducidad a su liderazgo al frente de Podemos, momento en que le sucedería Yolanda Díaz. Todo eso ha quedado en nada.

El ex vicepresidente del Gobierno quiso revestir de épica su decisión abandonar el Gobierno para salir al rescate de un Podemos Madrid en horas bajas, que parecía condenado a su desaparición parlamentaria, y lo planteó en su círculo como el “último servicio al partido”.

Según ha podido escuchar El Chivato a personas próximas al líder de la formación morada, una de las obsesiones Pablo Iglesias es qué imagen quedará de su figura en el futuro, cómo le recordarán los libros de Historia una vez ponga fin a su etapa en la política.

Aseguran que Iglesias ha buscado también, con esa última apuesta por Madrid, romper con un tópico que le persigue desde que entró en política: el apego a los cargos públicos. “Un militante debe estar allá donde es más útil en cada momento”, dijo cuando anunció su candidatura al 4-M, después de haber cumplido su aspiración máxima: formar parte del Consejo de Ministros como vicepresidente del Gobierno de España.

El Chivato ha podido escuchar a varios de sus colaboradores más cercanos que Iglesias había previsto que el final de su liderazgo no fuera una retirada sin más. Con el desembarco en las elecciones madrileñas buscó hacer Historia: que la izquierda consiguiera desalojar de la Puerta del Sol a Díaz Ayuso, tras 26 años de gobiernos del PP en la Comunidad, poniendo así una guinda al final de su carrera política.