¿Cómo fomentar la lectura?

¿Cómo fomentar la lectura?
¿Cómo fomentar la lectura?

Sobre la lectura de los jóvenes, hay opiniones variadas y, a veces, incluso contradictorias. Por una parte, los datos sobre comprensión lectora y sobre la calidad de la escritura y de la comunicación oral son más bien preocupantes y negativos; pero, por otra parte, hay estadísticas que muestran que ha aumentado el número de lectores menores de veinticinco años después de la pandemia. Recientemente me comentaba un profesor de un colegio madrileño sobre el éxito de una iniciativa con alumnos de los últimos cursos, con la que están logrando que lean libros de mucha calidad, tanto clásicos como recientes, y sobre temas muy variados (literatura. historia, pensamiento).

Influye mucho sin duda el entorno familiar. Si los padres son lectores, si en una casa hay libros y se habla de libros, si se acude a librerías o a bibliotecas, será mucho más probable atraer a los hijos. Hace años, un escritor firmaba ejemplares de una novela para gente joven en la Feria del Libro madrileña. Cuando había convencido a un chaval que se había acercado a la caseta para que adquiriera el libro, este se lo preguntó a la madre y esta le contesto: "¡pero hijo, si ya tienes uno!".

Hay textos muy sugerentes, sobre la lectura como los de Antonio Barnés (Elogio del libro de papel. Rialp, 2014), de Antonio Basanta (Leer como la nada. Siruela, 2017) y de Gregorio Luri (Sobre el arte de leer. Plataforma, 2020), entre otros muchos. Especialmente interesante me pareció De libros, padres e hijos (Rialp, 2022), en el que Miguel Sanmartín Fenollera y su mujer cuentan cómo han conseguido que sus hijas sean lectoras entusiastas. Y, si uno se ciñe a la lectura de los clásicos más destacados, es imprescindible El deseo de comprender (Ediciones El Cercano. Ourense, 2024) de Luis Daniel González, uno de los críticos españoles más expertos en literatura infantil y juvenil, autor, entre otras obras, del diccionario Bienvenidos a la fiesta (Dossat. Madrid, 2006) y de la página web homónima.

No se trata de imponer, sino de hacer atractiva la lectura, de recomendar lo que puede gustar a cada hijo o a cada alumno, para ir creando el hábito lector. Además, hay libros muy aptos para una lectura familiar, que dé pie luego a comentarios, cambios de impresiones, etc. Son textos para todas las edades, sobre los que cada lector sacará algo interesante. Un ejemplo reciente puede ser Disidente y perseguido de Joe F. Daniels (Ed. Bambú, sello de Ed. Casals, 2024): una historia distópica, que comienza en 2023, pero termina cien años después, en la que encontramos aventuras e intriga que gustarán a los más jóvenes, pero también reflexiones interesantes sobre el bien y el mal, la verdad, el heroísmo, los límites de la ciencia..., para que los mayores puedan ayudar a los bisoños a plantearse preguntas y a buscar respuestas. Leer puede ser también una tarea solidaria muy enriquecedora y amena.

 

Video del día

Abascal: “Hemos asistido a un bochorno internacional de consecuencias incalculables”
Comentarios