Funcionarios españoles en Ucrania preparan planes de evacuación en caso de invasión rusa

Rusia acumula miles de soldados, vehículos blindados, sistemas de misiles y fuerzas aéreas cerca de su frontera con Ucrania, así como en Bielorrusia, el aliado de Putin ubicado al norte de Ucrania.

Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en Polonia, Alemania y Rumanía, y la OTAN ha acelerado algunos despliegues en la zona del mar Negro. Se mantiene la tensión sobre una posible invasión rusa sobre Ucrania, bien sobre la zona este que ya dominan los separatistas de Donetsk y Lugansk, bien sobre un área más amplia o incluso toda Ucrania.

La posibilidad de una invasión de Rusia tiene en alerta a los diplomáticos extranjeros destacados en Ucrania. En el caso español, como en el de otros países europeos, la presencia de nacionales en Ucrania incluye no sólo al personal de sus embajadas y consulados; también hay miembros de algunas misiones de la Unión Europea.

Es el caso de la Misión asesora de la Unión Europea para la reforma del sector de la seguridad civil en Ucrania (EUAM Ucrania), que comenzó a operar en 2014, después de la revolución de ese mismo año y la intervención rusa en el este.

Cuenta con unas 300 personas, y el objetivo es ayudar a Ucrania “a desarrollar unos servicios de seguridad sostenibles, responsables y eficientes que refuercen el estado de Derecho. La finalidad última para la que se ha concebido este proceso es restablecer la confianza del pueblo ucraniano en sus servicios de seguridad civil. La misión apoya la reforma del sector de la seguridad civil, en estrecha cooperación con la policía, otros organismos con funciones policiales y el poder judicial, especialmente la fiscalía”.

Trata de mejorar la gestión de la policía y los servicios de seguridad en Ucrania. Es una misión civil, no armada y no ejecutiva que tiene su sede en Kiev y oficinas locales en Leópolis, Járkov y Odesa.

Españoles a 200 kilómetros de Rusia

Confidencial Digital ha podido saber que entre los miembros de esta misión europea hay algunos españoles. Por ejemplo, en Járkov (o Kharkiv) se encuentra al menos un funcionario español, procedente de Asturias. Esta ciudad está situada al este de Ucrania, no en el extremo más sudoriental como Donets y Lugansk, pero sí a unos 200 kilómetros de la frontera con Rusia.

El personal de la Misión asesora de la Unión Europea para la reforma del sector de la seguridad civil en Ucrania tiene definidos varios planes de contingencia basados en diferentes posibles escenarios, según evolucione la situación.

La idea sería evacuar a los funcionarios europeos que están en Járkov y otras ciudades cercanas a la frontera este, y reubicarlos en Kiev o en otro lugar más al oeste del país, más alejado de Rusia.

Esa sería una fase inicial de evacuación. Si la situación se agravara hasta el extremo, si Rusia invadiese todo el país, se valoraría trasladar al personal de misión a un tercer país europeo.

Se trata, por ahora, de planes diseñados para estar listos ante una emergencia. Todavía no han recibido ningún aviso inminente para activar esos planes: se encuentran en alerta, pero no prevén la ejecución inmediata de la evacuación, a la espera de la evolución de esta crisis entre Rusia y la OTAN a cuenta de Ucrania.

Contactos de la embajada española

Estos planes son propios de la misión europea EUAM Ucrania. En paralelo, la Embajada de España en Ucrania también se ha preocupado por los funcionarios españoles que se encuentran en el país.

Desde la embajada se han puesto en contacto con ellos en fechas recientes. Han actualizado los datos personales y de contacto, en previsión de que pueda empeorar la situación.

De nuevo, hay que destacar que la embajada aún no prevé activar el plan de evacuación de su personal en Kiev, ni tampoco ha emitido recomendaciones que desaconsejen viajar a Ucrania.

Mantienen su actividad

Por el momento, la Misión asesora de la Unión Europea para la reforma del sector de la seguridad civil en Ucrania mantiene sin cambios su programa de actividades acordados con ls autoridades ucranianas.

El mandato de la misión está previsto que se extienda hasta mayo de 2024, y se podría ampliar si Ucrania y la UE así lo acuerdan.

La situación actual es de una tensión inusual desde el inicio del conflicto, pero en general no hay una sensación de pánico o alarma extrema entre los funcionarios internacionales, igual que tampoco la perciben en la población civil.

Mensajes ante posible bombardeos

Un funcionario español destacado en Járkov explicaba hace unos días a ECD que por el momento no se veía ningún operativo visible ni actividad inusual por parte de las fuerzas de seguridad o de las fuerzas armadas en la zona.

El gobierno regional de Járkov se reúne semanalmente con las fuerzas de seguridad para actualizar posibles planes de contingencia. Pero la información que transmiten a la población invita a mantener la calma y no dejarse influenciar por “la propaganda y desinformación” que los canales de la televisión rusa transmiten a diario.

Sí es cierto que también envían mensajes a la población sobre cómo reaccionar y dónde refugiarse en caso de ataques aéreos.

Pero, en general, la población no muestra signos de alarma o preocupación, aseguran las fuentes consultadas por ECD, sobre todo porque el conflicto en el este de Ucrania se arrastra desde hace siete años.

Por ello no hay movimientos visibles de personas o empresas que se trasladen fuera de esta región a zonas más alejadas de la frontera con Rusia.

Tampoco se detecta a primera vista una presencia anormal de extranjeros en la zona o posibles combatientes. Hay que recordar que en el bando prorruso se alistaron al principio del conflicto extranjeros de distintos países, incluidos españoles de extrema izquierda. También con las milicias ultranacionalistas ucranianas que combaten contra los separatistas de Donetsk y Lugansk hay extranjeros.

Al menos en la zona de Járkov, no se han observado esos movimientos por ahora, que las milicias aseguran que sí se están dando en zonas más cercanas a las regiones dominadas por los separatistas prorrusos.

Sí funcionan grupos autodenominados de defensa civil, que organizan reuniones y ejercicios de “entrenamiento militar” para preparar a voluntarios locales en tácticas de guerrilla urbana en caso de una hipotética ocupación del territorio.