Denegada la nacionalidad a un marroquí que controlaba en España los movimientos del Frente Polisario

Contactó con un jefe de la inteligencia de Rabat y desde 2010 colaboraba con los servicios de información de su país

Manifestación pro saharaui ante el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Manifestación pro saharaui ante el Ministerio de Asuntos Exteriores.
  1. Solicitó la nacionalidad en 2010
  2. Colaboraba con la inteligencia marroquí
  3. Informaba sobre el Polisario y otros marroquíes
  4. Recurrió ante la Audiencia Nacional
  5. Denunció que faltaba el informe
  6. Razones de seguridad nacional
  7. Desde 2010 siguió colaborando
  8. Espionaje entre España y Marruecos
  9. Otros espías destapados
  10. Un ex militar que desertó de Marruecos
  11. La Dirección General de Vigilancia del Territorio
  12. Más actividad de los espías extranjeros en España
Mohamed VI de Marruecos.
Mohamed VI de Marruecos.

Solicitó la nacionalidad española. Alegó que llevaba años residiendo en España de forma legal, que sus hijos ya eran españoles y que no tenía ni una sanción administrativa. Pero un informe bloqueó la concesión del pasaporte. ¿El motivo? Que colaboraba con los servicios de inteligencia marroquíes.

Confidencial Digital ha consultado una sentencia reciente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional que confirma la decisión del Ministerio de Justicia de denegar la nacionalidad española a un hombre de origen marroquí.

Solicitó la nacionalidad en 2010

El asunto se remonta a trece años atrás. Este marroquí presentó el 18 de mayo de 2010 una solicitud para que se le concediera la nacionalidad española, por entender que ya cumplía los requisitos que establece el Código Civil.

Pero no fue hasta nueve años después, el 10 de abril de 2019, cuando la Dirección General de los Registros y el Notariado del Ministerio de Justicia dictó una resolución sobre esta solicitud. Denegó la petición de este marroquí, argumentando que el solicitante no había justificado buena conducta cívica y debido a motivos de orden público o interés nacional.

Colaboraba con la inteligencia marroquí

En la resolución de Justicia se explicaba que un informe aportado al expediente de solicitud de nacionalidad había alertado de que se tenía constancia de la colaboración de este hombre “con los servicios de inteligencia marroquíes desde el año 2010”.

El informe reveló que el solicitante mantuvo contacto con el jefe de los servicios de inteligencia marroquíes en 2010.

Informaba sobre el Polisario y otros marroquíes

A partir de ese año, este marroquí realizó actividades de espionaje: a la inteligencia marroquí le “informaba de los ámbitos del Frente Polisario y de la colonia marroquí residente en España”.

La sentencia no recoge más datos que detallen la información que este marroquí pasaba a los servicios de espionaje de su país sobre compatriotas residentes en España y sobre el Frente Polisario, el movimiento que lidera la lucha por la independencia del Sáhara Occidental frente al dominio de Marruecos sobre la antigua colonia española.

Tampoco cita quién elaboró ese informe que alertó de que a este hombre no se le debía conocer la nacionalidad española por colaborar con el espionaje marroquí.

 

Estos informes suelen ser elaborados por el Centro Nacional de Inteligencia. El CNI es la autoridad nacional de contrainteligencia, y tiene una división o departamento dedicado a vigilar y destapar los movimientos de los servicios de inteligencia extranjeros en España, sobre todo aquellos que son más hostiles y que realizan más esfuerzos por obtener información clasificada y por captar colaboradores y fuentes en puntos sensibles de la administración o de las empresas estratégicas españolas.

En casos similares que han sucedido en los últimos años, el CNI alerta de la vinculación del solicitante del pasaporte español con servicios de inteligencia extranjeros. Trata de que se le deniegue la nacionalidad, para que así no logre introducirse aún más en la sociedad española y tenga acceso a más información.

Recurrió ante la Audiencia Nacional

Cuando el protagonista de este caso recibió la negativa del Ministerio de Justicia, presentó un recurso ante la Audiencia Nacional.

Alegó que sí había quedado “perfectamente acreditada” su buena conducta en España, donde reside -destacó- “de forma legal desde hace más de 22 años sin que haya sido detenido ni en una sola ocasión por delito, no constándole ni siquiera una sanción administrativa”.

