Los pilotos del Ejército del Aire vuelven de Lituania tras interceptar más de 20 aviones rusos en el Báltico

Los cazas F-18 destacados en la base de Siauliai realizaron casi 500 salidas y más de 700 horas de vuelo durante los cuatro meses en la misión de policía aérea de la OTAN

Un F-18 español junto a un avión militar ruso.
Un F-18 español junto a un avión militar ruso.

España cierra su séptima participación en la misión de Policía Aérea del Báltico con la que la OTAN trata de proteger el espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania ante las incursiones de aeronaves militares rusas.

Los 132 militares y los seis cazas F-18 han vuelto a España desde la base aérea de Siauliai y el centro de control de Karmelava, en Lituania, dando el relevo a Italia, cuya fuerza aérea sucede al Ejército del Aire como líder de la nueva rotación.

Desde que empezaron a operar el 1 de mayo y hasta finales de agosto, los F-18 españoles realizaron más de 20 intervenciones para interceptar e identificar aeronaves que cruzaban el espacio aéreo del Báltico o sus alrededores y que no estaban identificadas adecuadamente por los sistemas de control aéreos, según datos del Estado Mayor de la Defensa consultados por Confidencial Digital.

Es decir, hubo más de 20 alertas ‘scramble’ en las que los cazas españoles despegaron por un aviso, y eso llevó a que uno o varios F-18 del Ejército del Aire interceptara a la aeronave intrusa hasta que salió del espacio aéreo bajo vigilancia de la OTAN.

En estas páginas ya se contó que en el primer mes en Lituania los cazas españoles interceptaron media docena de aviones, todos ellos modelos militares rusos (al menos un avión de caza o ataque, un avión de transporte de personal o de carga tipo Antonov, otro avión de transporte de personal muy similar al Tupolev Tu-134...) que atravesaban el espacio aéreo de las tres ex repúblicas soviéticas del Báltico.

A esa media docena del mes de mayo se han ido sumando otras intervenciones de los F-18 españoles, hasta sumar más de una veintena en cuatro meses. Además, los cazas del Ala 15 (con base en Zaragoza) desplazados a Lituania registraron casi 500 salidas y más de 700 horas de vuelo en esta misión.

Las cifras de interceptaciones son similares a las del año pasado. En cuatro meses de 2019, seis Eurofighter del Ala 11 (Morón de la Frontera, Sevilla) tuvieron que reaccionar a 25 alertas alfa ‘scramble’, y también acumularon 500 salidas y más de 700 horas de vuelo.

Durante las últimas semanas, los cazas españoles y los de la Royal Air Force del Reino Unido y de la Armée de l’Air francesa han tenido que despegar ante nuevas incursiones. El Ministerio de Defensa de Lituania informó que en la semana del 3 al 9 de agosto (la última de la que por ahora ha dado datos) los aviones de la Policía Aérea de la OTAN identificaron y escoltaron en tres ocasiones a aeronaves militares rusas.

Más recientemente, el 24 de agosto, Eurofighter británicos interceptaron sobre el Mar Báltico un Ilyushin Il-20M, un avión ruso de reconocimiento e inteligencia electrónica, lo que se suele conocer como un avión espía.

 

Los incidentes ya eran habituales justo antes de la llegada de los F-18 españoles que empezaron a operar el 1 de mayo. Las aeronaves militares rusas no dejan de poner a prueba la defensa aérea de la OTAN en esta frontera noreste, lo que provoca gestos de poderío militar por ambas partes.

Por ejemplo, Rusia ha realizado ejercicios con baterías antiaéreas a pocos kilómetros de la frontera con las repúblicas bálticas. Por su parte, la OTAN ha realizado distintas maniobras aéreas y navales en el mar Báltico, en las que en ocasiones han participado los cazas españoles.

Esta participación de España en la defensa aérea de Estonia, Letonia y Lituania -además de la presencia terrestre con carros blindados en Letonia- ha despertado el interés de algunos altos mandos y expertos militares de las fuerzas armadas de Rusia. De ahí que publicaran un artículo de análisis sobre el Ejército del Aire español en una revista del Ministerio de Defensa ruso.

No hay que olvidar que la tensión en este punto ha provocado episodios como que un F-18 del Ejército del Aire español saliera al paso, en el verano de 2019, de un avión militar ruso en el que viajaba el ministro de Defensa de ese país. La maniobra agresiva del caza de escolta obligó al piloto español a alejarse y mantenerse en la mejor posición posible ante un posible enfrentamiento.

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