La tumba de José Antonio Primo de Rivera en el Valle de los Caídos resiste cubierta de flores. Vea foto
La exhumación de los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera va superando ciertos trámites. El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial ha aprobado la licencia urbanística que permite los trabajos para retirar la losa de mármol que cubre el féretro del fundador de Falange en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
A diferencia de lo que ocurrió con los restos de Francisco Franco, en este caso la familia Primo de Rivera ha optado por adelantarse al Gobierno y tratar de marcar ellos los tiempos del traslado, obligados eso sí por la Ley de Memoria Democrática aprobada el pasado octubre. En cualquier momento se podría ya llevar a cabo la exhumación de los restos de José Antonio Primo de Rivera, fusilado por los republicanos en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936.
Quizás la inminencia de la exhumación ha influido en que la lápida que todavía cubre la tumba de Primo de Rivera esté llena de flores. No es fácil saberlo.
En cualquier caso, El Chivato ha recabado el testimonio de personas que han visitado recientemente la basílica del Valle de los Caídos. Tal y como se puede ver en la foto, hay alguna corona, ramos con flores rojas y amarillas, así como rosas y otras flores sueltas sobre la lápida de piedra. Hasta el punto de prácticamente tapan las letras que identifican quién está allí enterrado.
No hay que olvidar que la letra del 'Cara al sol' habla de "cinco rosas", y por eso los falangistas suelen homenajear a sus muertos con ramos de cinco rosas.
También hay que tener en cuenta las fechas. A las misas y celebraciones religiosas de Semana Santa, que suelen provocar más visitas al Valle de los Caídos, se suma que el pasado sábado fue el 1 de abril. Ese día de 1939 Franco declaró terminada la Guerra Civil, con la rendición de Madrid, Valencia y Alicante. Es el “Día de la Victoria”, según la terminología franquista.
Además, el 1 de abril de 1959 el dictador inauguró el Valle de los Caídos, donde se había enterrado a muertos de los dos bandos de la guerra y donde también se acababan de trasladar los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, ya un mito para los falangistas y para la dictadura. Todos estos elementos pueden haber hecho que aumenten las visitas de simpatizantes de Primo de Rivera para honrarle en esta tumba antes de su traslado.
Entre quienes visitan estos días el Valle de los Caídos hay cierta confusión: unos ni saben quién fue el fundador de Falange, otros reaccionan con sorpresa al comprobar que aún no se le ha exhumado, pese a que se lleva hablando del asunto meses... También hay quienes preguntan por el lugar donde estaba enterrado Franco, detrás del altar mayor.
Lo que no se ve estos días por la basílica, ni en el exterior, son máquinas, herramientas, camiones... algún indicio de que la exhumación sea inminente y esté ya preparándose, pese a que los falangistas han alertado de que es probable que se lleva a cabo en cualquier momento, quizás un lunes, cuando el Valle permanece cerrado.
La duda es dónde será reinhumado José Antonio Primo de Rivera. Si bien en un primer momento se habló de la basílica de Jerez de la Frontera en la que está enterrado su padre, el dictador Miguel Primo de Rivera, medios como La Razón han apuntado una división en la familia entre otras dos ubicaciones.
Una opción sería reubicarlo en el propio Valle de los Caídos, en un lugar que ya no sea “preferente”, para cumplir con la Ley de Memoria Democrática. La otra posibilidad sería trasladarlo al Cementerio de San Isidro, en Madrid, donde descansan otros familiares, como Fernando Primo de Rivera, hermano del fundador de Falange y también fusilado por los republicanos.
Aunque están en contra de la exhumación (“profanación”, a su juicio), esta última opción no desagrada a quienes aún hoy se declaran seguidores de la doctrina falangista de José Antonio Primo de Rivera.
Cada 20 de noviembre le homenajean con una marcha a pie desde la casa natal de su fundador, en la calle de Génova, en Madrid, hasta el Valle de los Caídos. Si permanece allí, mantendrían la marcha, y si pasa a estar enterrado en San Isidro, sería otra localización cómoda para acudir a rendirle homenaje en el aniversario de su fusilamiento.
