Derribos Pedro Sánchez S.L.
Pedro Sánchez se supera a sí mismo. Ya había demostrado una elevada capacidad de destrucción, pero últimamente lo está bordando.
La relación de lo destrozado hasta aquí resuelta interminable. Yo lo reflejamos recientemente, a propósito de la cloaca y la náusea. Ahí pueden repasarse los innumerables ‘méritos’ del destrozador Pedro Sánchez. Recomiendo que le vuelvan a leer, porque casi asusta.
A tal conjunto de éxitos hay que añadir, como un última hora, que el presidente se ha cargado Correos y el voto por correo. Que ya es hazaña.
Pero hay más. El informe de la UCO entregado al juez del Tribunal Supremo, con las transcripciones de los diálogos entre Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García, el ‘trío de la bencina’, añade más derribos.
El primero, la confianza en las cuentas del PSOE, ante la posibilidad de que haya existido financiación irregular. Sánchez ha anunciado que va a encargar una auditoría: señal de que él mismo no está seguro de la limpieza de las cuentas. Y, por supuesto, el partido ha quedado tiritando.
En segundo lugar, ha sido dinamitada la limpieza de las votaciones internas, todas ellas bajo sospecha después de que el trío relatara cómo introducían votos amañados en las primarias socialistas de 2014, esas que Pedro Sánchez ganó a Eduardo Madina. ¿Lo han hecho posteriormente? ¿En las primarias de 2017, en las que derrotó a Susana Díaz? ¿Más veces?
En tercer lugar, su gestión como líder ha arrasado -o casi- un partido, el PSOE, que se ha visto regido por dos secretarios de organización ahora acusados de corruptos. Hombres de máxima confianza de Sánchez desde que los cuatro, es decir el trío y el ‘número uno’, recorrieran España en el Peugeot 407.
Por todo esto, finalmente Sánchez se ha dinamitado a sí mismo, como líder socialista y, por supuesto, como presidente del Gobierno.
En el PSOE están pidiéndole que, si no la dimisión inmediata, sí plantee la cuestión de confianza, que sea una especie de clavo ardiendo que pueda sacarle de la ruina total.
El interfecto, o sea, Sánchez afirma que se mantendrá en La Moncloa hasta el final de la legislatura y que volverá a ser candidato. Veremos. Porque no está nada claro que, tal como andan las cosas, la legislatura llegue a su término. Pero menos claro aún que vuelva a encabezar las listas del PSOE. Hay mucho mar de fondo en el partido.
Por si faltara algo, al presidente le están abandonando no pocos de sus viejos amigos. Basta, por ejemplo, echar un vistazo a los titulares y editoriales recientes de El País. Muy mal síntoma para Sánchez.
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