A su juicio, eso demuestra su “perfecta integración social, cultural y familiar en España, donde reside junto a su esposa y dos hijos, que ya ostentan la nacionalidad española”.

Esgrimió la posición de varias autoridades, que se posicionaron a favor de que se convirtiera en ciudadano española: “Prueba de lo manifestado son todos los informes que obran en autos, tanto del Ministerio Fiscal, del Juez encargado del Registro Civil que ha tenido ocasión de entrevistar al interesado, así como del informe de la Dirección General de Policía, que informan favorablemente a la concesión de nacionalidad española”.

También defendió que carecía de antecedentes penales, tanto en Marruecos como en España.

Denunció que faltaba el informe

Este marroquí denunció en su recurso ante la Audiencia Nacional que la resolución de la Dirección General de los Registros y el Notariado del Ministerio de Justicia había vulnerado su derecho a la defensa.

Indicó que la resolución denegatoria se había dictado nueve años después de que hubiera presentado la solicitud. Y que, pese a tardar tantos años (no es habitual que se tarde nueve años en resolver), no se le había dado audiencia ni se le había permitido completar la solicitud.

Además, criticó que en el expediente del Ministerio de Justicia “no consta el informe preceptivo al que se hace referencia en la resolución denegatoria y además ese informe se basa en un presunto hecho de hace 12 años”.

Razones de seguridad nacional

Los magistrados de la Audiencia Nacional que estudiaron el recurso concluyeron que la denegación del pasaporte español a este marroquí “está debidamente motivada”.

Consideraron que el caso era muy distinto a un precedente citado por la defensa del recurrente: una sentencia del Tribunal Supremo que revocó la denegación de la nacionalidad, por basarse esa decisión en un informe del Ministerio del Interior que recomendaba una respuesta negativa por razones de seguridad nacional pero sin dar más detalles.

A diferencia de ese caso, en el informe que llevó a Justicia a denegar la nacionalidad a este marroquí sí se dio “una explicación suficiente, razonada y concreta”, pero al mismo tiempo respetaba “las razones de seguridad nacional que exigen proteger determinada información”.

La jurisprudencia del Supremo señala que los informes del CNI que recomiendan denegar la nacionalidad a extranjeros, por tener relación con grupos terroristas o con servicios de inteligencia hostiles, no se han de entregar a los solicitantes, y son suficientes, si están bien sustentados, para bloquear la concesión del pasaporte.

Desde 2010 siguió colaborando

La Audiencia Nacional tumbó también el argumento de que a este hombre se le había vetado por “un presunto hecho de hace 12 años”. El informe (como se ha dicho, probablemente del CNI) no se refería simplemente a datos de 2010, “sino lo que dice es que desde 2010 se constata que existe una colaboración con los servicios de inteligencia de Marruecos, lo que es muy distinto”.

Es decir, que este hombre no tuvo un contacto puntual en 2010 con un responsable del espionaje marroquí, sino que a partir de ese año, y posteriormente, mantuvo la colaboración con los servicios de inteligencia del vecino del sur.

A los jueces no les convenció el argumento del recurrente de que el informe de la Policía Nacional en 2012, que confirmó que no tenía antecedentes penales, no incluyó referencia alguna a una supuesta vinculación con los servicios de inteligencia marroquíes.

“No resulta determinante dado que el informe de la Dirección General de la Policía solo indica que no constan antecedentes, nada más, pero no se pronuncia sobre si procede o no conceder la nacionalidad española. El hecho de que no haya cometido ningún tipo de infracción penal, careciendo de antecedentes policiales y antecedentes penales, no excluye que pueda considerarse que no es procedente conceder la nacionalidad por razones de orden público que se indican posteriormente en la resolución recurrida”, determinó la Audiencia Nacional.

Por todo ello, la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo desestimó el recurso y confirmó la decisión del Ministerio de Justicia de denegar la nacionalidad española a este hombre de origen marroquí.

Espionaje entre España y Marruecos

Más allá del punto en el que se encuentre la siempre fluctuante relación entre España y Marruecos, ambos países combinan una cooperación en ciertos ámbitos -lucha contra el terrorismo yihadista y el narcotráfico, por ejemplo-con la rivalidad militar y con el espionaje.

