Cornudos por mentirosos

Es la manifestación consciente y contraria a la verdad diciendo lo contrario que piensa

Sociedad.
Sociedad.

Como consideración previa declarar que “la mentira”, manifestación consciente y contraria a la verdad diciendo lo contrario que piensa, más todavía cuando es usada de manera sistemática por el gobernante elicita en mí la emoción primaria de un asco solo superado por quien la profiere. 

Consciente de no ser en absoluto original, el artículo de hoy gira en torno a “tres referentes” en cuya conexión encontrará el lector el sentido que pretendo. El primero, el libro "Las aventuras de Pinocho" de Carlo Collodi, historia de ficción de un muñeco al que le crecía la nariz cuando mentía. 

El segundo situado en la embajada española de Roma en honor del ministro italiano Ciano quién teniendo fama de cornudo, le espetó a un Agustín de Foxá, este pasado de copas que el alcohol le mataría. La "puntilla" en términos taurinos de Foxá no se hizo esperar. ”Y a vos le matará Marcial Lalanda” Sr. ministro.  

El tercero, ”Rebelión en la granja”, narración distópica de Orwell situada en un país de ficción donde la gobernanza recayó en algunos ejemplares selectos de ganado de cerda que adquirieron al final aspecto humano

La conexión, naturalmente interesada de los tres referentes me llevó a la recreación, también en un país imaginario en donde la mentira tuviera como efecto el crecimiento frontal de "cuernos o astas" cuyo tamaño estaría en función directa de la mentira y rango del mentiroso. Esto por estar convencido que el tamaño desmesurado de la napia consecuencia de mentir tendría menor repercusión que ser tratado de cornudo, ello en sentido inverso al generalmente aceptado por infiel y-o mentiroso 

Ciertamente todos mentimos alguna vez, pero es el tamaño y otros, incluido el prestigio social, peculiaridades homologables como son la longitud de las cuernas y luchaderas, número de puntas, perímetro de las rosetas y cuernas, peso, envergadura y por supuesto belleza estética que establecen las diferencias.  

Pero aquí termina la armonía y buen rollo. A modo de ejemplo pensemos como los centros comerciales para facilitar el trasiego de la gente requeriría de accesos y pasillos en función de arboladuras muy heterogéneas o mismamente nuestras ropas de vestir con prendas superiores que requerirían de adminículos o aparejos para sujeción y adaptación a tan diferentes frondosidades, los mismos fabricados con materiales que impidieran además del frío o los calores, el molesto tintineo del ramaje de los cuernos en los inevitables choques. 

Pero demos un paso más e imaginemos a una clase política, vivero de los ejemplares más mentirosos y más en concreto "los tenidos como consejos de ministros y ministras de algunos gobiernos del mundo" de los que tengo algún conocimiento. Gente que en muchos casos miente y miente muchísimo por entender que a los gobernados les encanta ser engañados al tener interiorizado en sus mentes atrofiadas que "la mentira es cualidad que distingue al gobernante". 

En fin, también como otro ejemplo de las múltiples posibilidades, la ampliación o mejor adaptación de los salones de consejos de manera similar al ruedo de la Maestranza, ello por la condición o rango de cornúpetas distinguidos y dotados (y dotadas) de cuernas (o cuernos) que los ciudadanos de a pie no tendrían posibilidad de ser comparados con ciervos abducidos por el mayor mentiroso y por ello gran cabrón.

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