Hacienda destruirá todo el tabaco de contrabando incautado en España
Ha contratado a una empresa para recoger, custodiar y eliminar los cigarrillos confiscados con el objetivo de evitar fugas y desvíos de material
- De la incautación a la destrucción
- Vigilancia 24 horas y control permanente
- Destrucción supervisada y respetuosa con el medio ambiente
- Un control más estricto sobre el mercado ilícito
La medida busca reforzar la lucha contra el comercio ilícito de cigarrillos y tabaco a granel, un negocio que continúa causando un importante perjuicio económico al Estado y que, en los últimos años, ha experimentado nuevas formas de operación, más sofisticadas y difíciles de rastrear.
El plan estará coordinado por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, el organismo dependiente de Hacienda encargado de supervisar el cumplimiento de la normativa sobre fabricación y distribución de estos productos.
Este órgano gestionará todo el proceso, desde que las fuerzas de seguridad interceptan la mercancía hasta su eliminación final, mediante un protocolo unificado que introduce importantes novedades en materia de seguridad, trazabilidad y control medioambiental.
De la incautación a la destrucción
Cuando la Guardia Civil, el Servicio de Vigilancia Aduanera o la Policía Nacional detecten una operación de contrabando, el tabaco aprehendido —ya sea en forma de cajetillas, hoja cruda o maquinaria utilizada para su producción— será trasladado a instalaciones especialmente habilitadas en todo el territorio nacional.
Por primera vez, Hacienda va a exigir que cada lote quede identificado con un expediente único, que permita seguir en tiempo real el recorrido del tabaco desde el punto de incautación hasta su destrucción.
Esta trazabilidad digital permitirá al Comisionado saber en cada momento qué cantidad está almacenada, dónde se encuentra y cuándo se procederá a su eliminación.
El sistema no solo afectará al producto final, sino también a los equipos y materiales empleados para su fabricación.
Las máquinas cortadoras, empaquetadoras y envasadoras confiscadas en fábricas clandestinas serán igualmente destruidas, con el objetivo de impedir que puedan volver a utilizarse.
Vigilancia 24 horas y control permanente
El nuevo procedimiento refuerza las medidas de seguridad que rodean al almacenamiento y transporte del tabaco incautado.
Según ha podido saber Confidencial Digital, las instalaciones deberán contar con vigilancia física y electrónica las 24 horas del día, los 365 días del año, control de accesos, cámaras perimetrales y sistemas de prevención contra incendios.
Además, se exigirá que existan almacenes distribuidos por todas las comunidades autónomas, lo que permitirá reducir los desplazamientos y minimizar los riesgos durante el traslado.
Andalucía, una de las regiones donde más decomisos se producen, dispondrá de varios centros operativos, especialmente en provincias como Cádiz, Sevilla y Granada.
La cadena de custodia estará documentada en todo momento. Cada recogida se formalizará mediante un acta firmada por los agentes actuantes, y el transporte hasta los almacenes deberá completarse en un plazo máximo de doce horas.
El tabaco permanecerá bajo vigilancia hasta que el Comisionado emita una orden expresa de destrucción.
Destrucción supervisada y respetuosa con el medio ambiente
La eliminación del tabaco ilegal se llevará a cabo bajo estricta supervisión de Hacienda y de las fuerzas de seguridad. El procedimiento, que se ejecutará en instalaciones especializadas, deberá garantizar que los productos queden totalmente inservibles para el consumo o la venta.
Fuentes consultadas por Confidencial Digital explican que la destrucción se realizará siguiendo criterios medioambientales, mediante métodos controlados que impidan emisiones contaminantes o vertidos.
La normativa también obliga a levantar un acta oficial de cada destrucción y a remitirla al Comisionado en un plazo máximo de diez días.
Si las autoridades judiciales lo requieren, se conservarán muestras del material destruido para su posible uso como prueba en procesos penales o administrativos.
En todo caso, la cadena de custodia de estas muestras deberá mantenerse intacta y documentada hasta su eliminación definitiva.
Un control más estricto sobre el mercado ilícito
Con esta iniciativa, Hacienda pretende cerrar el círculo del contrabando de tabaco, desde la aprehensión hasta la desaparición total de los productos y la maquinaria empleada para su fabricación.
El nuevo sistema responde a la necesidad de evitar fugas o desvíos de material, y de dotar de mayor transparencia un proceso que hasta ahora se gestionaba con menos medios tecnológicos y menor homogeneidad territorial.
El refuerzo de la trazabilidad coincide con las recomendaciones de la Comisión Europea y de la Organización Mundial de Aduanas, que instan a los Estados a intensificar la vigilancia sobre el comercio ilícito de tabaco.
Bruselas estima que el fraude en este sector provoca pérdidas fiscales superiores a los 10.000 millones de euros anuales en el conjunto de la Unión Europea.
En España, las cifras varían según el año, pero las autoridades aduaneras calculan que se incautan entre 200 y 400 toneladas de tabaco ilegal cada ejercicio, buena parte de ellas procedentes del contrabando desde Gibraltar y de fábricas clandestinas en el sur peninsular.
Estas instalaciones, según fuentes de la Guardia Civil, suelen utilizar maquinaria importada de Europa del Este y producen cigarrillos sin control sanitario, que se distribuyen en el mercado negro a precios muy por debajo de los legales.

