José Apezarena

Acabemos con la roja Yolanda Díaz

Yolanda Díaz, con representantes de la patronal

El 13 de abril, precisamente la víspera del aniversario de la II República, saldrá a la calle la biografía ‘autorizada’ de Yolanda Díaz, escrita por dos periodistas de Público.

¿Título? “Yolanda Díaz, la dama roja”. Un enfoque que alude, por supuesto, a sus posiciones ideológicas, pero que también evoca el frecuente recurso de la vicepresidenta segunda al vestido rojo en sus apariciones públicas

El libro es otro peldaño más en el proceso de construcción de un liderazgo que se puso en marcha de forma clara cuando protagonizó en Valencia, el 13 de noviembre, el acto con otras cuatro ‘lideresas’ de la izquierda: Mónica Oltra, Ada Colau, Mónica García y Fátima Hamed Hossain. Allí fue aclamada con gritos de “Presidenta, presidenta”.

Previamente, Yolanda Díaz había protagonizado un espectacular desmarque, cuando afirmó que ella supo con antelación lo que iba a pasar con el COVID, antes de que estallara la pandemia, que avisó al resto del Gobierno pero que no le hicieron caso.

Vino después el viaje al Vaticano y la entrevista con el Papa Francisco, tras la que Moncloa temió que Díaz anunciara una visita del pontífice a España. Un desplazamiento que ella calificó como “privado”, pero en el que utilizó el avión oficial, lo que está provocando ahora reclamaciones, preguntando si lo pagó de su bolsillo.

Que va a por todas lo demuestra una maniobra secreta, desvelada en las páginas de ECD, cuando ofreció a Íñigo Errejón ser su número dos en las listas para las elecciones generales.

Ese proyecto personal, que mira incluso a la presidencia del Gobierno, ha movilizado contra Yolanda Díaz un considerable número de enemigos, que por lo visto quieren acabar con ella.

En su contra se mueven las lideresas de Podemos. Es una pelea sorda, en la que Irene Montero ha llegado a acusar a Yolanda Díaz de que va “a por ella”. Las dos ministras moradas, Irene Montero y Ione Belarra se ausentaron del debate sobre la reforma laboral media hora después de que comenzase.

Contra ella se mueve Pedro Sánchez, que ha encargado personalmente a Nadia Calviño que se convierta en el contrapeso y juegue a la contra para frenar el ascenso de Yolanda Díaz.

 

Contra Yolanda Díaz anda ERC. Tal como se ha contado en ECD, Esquerra se ha propuesto cargarse a Yolanda Díaz, porque tiene datos de que su alianza con Ada Colau le está quitando votos en Cataluña.

ERC ha trasladado a Moncloa que votará en contra de cualquier iniciativa que lidere la vicepresidenta, convertida, en expresión textual, en su “pieza a batir”.

Por eso votó Esquerra contra la reforma laboral. Por eso Gabriel Rufián, cuando lo anunció, utilizó una frase aparentemente enigmática: “No votamos ni apoyamos proyectos personales”. Estaba aludiendo al ‘proyecto’ de Yolanda Díaz, a quien Esquerra ha declarado la guerra por tierra, mar y aire.

Y, mientras, la vicepresidenta segunda continúa en la política casi por los pelos. Porque, tal como reconoció posteriormente, tenía pensado dimitir si no hubiera salido adelante la reforma laboral. Se salvó por un voto. Y, encima, del PP.

A Yolanda Díaz le echan en cara un aparente ‘buenismo’, como el mostrado con su llamada a Ciudadanos para agradecerles el voto a la reforma laboral, diciéndoles “sois los mejores”. Una iniciativa que contó ECD y que confirmó Inés Arrimada cuando fue entrevistada por Susana Griso.

Le reprochan que, para ella, todo lo que protagoniza es “histórico”, su palabra preferida. Histórica la aprobación de la reforma laboral, histórica la subida del Salario Mínimo...

Le echan en cara ser demasiado ‘fashion’, y por eso en Moncloa le llaman “la fashionaria”. La han comparado con Dolores Ibárruri, calificándole como “la Pasionaria blanca del siglo XXI”...

Díaz, en fin, parece tener demasiados enemigos.

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