Una campaña poco conocida contra el café (¿a partir de mediodía?)
El especialista en longevidad Sebastián La Rosa advierte que el consumo de café más allá de una hora concreta del día puede interferir con los procesos de reparación del organismo.
En una reciente entrevista del medio El Confidencial, el experto plantea que se podría estar viviendo, más que reparando, cuando se toma café tarde.
El punto de partida de la advertencia
El doctor Sebastián La Rosa, especialista en longevidad, afirma que si el consumo de café se prolonga más allá del mediodía, el cuerpo deja de «repararse» y pasa a un estado de simple sobrevivencia. Según sus declaraciones:
- La cafeína bloquea la adenosina, molécula que induce sensación de cansancio.
- Estimula el sistema nervioso central y precipita la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina.
- La vida media de la cafeína oscila entre 5 y 7 horas, por lo que una toma más tarde de las 12:00 puede llegar a interferir con fases profundas de sueño.
En sus palabras: «Si tomas café después de las 12:00, tu cuerpo no se repara, solo sobrevive». El foco no está en demonizar la bebida, sino en comprender su impacto sobre los ritmos biológicos que regulan la reparación y el descanso del organismo.
¿Por qué afecta al proceso de reparación corporal?
1. Interrupción del ritmo circadiano
El café, actúa como un estimulante que retrasa la caída natural del cortisol matinal y el inicio del descanso. Si se consume cuando ya comienza a ceder el pico hormonal de la mañana, el organismo entra en un estado de alerta que puede perjudicar los mecanismos de regeneración celular.
2. Acumulación de «deuda» energética
En otra entrevista, La Rosa explica que la cafeína no aporta energía por sí misma, sino que potencia un impulso artificial. Al desaparecer el efecto, se produce un bajón mayor, lo que genera una especie de «deuda» que el cuerpo debe saldar en fases posteriores de descanso.
3. Disminución de la calidad del sueño
Dado que la vida media de la cafeína es de 5‑7 horas, tomar café al mediodía implica que buena parte de esa sustancia permanece en el cuerpo hasta entrada la tarde o incluso la noche, lo que puede alterar el sueño profundo y los procesos de reparación nocturna.
Recomendaciones para un consumo estratégico
El experto ofrece un enfoque práctico para quienes no desean renunciar al café, sino optimizar su uso en favor de la salud y longevidad:
- Evitar el café después de las 12:00 h para favorecer la reparación corporal.
- Retrasar la primera taza entre 1‑2 horas tras despertarse, permitiendo que el pico de cortisol matinal disminuya de forma natural.
- Acompañar la bebida con una pequeña cantidad de grasa (por ejemplo, aceite de coco) para reducir la acidez y estabilizar el impacto en el organismo.
- Evitar combinar el café con suplementos o hierbas adaptógenas en la misma infusión, ya que podrían potenciar efectos indeseados.
- Considerar periodos de descanso del café —por ejemplo una semana al mes— para reducir tolerancia y recuperar sensibilidad corporal.
¿Qué se puede aprender desde la perspectiva de la longevidad?
La advertencia de La Rosa no solo aborda el consumo de café, sino un principio más amplio de la salud: la importancia de respetar los ritmos biológicos y de minimizar los estímulos artificiales que alteran la reparación natural del organismo. En este marco:
- El descanso y el sueño aparecen como factores críticos en los cuales el cuerpo lleva a cabo procesos de regeneración, detoxificación y reparación celular.
- El estímulo excesivo o mal cronometrado (como sería el caso de una toma de café tardía) crea un desequilibrio que, con el tiempo, puede traducirse en menor eficiencia de esos procesos de mantenimiento.
- Más allá de la bebida, el enfoque resulta aplicable a hábitos como el uso de pantallas por la noche, comidas copiosas antes de dormir o exposición excesiva a estrés y luces intensas.
Aspectos a considerar
Aunque la advertencia es contundente, conviene matizar:
- No se trata de eliminar el café para siempre, sino de optimizar su consumo. La investigación general sobre el café muestra efectos tanto positivos como negativos, dependiendo del contexto, la cantidad y el momento. Franquear la línea es clave.
- La individualidad biológica es importante: La Rosa señala que algunas personas eliminan la cafeína más lentamente, lo que hace que incluso una taza al mediodía les afecte por la noche. Se debe distinguir entre evidencia médica y recomendaciones divulgativas. La advertencia aporta una mirada interesante desde la longevidad, pero no sustituye un diagnóstico individualizado o el seguimiento de profesionales de la salud.
Conclusión práctica
Para quienes desean potenciar la longevidad optimizando sus hábitos diarios, el café puede seguir formando parte del día, siempre que se ajuste al ritmo corporal y se sitúe Preferiblemente antes del mediodía. Tras las 12:00, conviene buscar alternativas menos estimulantes o cambiar el contexto de consumo (por ejemplo, por té o infusiones suaves).
En definitiva: no es el café en sí mismo el problema, sino su momento, su frecuencia y su contexto. Ajustar esos factores puede marcar la diferencia entre un cuerpo que se repara y uno que simplemente sobrevive.