Se da por hecho que España es objetivo preferente de la inteligencia marroquí, y de igual manera, se entiende que Marruecos es uno de los ámbitos de actuación más importantes para el Centro Nacional de Inteligencia.

Las actividades de contrainteligencia del CNI consiguen en ocasiones destapar a personas que colaboran o trabajan para los diferentes servicios de inteligencia de Marruecos.

Como ahora, en otras ocasiones en los últimos años los informes del Centro Nacional de Inteligencia han inclinado la balanza y han convencido al Ministerio de Justicia -y después a los jueces- de la conveniencia de no conceder la nacionalidad española a estas personas.

Otros espías destapados

Hace unos meses la Audiencia Nacional avaló la decisión de denegar la ciudadanía española a un trabajador del Consulado de Marruecos en Sevilla. El CNI había alertado de su “estrecha colaboración con la jefatura de los servicios de inteligencia de Marruecos destacados en España”.

El año pasado también se confirmó la negativa a convertir en español a un empleado del consulado marroquí en Madrid, por ser en realidad un agente en España de la inteligencia de Marruecos.

Un ex militar que desertó de Marruecos

Confidencial Digital contó también el caso de un ex militar marroquí que en apariencia desertó del ejército, huyó a España y se estableció en nuestro país alegando que su vida corría “grave peligro”.

Cuando pidió la nacionalidad española, el CNI emitió varios informes en distintos años: estuvo en el radar el servicio entre 2010 y 2019, al menos, debido a que se había detectado “que en el pasado colaboró con los servicios de inteligencia de Marruecos”.

Al CNI le fueron llegaron advertencias externas: “Se ha tenido conocimiento de que en 2013 fue objeto de investigación por parte de un servicio de inteligencia aliado”.

La Dirección General de Vigilancia del Territorio

Ese servicio de inteligencia aliado “se dirigió al CNI para informar de las actividades y relaciones” de este marroquí, en otro país (el del servicio aliado) “con un agente de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST, Servicio de Inteligencia Interior de Marruecos)”.

No fue el único aviso: en 2018 “también fue investigado por otro servicio de inteligencia extranjero”.

Todo ello llevó al CNI a recomendar que no se le concediera la nacionalidad española, por motivos de seguridad nacional.

Más actividad de los espías extranjeros en España

Los informes anuales de seguridad nacional que elabora el Departamento de Seguridad Nacional, de Presidencia del Gobierno, incluyen un capítulo sobre contrainteligencia que analiza (con muchos eufemismos y pocos detalles) los movimientos en España de los espías extranjeros.

El CNI elabora cada año un “Índice de actividad de los Servicios de Inteligencia extranjeros”, en base a lo que su departamento de contrainteligencia ha ido detectando en ese último año.

Si en 2017, el año de la intentona secesionista en Cataluña, se llegó a un pico y se da por hecho que agencias de inteligencia pudieron intervenir en este fenómeno, en los años 2020 y 2021 se batieron sucesivamente las marcas más altas de ese “Índice de actividad de los Servicios de Inteligencia extranjeros”.

Una de las actividades que el CNI suele detectar en los “servicios de inteligencia hostiles” (los de países no aliados con España) es “el seguimiento y control de las actividades de sus nacionales en el exilio, especialmente de líderes de la oposición y movimientos contrarios a sus gobiernos”.

Esa es precisamente la acusación que el Centro Nacional de Inteligencia hizo contra el marroquí al que denegaron la nacionalidad: que informaba al espionaje de su país de las actividades de otros marroquíes en España, así como del Frente Polisario.

Sobre Marruecos pesa también la sospecha de que podría estar detrás de los ciberataques con Pegasus para espiar los móviles de Pedro Sánchez y de los ministros de Defensa, Margarita Robles, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en fechas posteriores a la estancia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y de la avalancha de migrantes sobre las fronteras de Ceuta, en 2021.

Precisamente el Informe Anual de Seguridad Nacional sobre el año 2021 deslizó que “las capacidades ofensivas en el ciberespacio de algunos de los servicios de inteligencia de los países de la cuenca mediterránea, el Sahel y Oriente Medio están aumentando de forma notable”.

A continuación, reveló que “algunos de estos Servicios han efectuado ataques informáticos muy complejos y difíciles de neutralizar, para obtener información de Europa y concretamente de España”.

El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.
El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali.

 

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