El caso Leire Díez: la investigación que pone en jaque a la Fiscalía, la Guardia Civil y el PSOE
Una exdirigente socialista, dos representantes del Ministerio Público y un oficial de la Guardia Civil entran en el foco judicial por una reunión grabada que aumenta la sospechas sobre favores y filtraciones.
- Un proceso judicial inusual
- El origen de la denuncia
- ¿Periodista o intermediaria política?
- Una causa con muchas partes implicadas
- Los testimonios de los fiscales
- El papel del comandante Villalba
- Lo que viene: una semana decisiva
Un proceso judicial inusual
No es habitual ver a dos fiscales declarando como testigos en un procedimiento judicial, pero pocas cosas habituales hay en el ya bautizado como caso Leire Díez. La investigación contra esta exmilitante y exconcejala del PSOE, acusada de intentar obtener información sobre miembros de la cúpula de la Fiscalía y de la Guardia Civil para influir en determinadas causas, se inicia esta semana con un calendario de declaraciones sin precedentes.
El proceso arranca con la comparecencia de los fiscales José Grinda, de Anticorrupción, e Ignacio Stampa, de la Fiscalía de Madrid, quienes coinciden en que Díez o personas de su entorno se acercaron a ellos para buscar “trapos sucios” de sus superiores. También declarará como testigo el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, actualmente investigado en el conocido caso Koldo.
El origen de la denuncia
La denuncia que dio pie a la apertura de diligencias fue interpuesta por la asociación ultracatólica Hazte Oír tras la difusión de un vídeo en el que se veía a Leire Díez reunida con un empresario imputado en el fraude de los hidrocarburos. En esas imágenes, la exsocialista pedía información sobre el teniente coronel Antonio Balas, responsable de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, implicada en investigaciones de alto perfil como el caso Koldo, el caso Begoña Gómez o el del hermano de Pedro Sánchez.
A partir de esa denuncia inicial comenzaron a conocerse más reuniones y contactos entre Díez y diferentes interlocutores. En una de ellas, grabada el pasado mayo, se le escucha decir: “Necesito a Balas, ¿vale?, así de claro, necesito a Balas”. A cambio, ofrecía presuntos pactos con la Fiscalía, aunque no existe ninguna evidencia de que tuviera autoridad o capacidad para negociarlos.
¿Periodista o intermediaria política?
El eje de la investigación gira en torno a una pregunta clave: ¿actuaba Leire Díez como periodista que intentaba obtener información para sus reportajes, o como intermediaria política con conexiones dentro del PSOE?
Ella sostiene que se hacía pasar por periodista para conseguir testimonios y fuentes, pero los investigadores apuntan a que mantenía contactos directos con altos cargos socialistas, como el exsecretario de Organización Santos Cerdán, con quien intentó reunirse tras dejar voluntariamente el partido. El caso, por tanto, oscila entre la versión de una periodista infiltrada y la de una emisaria política con objetivos más ambiciosos.
Una causa con muchas partes implicadas
La expectación mediática del caso ha atraído a un número inusual de acusaciones populares. Actualmente hay ocho partes personadas: dos asociaciones de guardias civiles, tres partidos políticos (Vox, PP e Iustitia Europa), la propia Hazte Oír y varias personas que se consideran perjudicadas, entre ellas el juez Manuel García-Castellón y el empresario Víctor de Aldama.
Aunque la causa se abrió el pasado 24 de julio, hasta ahora no se habían practicado declaraciones relevantes. El volumen de partes implicadas y el eco mediático apuntan a que este será uno de los procedimientos judiciales más seguidos del año.
Los testimonios de los fiscales
Las declaraciones de Grinda y Stampa son, sin duda, el eje central del inicio de las pesquisas. Según el fiscal José Grinda, un periodista se reunió con él en febrero para ofrecerle un puesto en el extranjero a cambio de manipular procedimientos y facilitar información sobre su superior, el fiscal de Sala Alejandro Luzón.
Ignacio Stampa, por su parte, afirma haberse reunido con Leire Díez y con el empresario Javier Pérez-Dolset, también imputado en la causa. Según su versión, Díez se presentó como “la persona que ha puesto el PSOE para averiguar qué hay detrás de las irregularidades en los informes policiales y de los fiscales Anticorrupción”.
El fiscal ha entregado al juez un audio que podría respaldar su testimonio. En la grabación, Pérez-Dolset habría asegurado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estaba al tanto de las gestiones de Díez. En ese contexto se escucha una frase que ha causado impacto en los círculos judiciales: “Cuando salió la imputación de Begoña, Leire me llamó porque el presidente le había dado orden de limpiar, sin límite. La situación hay que revertirla, caiga quien caiga”.
El papel del comandante Villalba
El tercer testigo clave, el comandante Rubén Villalba, también mantuvo un encuentro con Díez, documentado por fotografías incluidas en el sumario. En esa reunión, según la investigación, la exsocialista le habría pedido “información sensible” sobre la Guardia Civil a cambio de un supuesto puesto en la Dirección General del instituto armado.
Estas reuniones, junto con los testimonios de los fiscales, constituyen la base de las sospechas de tráfico de influencias y revelación de secretos que pesan sobre Díez y sus presuntos colaboradores.
Lo que viene: una semana decisiva
Las declaraciones de Grinda, Stampa y Villalba marcan el inicio formal del procedimiento, pero el próximo martes será el turno de los principales investigados: Leire Díez, Javier Pérez-Dolset y un periodista cuya identidad no ha trascendido.
El juez de instrucción Arturo Zamarriego espera esclarecer si detrás de esta trama hay un intento real de manipular causas judiciales o si se trató, como sostiene la defensa, de una maniobra improvisada sin consecuencias reales.

