Peluqueros y esteticistas denuncian intrusismo, márgenes bajos y falta de regulación

Lamentan la competencia desleal con personal no cualificado y exigen una rebaja del IVA

Detrás de un corte de pelo o un tratamiento estético está un sector cada vez más inestable y desamparado, argumentan asociaciones profesionales a Confidencial Digital.

  1. Competencia desleal
  2. Intrusismo profesional
  3. Márgenes cada vez más bajos
  4. Piden bajar el IVA en el sector de imagen personal
  5. Peluqueros reclaman regulación

Competencia desleal

En los últimos años ha subido la oferta de estos servicios, sobre todo en Madrid, pero ha bajado la calidad y precio, y surgen dudas sobre las aptitudes de algunos establecimientos. El sector pide más regulación y orden para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

Desde PUM (Peluqueros Unidos de Madrid) lamentan que en los últimos años han proliferado los grandes inversores que hacen competencia a los centros de peluquería y estética tradicionales a precios muy bajos “copando mercados”. En muchos casos, emplean personal poco cualificado y reducen costes con los que negocios pequeños del sector no pueden competir, según la asociación. 

También han surgido un gran número de peluqueros autónomos a domicilio que, según PUM, hacen competencia a los negocios físicos al ser un modelo de negocio con muy bajos costes. Aunque muchos sí tienen experiencia y cualificaciones, perjudican a sus compañeros de sector al no tener que pagar alquiler ni costes de personal, y suelen ofrecer precios menores, argumentan.

Intrusismo profesional

También hay quejas de negocios “sin aptitud”, a menudo de origen asiático, que ofrecen servicios de peluquería y estética sin haber completado formación o incluso saltándose protocolos sanitarios. A principios de año ya se desmanteló un local de tratamientos estéticos ilegales en Fuenlabrada (Madrid) operado por dos mujeres de origen asiático que también ofrecían estos servicios a domicilio a precios muy reducidos. No sólo hacen competencia a los profesionales cualificados, sino que pueden suponer un riesgo a la salud pública, pues existen parásitos -como la tiña o los piojos- que pueden proliferar en este tipo de negocios si no se sigue la normativa sanitaria, comenta la asociación.

En muchos casos, según ANEPE-IMPE (la Asociación Nacional de Empresarios de Peluquería, Estética e Imagen Personal), también hay profesionales médicos y farmacéuticos que ofrecen servicios estéticos aún siendo disciplinas relativamente independientes, otro ejemplo de intrusismo profesional.

Márgenes cada vez más bajos

Según ANEPE-IMPE, las peluquerías físicas tienen altos costes de alquiler, seguridad social, luz y otros gastos, pero a menudo no ingresan lo suficiente para obtener beneficio debido a la alta competición y bajos precios. Este fenómeno se ve sobre todo en Madrid, donde según PUM se encuentra un número mucho más alto de peluquerías per cápita que la media nacional. 

ANEPE-IMPE estima que cada peluquero o esteticista debe facturar más de 4000 euros al mes -o cerca de 5000 en Madrid o Barcelona- para cubrir los costes y que el negocio obtenga beneficio, lo cual es muy difícil trabajando 40 horas semanales. También alegan, junto a PUM, que los clientes cada vez gastan menos dinero en estos negocios, y el ticket medio en la capital ha pasado de casi 30 euros a menos de 24 en una década. 

Piden bajar el IVA en el sector de imagen personal

Otra razón por la que es muy difícil sacar beneficio en la peluquería es su alta carga impositiva, según ambas asociaciones. El gobierno del Partido Popular subió el IVA al 21% en 2012 tras la recesión económica y ningún gobierno desde entonces lo ha vuelto a reducir

Según un análisis de 2018, en los cinco años posteriores a la subida del IVA bajó la facturación en el sector un 34% y se cerraron cerca de 8,000 peluquerías. Aún en 2025, el sector “no se ha recuperado”, comentan. Los profesionales piden que se reduzca el IVA en imagen personal y ya se manifestaron a principios de año para reivindicarlo.

Peluqueros reclaman regulación

Desde PUM también piden más regulación en el sector y sugieren que se fijen precios mínimos para garantizar que sus servicios sean sostenibles económicamente. 

Distintas asociaciones también solicitaron a la Comunidad de Madrid y a la de Aragón que se formase un colegio profesional de peluqueros -como tienen los médicos, psicólogos, peritos, profesionales del turismo y trabajadores sociales- para que sólo pudiesen ofrecer sus servicios aquellos que estén colegiados, pero a día de hoy no se ha cumplido la demanda.

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